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Shakespeare era catalán y Pablo Casado, un intelectual
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Josep Martí Blanch

Pesca de arrastre

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Shakespeare era catalán y Pablo Casado, un intelectual

Lo que uno no espera es que el líder del principal partido de la oposición y aspirante a gobernar algún día España adopte las formas del friquismo pseudointelectual más vergonzante

Foto: El líder del Partido Popular, Pablo Casado, durante su intervención en la clausura del 17º congreso del PP de Galicia. (EFE)
El líder del Partido Popular, Pablo Casado, durante su intervención en la clausura del 17º congreso del PP de Galicia. (EFE)
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Los catalanes disfrutamos desde hace tiempo de una factoría de 'fake news' que produce a buen rendimiento y cuyo producto es de una gran calidad. Se llama INH (Instituto de Nueva Historia) y de sus entrañas han salido tesis tan sobresalientes como que Cervantes y Shakespeare fueron la misma persona y que además ese individuo era más catalán que el 'pa amb tomàquet'.

Otras perlas de este instituto de pseudohistoriadores afirman que el Quijote y el Lazarillo de Tormes fueron escritos en catalán. Y si quieren más, pues más: Colón, Teresa de Jesús, Cervantes, Magallanes, Hernán Cortés, El Cid, Erasmo, Leonardo da Vinci y Marco Polo también eran catalanes y no cubrieron jamás su cabeza con nada que no fuera una barretina ni bebieron nada que no fuera 'ratafia'. Todo esto no ha podido saberse hasta el presente por culpa de una gran conspiración castellana que se pierde en la noche de los tiempos y que se puso en marcha para acallar la huella majestuosa e imborrable que los catalanes habían dejado en la historia de la humanidad.

Foto: El líder del PP, Pablo Casado, en la Sierra de Gredos. (David Mudarra)

Como la labor de este museo del friquismo que es el INH ha merecido reiteradamente la atención de los medios de comunicación, es posible que ninguna de esta sarta de chorradas represente una novedad para el lector. Aunque siempre, y más con la canícula, es un buen momento para echarse unas risas. Sea como fuere, el INH es lo que es —un club de historiadores abonados al friquismo— y tiene la influencia que tiene ninguna, a excepción de entre un puñado de gentes crédulas que pueden serlo por ignorantes o fanáticas, o por ambas cosas a la vez—.

Lo que uno no espera es que el líder del principal partido de la oposición y aspirante a gobernar algún día España adopte las formas del friquismo pseudointelectual más vergonzante. Casado actuó de esta guisa, abanderando las tesis del secesionismo lingüístico en su discurso de clausura del congreso de su partido en Baleares al afirmar que en las islas "no habláis catalán, habláis mallorquín, habláis menorquín, habláis ibicenco, habláis formenterés". Queda por ver si en un desplazamiento a Sevilla, pongamos por caso, cierra su discurso de un modo similar y le suelta al auditorio que allí no hablan español, sino sevillano, gaditano, onubense, granadino, malagueño, cordobés, jienense y almeriense. No hace falta añadir que si así lo hiciera, demostraría coherencia.

La diferencia entre decir que Shakespeare y Cervantes eran una sola persona o afirmar que en Baleares no hablan catalán es ninguna

De igual modo que existe la presunción de inocencia, hay que considerar también siempre la presunción de inteligencia cuando la actualidad nos regala sandeces de estas características en bocas tan ilustres. Si la aplicamos a Pablo Casado, su 'boutade' lingüística, que además niega lo que está escrito en el propio Estatuto balear, que consagra el catalán como lengua de las islas, se convierte en una simple afirmación 'fake' que, a sabiendas de que lo es, busca únicamente un supuesto beneficio político. En su caso, nada nuevo en su partido, atizando los instintos anticatalanistas y promoviendo la división, incluso en asuntos en los que la discusión solo es posible aceptando que puede llevar razón quien afirma que la tierra es plana y que el sol sale al atardecer y no de madrugada.

La única diferencia de solvencia intelectual entre afirmar que Shakespearey Cervantes eran en realidad una sola persona y catalana o decir que en Baleares no hablan catalán es esta: ninguna. Solo que los historiadores que defienden lo primero son el hazmerreír de su profesión y su influencia se limita a proporcionarnos hilarantes ratos de asueto, mientras que Pablo Casado aspira a gobernar España a lomos de su analfabetismo lingüístico.

