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El sueño de ERC se llama pujolismo
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Josep Martí Blanch

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El sueño de ERC se llama pujolismo

Los republicanos no tienen ningún interés en llevar al límite a Pedro Sánchez. Lo necesitan vivo. Exactamente igual que él a ellos

Foto:  El presidente de ERC, Oriol Junqueras. (EFE)
El presidente de ERC, Oriol Junqueras. (EFE)
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Lo más relevante que ha sucedido estos días para la política española es que el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha desvinculado de la mesa de negociación sobre el conflicto catalán el voto de los republicanos a los Presupuestos Generales del Estado para 2022. Por supuesto que esto no evitará la teatralización y gestualidad exageradas que acompañan la tramitación de unas cuentas. Pero en el fondo Pere Aragonès ha venido a decir que su partido las aprobará a poco que el PSOE ponga de su parte en asuntos que no dejan de ser los de una negociación ordinaria.

Los Presupuestos, ha dicho Aragonès, contarán con los votos de ERC en función de las cifras que contengan, de que se abra la puerta a la cogobernanza de los fondos europeos al Ejecutivo catalán y del cumplimiento de las cifras de inversión comprometidas con Cataluña en el Presupuesto anterior, extremo este último que siempre es un rompecabezas. Pero lo principal es que no decantará la balanza que haya avances o no en la mesa de negociación referidos a la amnistía y la autodeterminación. Son cosas diferentes y no guardan relación, ha dicho Pere Aragonès.

¿Por qué, si tan importante es la autodeterminación y la amnistía, ERC no aprovecha la coyuntura para forzar avances en este terreno, poniendo la mano en el cuello de los socialistas? Para entenderlo, hay que echar una mirada a los 10 años del proceso. El partido de Oriol Junqueras ha hecho el viaje del proceso con dos banderas, una en cada mano. Ambas pueden agitarse a la vez, pero también por separado o con diferente intensidad. Una es la estelada —somos independentistas—, la otra de color rojo —somos de izquierdas—. En función de la coyuntura, se enarbola una con más intensidad que la otra, aunque las dos queden siempre a la vista. Este comodín no lo tiene JxCAT, que camina con un solo estandarte, desde que sus antepasados de Convergència decidieran suicidarse y renunciar a todo su legado ideológico.

Foto: Pere Aragonès saluda a Oriol Junqueras al salir de Lledoners. (EFE)
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ERC sabe hasta dónde puede llegar Pedro Sánchez y es consciente de que esa meta a la que puede llegar el inquilino de la Moncloa no es el referéndum por la independencia ni la amnistía. Es plenamente consciente de ello, por mucho que Gabriel Rufián, el surfista más rápido del Congreso —otra cosa es nadar—, amenace al presidente español con frases del tipo “denos tiempo”, para recordarle que estaba en contra de los indultos y ahí están. Y como lo saben, no van a asfixiarlo. Porque lo necesitan vivo. Igual que él los necesita vivos a ellos.

Así que los republicanos van a participar activamente en la consolidación del frente de izquierdas que mantenga al PP lejos del Gobierno de España. Un regreso, el popular, que solo puede hacerse realidad en compañía de Vox. A cambio, tal y como apuntaba Nacho Cardero en el artículo “Opereta en tres actos para acabar con Puigdemont”, los socialistas colaboran encantados con el plan para que, a su vez, ERC acabe reinando en el futuro en el mundo soberanista con más músculo que el que tiene en el presente, y que no da ni mucho menos para hablar de una hegemonía republicana entre los independentistas.

De ahí que tanto desde ERC como desde la Moncloa se haya insistido estos días en que los periodistas y los analistas fijen su mirada, no solo en la mesa de negociación para abordar el conflicto político, prevista si no se tuerce nada para septiembre, sino también y muy particularmente en la comisión bilateral Generalitat-Estado, que se reunirá este mismo mes de julio —tal y como pactaron Aragonès y Sánchez en su reunión—, y en los trabajos que inmediatamente después puedan acometerse en otros órganos como la comisión de asuntos fiscales o la de infraestructuras (llevan casi tres años paradas), e incluso la de transferencias, que duerme el sueño de los justos desde 2011.

placeholder Pedro Sánchez recibe al presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, en el Palacio de la Moncloa. (EFE)
Pedro Sánchez recibe al presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, en el Palacio de la Moncloa. (EFE)

Nivel de ejecución presupuestaria en inversiones, recursos al TC por parte del Estado para hacer frente a legislación catalana como la ley de alquileres, proyecto de ampliación del Prat e interconexión de los aeropuertos catalanes, gestión catalana del consorcio de la zona franca o los puertos, inversiones en cercanías, etc. Veremos cuál es la agenda que se acaba fijando para esa primera reunión bilateral Estado-Generalitat.

