Y Europa sigue esperando

La inquietud en las capitales comunitarias, específicamente en Bruselas, en relación con “las cosas de España” aumenta.

Las reformas que llevan tiempo pidiendo para poder echar una mano están paralizadas. En la Moncloa solo reciben buenas intenciones, palabras y ni un solo hecho. Habían sustanciado su esperanza en Nadia Calviño, la ministra de la cosa, pero llegan a la conclusión de que quiere pero no puede.

Punto. Es precisamente Calviño, superada y ninguneada políticamente, la que ya no sabe dónde meterse ante los reclamos de los dirigentes europeos y entre sus pares de la Unión. Olof Palme siempre aleccionó a Felipe González que diera a sus ministros de Economía poder político sobre el resto del gabinete. Es justamente lo que no hace Sánchez con la suya. De hecho, le birla competencias en favor del publicista Redondo cada vez que tiene ocasión.

En la UE siguen esperando papeles realistas, no cortas y pegas. Documentos serios que conlleven proyectos serios, realistas, viables y de futuro

En la UE siguen esperando papeles realistas, no cortas y pegas. Documentos serios que conlleven proyectos serios, realistas, viables y de futuro. Nada de eso se está haciendo y los plazos se consumen.

Todo es a salto de mata; primero se anuncia el humo y luego ya veremos. Es lo que tiene haber dejado el Gobierno de la todavía cuarta potencia de Europa en manos de un publicista.

No comprendo cómo una mujer respetada en Bruselas como técnica, aunque no haya regentado en su vida ni una mercería, en la que los sectores productivos depositaron sus esperanzas, permite que la maltraten políticamente en un Gobierno que en ocasiones presenta la imagen de un pollo sin cabeza. Y, lo que es más grave, que se tomen a chacota sus proyectos, generalmente ajustados a lo que demandan los prestatarios de los 140.000 millones.

La señora Calviño parece ser la única mujer en España que desconoce el dicho clásico: es mejor ponerse una vez roja que veinte colorá

La señora Calviño, con ancestros gallegos, parece ser la única mujer en España que desconoce el dicho clásico: es mejor ponerse una vez roja que veinte colorá.

PD. El último y clamoroso gol recibido en su portería ha sido el metido por Pablo Iglesias con las ayudas directas a empresas. El coautor del estacazo ha sido Pedro Sánchez.