El mundo de ayer: de Sánchez a los separatistas

El gran intelectual y activista social austriaco, Stefan Zweig, escribe esto: "He visto nacer y expandirse ante mis propios ojos las grandes ideologías de masas (…) y, sobre todo, la peor de todas las pestes: el nacionalismo".

La cita viene a colación porque un tan Joan Canadell, presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona –que ahora aspira a tener acta de parlamentario autonómico en el Parlament–, dice sin sonrojarse que "nos han escondido la historia". Asume que personajes como Cristóbal Colón, Leonardo da Vinci, William Shakespeare, Erasmo de Rotterdam, Francisco Pizarro, Miguel Servet, Teresa de Jesús, el Cid Campeador, el Gran Capitán, Fray Bartolomé de las Casas o los hermanos Pinzón eran catalanes de pura cepa. "La censura castellana impidió conocer sus verdaderos orígenes", reivindicando también a Marco Polo.

¿Nos reímos o lloramos? En primer lugar, Canell, los personajes históricos que usted reivindica no lo son porque Colón fuera genovés, ni el Cid burgalés, ni los hermanos Pinzón andaluces. Lo son porque hicieron grandes cosas, se distinguieron de sus semejantes por su talento, audacia u otras capacidades.

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Antonio Fernández. Barcelona

Hay un asunto en lo que el referido empresario burgués dice verdad: "Los catalanes siempre fueron perdedores ante la historia". Aunque, en efecto, habría que matizar mucho su última aseveración. Fueron ganadores en el siglo XIX y el XX cuando se mimetizaron con los pueblos del resto de la vieja Hispania; al fin y a la postre, todos esos territorios (salvo el País Vasco) fueron tierra romana en la que dejaron su impronta.

Los sueños nacionalistas producen monstruos; Europa es un vivo ejemplo de tragedias y sinrazones cuando se cree que el territorio (hoy tan empequeñecido) es la medida de todas las cosas.

Del tal Canell y sus cofrades no me sorprende. Lo que realmente me llama la atención (en presente continuo) es que un primer ministro que lo es por encabezar un partido históricamente jacobino se abrace insistentemente con los que de una forma u otra quieren deshacer Europa y volver a las ferias de Berlanga.