Palo Alto
Por
RTVE: el fin de las factorías (franllorentismo) y Contreras
Los sustitutos de Llorente han sido y son de aplicar la brocha gorda, el maniqueísmo, quizá para justificar una incompetencia profesional que se puede ver a diario
Cada mes que cumple, los directivos de RTVE se llevan un sofoco. La audiencia se evapora hasta el extremo de que son muchos –dirigentes de izquierda incluidos– los que se preguntan si están justificados los 1.300 millones de euros que cuesta cada año el mantenimiento del Pirulí y adyacentes.
Durante décadas la llamada Ente ha sido un predio exclusivo de las izquierdas; se montó un sindicato de intereses, entre profesional y político, que terminó por creerse que la radiotelevisión pública era predio exclusivo. Solo algunas tímidas quejas 'ad hoc' cuando alguno de estos eran apartados de sus ambiciones o los pluses menguaban.
Hasta ahora solo tenemos cabalmente un dato: que Jesús Cintora atesora 20.000 euros mensuales y no se corta
Fran Llorente –persona que respeto– fue el amo mandarín durante lustros. Hay alguna fuente que insiste en que todavía mueve sus hilos en los amplios salones de la Casa. Ejercía su mandarinato con inteligencia, sutilmente y repartiendo juego. Sus sustitutos han sido y son de aplicar la brocha gorda, el maniqueísmo, quizá para justificar una incompetencia profesional que se puede ver a diario, los pocos que ya enchufan sus informativos. El resto se ha ido a Vicente Vallés o Sandra Golpe.
RTVE también es, y básicamente ha sido, un negocio. Ahí tienen a mi amigo José Miguel Contreras que es un artista de la pista. ¿Conoceremos algún día la cantidad de millones que se han ido a este o aquel? ¿Qué productoras se lo han llevado crudo? Hasta ahora solo tenemos cabalmente un dato: que Jesús Cintora atesora 20.000 euros mensuales y no se corta. ¡Asunto distinto es que las cosas estén claras…!
Mínimos históricos en audiencias. Pese a contar con el fútbol y 'Cuentáme'. El sustituto de la gran dama con grandísima paga y coche nuevo dice que la audiencia no le preocupa. Le importa la “calidad”. Tiene tajo por delante. Quiero entender que esa “calidad” pasa por informar, con ascética de la objetividad, respeto al dato, conocimiento de los hechos y un mínimo de cultura histórica.
Flamante presidente Tornero: le recuerdo que para teles y radios marginales ya tenemos bastantes en España. Y, además, cuestan cero euros al contribuyente. Ahora, díganoslo, hilando. ¡Levanten una noticia! Cierta, 'of course'.
Cada mes que cumple, los directivos de RTVE se llevan un sofoco. La audiencia se evapora hasta el extremo de que son muchos –dirigentes de izquierda incluidos– los que se preguntan si están justificados los 1.300 millones de euros que cuesta cada año el mantenimiento del Pirulí y adyacentes.
Durante décadas la llamada Ente ha sido un predio exclusivo de las izquierdas; se montó un sindicato de intereses, entre profesional y político, que terminó por creerse que la radiotelevisión pública era predio exclusivo. Solo algunas tímidas quejas 'ad hoc' cuando alguno de estos eran apartados de sus ambiciones o los pluses menguaban.