Foto: El presidente del PP, Pablo Casado. (EFE) Opinión
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Como en el siglo XXI la verdad importa más bien poco y además todos somos sospechosos de defender intereses particularísimos, vale la pena volver al siglo XX por un instante. En el lejano 1975, 18 representantes* de lo más solvente de la intelectualidad española, un estado mayor de la cultura española del siglo pasado, estampaban su firma en un documento que no dejaba lugar a dudas sobre lo que se habla en todos los territorios de habla catalana. Lo hacían a raíz de la polémica que arreciaba en esa comunidad sobre la cuestión lingüística. Decía así:

“Los abajo firmantes, miembros de número de las Academias Españolay de la Historia, habiendo conocido la peculiar controversia que durante meses pasados se ha hecho pública en diversos órganos de prensa valencianos, acerca del origen de la lengua hablada en la mayor parte de las comarcas del País Valenciano, y a petición de personas interesadas en que demos a conocer nuestra opinión sobre este asunto, científicamente aclarado desde hace años, deseamos expresar, de acuerdo con todos los estudiosos de las lenguas románicas:

Que el 'valenciano' es una variante dialectal del catalán. Es decir, del idioma hablado en las Islas Baleares, en la Cataluña francesa y española, en una franja de Aragón, en la mayor parte del País Valenciano, en el Principado de Andorra y en la ciudad sarda del Alguer.

"Se hace fácil suponer que tras esas posiciones negativas se ocultan propósitos que en nada se relacionan con la verdad"

Por todo ello, nos causa sorpresa ver este hecho puesto públicamente en duda y aun ásperamente impugnado, por personas que claramente utilizan sus propios prejuicios como fuente de autoridad científica, mientras pretenden ridiculizar e incluso insultar a personalidades que por su entera labor merecen el respeto de todos y en primer lugar el nuestro.

Se hace fácil suponer que tras esas posiciones negativas se ocultan consideraciones y propósitos que en nada se relacionan con la verdad de un hecho suficientemente claro para la filología y para la historia.

Es culturalmente aberrante todo intento (como el que contemplamos) de desmembrar el País Valenciano de la comunidad idiomática y cultural catalana por la que, como escritores e intelectuales españoles, no tenemos sino respeto y admiración, dentro de la cual el País Valenciano ha tenido y tiene un lugar tan relevante”.

Foto: El líder del PP, Pablo Casado (arriba a la derecha), frente a Sánchez, de espaldas. (EFE)

Servía para Valencia y sirve para Baleares. Eran otros tiempos, sin duda peores para los terraplanistas. Ni el INH, ni Pablo Casado, ni editorialistas con pocas y malas lecturas ni tantos otros se habían decidido todavía a practicar con insistencia el ruin arte propagandístico de dar por cierto que la verdad no importa y que la mentira más soez, contada con suficiente convicción y tantas veces como sea necesario, acabará por sumar adeptos por la tripa y nos acercará a los objetivos políticos que perseguimos.

Si eso le hace algún bien al país al que se dice querer servir, esa ya es otra historia. Maravillosa paradoja la de Pablo Casado, alguien que espera gobernar, según dice, para unirnos a todos, pero que aspira a hacerlo propiciando e insistiendo en la división; empezando por la de los que hablan (hablamos) la misma lengua.

*Dámaso Alonso (presidente de la RAE), Jesus Pabón (presidente de la RAH), Emilio Alarcos, Vicente Aleixandre, Alonso Zamora, Fernando Lázaro Carreter, Pedro Sainz Rodríguez, Toma´s Navarro Tomàs, Ramón Carande, Augustín Millares, Salvador de Madariaga, Pedro Laín Entralgo, José María Pemán, Miguel Delibes, Antonio Buero Vallejo, Luís Rosales, Miguel Batllori y Camilo José Cela.

Los catalanes disfrutamos desde hace tiempo de una factoría de 'fake news' que produce a buen rendimiento y cuyo producto es de una gran calidad. Se llama INH (Instituto de Nueva Historia) y de sus entrañas han salido tesis tan sobresalientes como que Cervantes y Shakespeare fueron la misma persona y que además ese individuo era más catalán que el 'pa amb tomàquet'.

Pablo Casado
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