Atrapado por la UE: libertades y dinero

Pedro Sánchez deambula por los pueblos de España repartiendo el dinero que no tiene porque la Unión Europea le tiene bloqueados los fondos que promete. No se fían. Y de algún modo, los dirigentes de la UE, el resto de los socios comunitarios, le han colocado en la casilla reservada para Viktor Orban (Hungría) y Mateusz Morawiecki (Polonia).

¿Qué sucede para tamaño oprobio para la nación española y sus contribuyentes? Jamás desde el ingreso de España en la Unión se había producido algo semejante.

Libertades. Que la mitad de los jueces y fiscales en activo se hayan dirigido a la UE en busca de amparo no es asunto baladí en modo alguno. Salvo el brazo político/judicial afín al Gobierno, todas las asociaciones han suscrito el documento que denuncia el atropello gubernamental al Estado de Derecho lo que, a juicio de los expertos en leyes, conculca los principios esenciales de la primera democracia transnacional del mundo. La base sobre la que se funda la Unión.

La UE remitirá en unos días sus comisionados para entrevistarse con los togados denunciantes

No le bastó a Sánchez cooptar a su 'comisaria política' al frente de la Fiscalía General, sino que intenta por todos los medios enfrentar su poder ejecutivo al único poder del Estado que todavía no controla –lo del Parlamento es un paseo militar para el 'conducator'–, la judicatura y sus órganos. Tanto es así que la UE remitirá en unos días sus comisionados para entrevistarse con los togados denunciantes.

Economía. Sin los fondos europeos –aquello por lo que le hicieron el pasillo en su propia casa– Sánchez y su proyecto quedará en nada. Es consciente de ello, pero no parece preocuparle en demasía porque cree que también puede engañar a los eurócratas. No se afana en redactar lo que la Comisión le exige. Planes serios, rigurosos, fiables, realistas. Le divierte más bajar a la pelea con dirigentes regionales y el politiqueo. Comprendo que en el Ministerio de Economía no les llegue la camisa al cuello. Porque esos planes se redactan en gran parte en La Moncloa, por decisión arbitral de su Señor.

Si alguien a su alrededor se atreviera a decir la verdad al Presidente y aconsejarle bien, le recordaría aquella vieja máxima teutona: únete a enemigo que no puedas vencer.