Es noticia
Ese apellido que llegó del Cantábrico
  1. España
  2. Palo Alto
Graciano Palomo

Palo Alto

Por

Ese apellido que llegó del Cantábrico

Si doña Ana Patricia cree en Sánchez es que, definitivamente, estamos salvados… Siempre hay que hacer caso a los listos y ricos

Foto: La presidenta del Banco Santander, Ana Patricia Botín. (EFE)
La presidenta del Banco Santander, Ana Patricia Botín. (EFE)

Esta semana hemos oído a la exclusiva presidenta del Grupo Santander, Ana Patricia Botín, esto: "Es difícil no estar de acuerdo con el presidente Sánchez…". Y la concurrencia contuvo el aliento.

¿De acuerdo en qué? ¿En lo que dice o en lo que hace? Su abuelo, por no ir más atrás, fue el único banquero que, al inicio de la Transición, adornaba los cordones de sus zapatos con la bandera española, apoyó a los "siete magníficos" de Manuel Fraga hasta convertirse prácticamente en el único financiador de la rancia Alianza Popular.

Luego, llegó don Emilio III ("hay que devorar antes de que te devoren") que cuando vio periclitar el poder felipista corrió a echarse en brazos de Aznar cuando su fina pituitaria intuyó que el dios socialista tenía fecha de caducidad. No le fue mal con el 'caudillete' de bigote. Posteriormente, con todo el poder en su mano tras fagocitar al decaído Central Hispano, consiguió lo que ningún banquero había logrado ni desde el tiempo de las colonias: que un jefe de gobierno en activo (Rodríguez Zapatero) fuera a presentarle sus respetos a su propio despacho de Boadilla del Monte y de paso firmara el indulto para uno de sus mejores ejecutivos.

"¿En la trituración del sector turístico, sin que siquiera el Gobierno se haya molestado en pedir las ayudas a Bruselas?"

La hija por la que bebía los vientos heredó la poltrona. Fue su última ambición. Había otros apellidos con mejor tarjeta de golpes financieros —recordar la aventura de la 'hereu' con Patagon, sus cuentas de resultados en UK— pero Botín, al fin y a la postre, conlleva 'touch of class', aunque el asombro entre los principales de la cosa no tuviera parangón.

De modo, que en esto de rondar el poder político de casta le viene a la presidenta. Como ciudadana tiene todo el derecho a conducirse como le venga en gana. Pero, el respetable, con cuenta o no en el Santander, se pregunta.

-¿De acuerdo con Sánchez en la degradación imparable de las instituciones?

-¿En la gestión económica de la pandemia?

-¿En la liquidación de millones de pequeñas y medianas empresas?

-¿En la trituración del sector turístico, sin que siquiera el Gobierno se haya molestado en pedir las ayudas a Bruselas?

-¿En la multiplicación de altos cargos por doquier?

-¿En el acoso al jefe del Estado?

-¿En la praxis política diaria del "aquí te pillo aquí te mato"?

-¿En la utilización del Estado en forma de mercado persa?

Si doña Ana Patricia cree en Sánchez es que, definitivamente, estamos salvados… Siempre hay que hacer caso a los listos y ricos.

Esta semana hemos oído a la exclusiva presidenta del Grupo Santander, Ana Patricia Botín, esto: "Es difícil no estar de acuerdo con el presidente Sánchez…". Y la concurrencia contuvo el aliento.

Ana Patricia Botín Manuel Fraga Boadilla del Monte