Los "recortes" ahora se llaman "reformas"

Se pongan como quieran. Griten, descalifiquen y arrinconen. La verdad es la verdad la diga Agamenón o su porquero. Los acuerdos de la última Cumbre Europea, conllevan "condicionalidad", pese a que Sánchez, de madrugada, utilizó todo tipo de eufemismos para evadirse de las condiciones impuestas.

Pasen y lean: "La Comisión evaluará los planes de recuperación y resiliencia en un plazo de dos meses a partir de la sumisión. Los criterios de coherencia con las recomendaciones específicas de cada país, así como fortalecer el potencial de crecimiento, la creación de empleo y la resiliencia económica y social de cada Estado miembro necesitará la puntuación más alta de la evaluación. (…) La evaluación positiva de las solicitudes de pago estará sujeta siempre al cumplimiento satisfactorio de los hitos y objetivos relevantes…".

Lo demás son cuentos para desinformados o ganas de seguir confundiendo al respetable

Román paladino, por corto y por derecho: Que no se podrá derogar la reforma laboral del 2012 y que toda la gobernanza económico/financiera de España, como Estado miembro, deberá ajustarse a la disciplina fiscal y ortodoxia presupuestaria fijada, ni sin pasarse un ápice. Lo demás, son cuentos para desinformados o ganas de seguir confundiendo al respetable.

Más claro: sin alguno o algunos —en este caso Iglesias y su muchachada, por lo expresado— trata de engañar a los dantes, la Comisión Europea tiene capacidad para congelar las ayudas. Punto. Y al mismo tiempo, va de suyo, se exige poner coto al desmadre gubernamental en el gasto por cuenta corriente sobre el que Bruselas lleva alertando una vez y hasta diez.

Las "reformas" de Sánchez se trastocarán en "recortes". Sí o sí.

Venga aplausos napoleónicos; da la sensación de que el señor presidente del Gobierno no se ha leído lo que ha firmado. Sabemos que nunca fue muy dado a las lecturas, ni siquiera a su propia tesis.

Lo nunca visto. Sánchez ha sido rescatado. ¡Más aplausos!