La sombra del diablo

Cerca de seis millones de hombres y mujeres mano sobre mano.

-Con las colas del hambre cada vez más alargadas.

-Con casi cinco millones de contagiados.

-Con la Unión Europea ojo avizor y recelosa sobre lo que acontece en España.

-Con el tejido productivo que costó décadas levantar destrozado.

-Con el sistema educativo hecho unos zorros.

-Con fuertes tensiones territoriales e institucionales que gravitan sobre la unidad del Estado.

"Con Sánchez es imposible pactar nada porque prefiere hacerlo con los radicales de izquierda y con los separatistas…"

Hete aquí que unos políticos, aquí y ahora, han decidido jugar al monopoly. ¿Para qué quiere Sánchez más poder del que acumula? ¿Qué demonios le ha ocurrido a Inés Arrimadas para montar el cipostio? Hace tan solo unos días la todavía jefa de "Ciudadanos" afirmaba que si alguien antepone sus intereses políticos a los acuciantes problemas del país –antes descritos– "hay algo que moralmente no funciona".

También afirmó esto: "Con Sánchez es imposible pactar nada porque prefiere hacerlo con los radicales de izquierda y con los separatistas…". Ahora es ella quien corteja a los podemitas para que den el poder a una coleguilla murciana. ¿Qué es esto?

Tengo para mí que Inés ha sido burlada por los vuelos gallináceos de algunos de sus conmilitones. Es decir, que la han tomado como el pito de un sereno. O dicho de otro modo, que ante el futuro incierto que los esperaba han decidido dar un golpe de mano en Murcia y asegurarse dos años de mamandurria, independientemente de lo que dijera su jefa nacional. Y como no podía escenificar que ya no controlaba a los suyos ha preferido soltar carrete y subirse a su carro. Lo otro era como aceptar que ya no mandaba en su formación.

¿Para distribuir mejor los fondos de reconstrucción europeos? ¿Para hacer un Estado más transparente y limpio?

Ahora, se ponga como se ponga, se ha desdicho de todas sus peroratas contra el Gobierno "radical" apoyado por los secesionistas y nacionalistas que tanto dice aborrecer.

¿Quién gana? Evidentemente Pedro Sánchez y, quizá, de pasada, Pablo Casado, pero esto último está por ver cuando haya elecciones. ¿Para qué desea Sánchez más poder? ¿Para crear empleo? ¿Para acabar con el virus que dijo había vencido en julio del pasado año? ¿Para crear trabajo para los jóvenes? ¿Para distribuir mejor los fondos de reconstrucción europeos? ¿Para hacer un Estado más transparente y limpio?

No parece que la España de Sánchez esté para más jueguecitos de salón. El pueblo decidirá. Si decide. La sombra del diablo hace diecisiete años que se dejó ver con mano fiera por Madrid.