A ERC le conviene sacar petróleo de esas reuniones de las cosas del comer cuanto antes mejor. Y también lo necesita Pedro Sánchez. Para los republicanos, es una manera de demostrar a su electorado más reacio con la nueva estrategia dictada por Oriol Junqueras que volver a la política —a diferencia del cuanto peor mejor por el que transcurrió la presidencia de Quim Torra, teledirigida por Carles Puigdemonttiene premio. Y es también un modo de sacar presión a la mesa que ha de reunirse en septiembre para abordar el conflicto de fondo y en la que es imposible que haya acuerdos de máximos ni en el corto, medio, ni largo plazo, y que por tanto frustrará al electorado independentista. Por eso hay que prepararlo.

El mensaje que busca ir solidificando ERC es el que sigue: no hemos renunciado a la independencia y ahí está la mesa de negociación que lo acredita, pero tenemos los pies en el suelo y por el camino —a diferencia de los otros independentistas— hacemos política y conseguimos prebendas que mejoran la vida de los catalanes.

Foto: El líder de ERC, Oriol Junqueras, con el puño en alto. (EFE)

Fíjese el lector que es lo mismo que hizo el pujolismo durante 23 años (aunque sin citar la independencia, que entonces no se llevaba). A eso se lo llamaba 'peix al cove' (pescado en el cesto) y es lo que ERC intenta resucitar en estos momentos tras haberlo criticado vehementemente mientras eran otros quienes lo practicaban. Cuanto más 'peix al cove', más fácil de justificar será para Pere Aragonès la rebaja de las expectativas en el terreno de la autodeterminación, cuando llegue el momento de concretar y decir la verdad que ahora ya se sabe, solo que aún no le ha llegado su 'tiempo' para ser revelada.

El 'peix al cove' que pueda embolsarse vendrá además convenientemente adornado con la agenda social superprogresista y super de izquierdas de la que también participa ERC y que tiene desde hace tiempo su avanzadilla en Cataluña. Hay que meterles también en la cabeza a los votantes que sin ERC el Gobierno más progresista de la historia no sería posible.

Foto: El presidente de ERC, Oriol Junqueras. (EFE)

Súmenle que el empresariado y los 'lobbies' económicos han cambiado de actitud respecto a los discursos de los ejecutivos español y catalán gracias a la zanahoria de los fondos europeos y observarán claramente que ese “ampliar la base independentista”, que supuestamente guía la acción de los republicanos, es, en realidad, un “ampliar la base de votantes” para seguir creciendo como partido y dejar atrás definitivamente a JxCAT. El primer examen está a la vuelta de la esquina en forma de elecciones municipales.

ERC es ahora mismo un pujolismo revisitado, más descarado y mucho más de izquierdas, eso sí. Detrás del ruido, las fotos y las declaraciones a veces contradictorias, es lo que hay. Con una diferencia: el pujolismo podía funcionar a izquierda y derecha. Con ERC, solo funciona a la izquierda. Y a la derecha, en el soberanismo, no hay nadie. Y, aunque lo hubiere, no sería posible ningún tipo de entente con los populares del presente. Así que esta estrategia solo puede funcionar mientras la izquierda gobierne España. Si cambiasen las tornas, todos al monte de nuevo.

Lo más relevante que ha sucedido estos días para la política española es que el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha desvinculado de la mesa de negociación sobre el conflicto catalán el voto de los republicanos a los Presupuestos Generales del Estado para 2022. Por supuesto que esto no evitará la teatralización y gestualidad exageradas que acompañan la tramitación de unas cuentas. Pero en el fondo Pere Aragonès ha venido a decir que su partido las aprobará a poco que el PSOE ponga de su parte en asuntos que no dejan de ser los de una negociación ordinaria.

Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) Oriol Junqueras
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