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Graciano Palomo

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Desmemoria nacional

Razón llevan algunos publicistas/propagandistas gubernamentales cuando pregonan una cosa hoy y otra completamente distinta mañana

Foto:  Fotografía de archivo, tomada en Madrid el 23/02/1981, del entonces presidente del Gobierno, Adolfo Suárez. (EFE)
Fotografía de archivo, tomada en Madrid el 23/02/1981, del entonces presidente del Gobierno, Adolfo Suárez. (EFE)

El axioma clásico alecciona acerca de que aquellas naciones que desconocen su historia vienen obligadas a repetirla.

Razón llevan algunos publicistas/propagandistas gubernamentales cuando pregonan una cosa hoy y otra completamente distinta mañana. Lo mismo da arre que so. Viene de perlas que una mayoría de ciudadanos, desgraciadamente muy significada el segmento joven, padezca de amnesia social y política porque así la manipulación y el engaño es más fácil perpetrarlos. Cuando no desconocimiento total rayano en el que pide alfabetización urgente.

Algunas cosas de las que están sucediendo hoy en España tienen su aquel precisamente en una educación deficiente o muy deficiente y es un cuento de Wuhan que la actual generación sea la mejor preparada de la historia. Puede que una élite lo sea, pero una inmensa mayoría no. Cuando un ministro que no ha cumplido los 35 años patea impávido el diccionario ("hemos propuesto" y se queda tan pancho); cuando un portavoz parlamentario que presume de ser investigador del CSIC afirma, sin sonrojarse, que Cataluña es un territorio con muchos más galones históricos que Aragón...

Ya da lo mismo no saber quién fue Tejero que olvidar qué representó Adolfo Suárez

Al poder le interesa la desmemoria y la cultiva. Entre otras, porque al final intenta de una forma u otra trastocar la misiva evangélica 'la verdad os hará libres' por 'la mentira os hará más felices'. Cómo será el asunto que hasta en los medios de la Iglesia católica en España (TRECE TVE, sin ir más lejos) se apunta al masajeo ese poder para luego pasar el platillo.

Ya da lo mismo no saber quién fue Tejero que olvidar qué representó Adolfo Suárez. Lo mismo resulta desconocer la corrupción en que devino la entonces fresca y vigorosa respuesta ciudadana en el 15-M que olvidar a los que se aprovecharon obscenamente de aquella revolución cívica en su beneficio.

El optimismo, suele decir el filósofo, es la esperanza del hombre despierto.

Hoy es más rentable estar dormido.

El axioma clásico alecciona acerca de que aquellas naciones que desconocen su historia vienen obligadas a repetirla.

Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)