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Una de "poderes ocultos"
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Graciano Palomo

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Una de "poderes ocultos"

Porque, señor vicepresidente, ¿a dónde quiere que se dirijan sus llamados "grupos sociales" para emular a la chinesca "banda de los cuatro"?

Foto: Pablo Iglesias, en el Congreso de los Diputados. (EFE)
Pablo Iglesias, en el Congreso de los Diputados. (EFE)

Émulo de sus iconos fracasados —ante Lenin y ante la Historia— el señor vicepresidente del Gobierno, que se pasa la vida subido en coche oficial y disfrutando como nadie de las mieles del poder, pide a sus particulares "bolcheviques", presión ante los "poderes ocultos" que solo él cree ver y de existir estarían en su onda. ¿Se refiere a la señora Botín, amiga de su compañera sentimental? ¿A qué poderes ocultos apunta el señor Iglesias? ¿A George Soros & sons, amigo íntimo de su jefe Sánchez? ¿A los emergentes chinos, salvadores de su amigo maduro? ¿A quién?

Fracasado en sus promesas más elementales —comportamientos éticos, ejemplaridad personal, promesas incumplidas— tiene que recurrir a la eterna teoría de la conspiración, muy propia de los sueños equinocciales que hicieron otrora fortuna en las playas caribeñas o en las sierras del Escambray. Si el señor vicepresidente se está refiriendo en su denuncia al poder de la Unión Europea, hasta ahora un conjunto de naciones libres que eligen a sus dirigentes por voluntad popular libremente expresada en urnas limpias, lo tiene muy fácil: utilizar su poder para largarse con viento fresco.

Fracasado en sus promesas más elementales tiene que recurrir a la eterna teoría de la conspiración

Los "poderes ocultos", tan recurrentes a lo largo de la Historia entre los aspirantes a dictadorzuelos inmarcesibles, de estar se encuentran hoy entre los pliegues de un poder ejecutivo que violenta la ley, la retuerce en su apetito insaciable y finalmente la deglute para sostenerse en el machito, nieve o escampe.

Pudiera ser que el señor vicepresidente tuviera más ojos que los millones de contribuyentes ciegos, los mismos que le pagan los fabulosos sueldos que entran en su privativo chalet, y, en efecto, existan "poderes ocultos" que deseen verle fuera del poder. Estaría en su derecho a señalarlos con nombres, apellidos y direcciones.

Porque, señor vicepresidente, ¿a dónde quiere que se dirijan sus llamados "grupos sociales" para emular a la chinesca "banda de los cuatro"? Esta es una sociedad teóricamente libre, estamos en el siglo XXI y cuando se apela a rancias conspiraciones hay que levantar el telón para saber qué hay debajo de las faldas.

Viejos trucos aprendidos de viejo malandrín de lecturas apañadas.

Émulo de sus iconos fracasados —ante Lenin y ante la Historia— el señor vicepresidente del Gobierno, que se pasa la vida subido en coche oficial y disfrutando como nadie de las mieles del poder, pide a sus particulares "bolcheviques", presión ante los "poderes ocultos" que solo él cree ver y de existir estarían en su onda. ¿Se refiere a la señora Botín, amiga de su compañera sentimental? ¿A qué poderes ocultos apunta el señor Iglesias? ¿A George Soros & sons, amigo íntimo de su jefe Sánchez? ¿A los emergentes chinos, salvadores de su amigo maduro? ¿A quién?

Unión Europea George Soros