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La doble palanca de Ayuso (incluido el 'efecto Iglesias')
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Marta García Aller

Segundo Párrafo

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La doble palanca de Ayuso (incluido el 'efecto Iglesias')

Que la estrategia de poner el foco en la recuperación económica madrileña le salga bien al PP dependerá en parte de cómo ande la pandemia para el 4 de mayo

Foto: La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. (EFE)
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. (EFE)
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Las terrazas del centro de Madrid han estado durante meses llenas de indignados con las políticas de Isabel Díaz Ayuso que ponían verde a la presidenta porque los bares siguieran abiertos al tiempo que pedían otra ronda. Criticar, sin embargo, ha sido un lujo más al alcance del cliente que del camarero. Últimamente he hablado con varios hosteleros que se consideran de izquierdas que el 4-M, además de votar por Ayuso, están por ponerle un altar. También sé de ateos que de pura desesperación alguna vez le han rezado a San Antonio para encontrar un empleo. Entre el trabajo y los principios, eligen lo primero.

En la capital hay tantos autónomos convencidos de que gracias a Ayuso no han quebrado sus negocios, que la candidata popular va a tratar de explotar este filón electoral. La estrategia será captar madrileños que no habrían votado al PP, pero ahora se sienten en deuda con la presidenta por haber sido menos restrictiva que otras comunidades en los cierres de la segunda y la tercera ola de la pandemia.

La del empleo será una de las principales palancas de la candidata popular para atraer nuevos votantes

Estos conversos no se han parado a pensar que Madrid sea de las pocas comunidades que en los últimos meses no ha ofrecido ayudas directas a sus negocios durante la pandemia (hasta que ha empezado la campaña electoral). Tampoco tienen del todo claro si de haber hecho cierres más restrictivos se habrían salvado muchas vidas por covid ni les importa el resto del programa electoral del Partido Popular. Si fueran a votar pensando en la sanidad pública o en el pin parental que pide Vox, muchos de ellos seguramente votarían a la izquierda. Pero si van a las urnas pensando en el empleo, en el suyo, en concreto, apoyarán a Ayuso.

Esta será una de las principales palancas que explote la candidata popular para atraer nuevos votantes, la del empleo. La laxitud del Gobierno madrileño durante este estado de alarma ha derivado en que la comunidad sea la que más empleo ha creado hasta febrero, aunque también esto haya implicado más contagios por covid.

Que la estrategia de poner el foco en la recuperación económica madrileña le salga bien al PP dependerá en parte de cómo ande la pandemia para el 4 de mayo. Seis semanas es mucho tiempo. Si para entonces el protagonismo lo acapara la creación de empleo y Madrid mantiene mejores datos económicos que otras comunidades, Ayuso tendrá una ventaja que puede esfumarse como tras la Semana Santa resurja una cuarta ola de contagios de coronavirus que vuelva a cuestionar su gestión sanitaria.

La otra palanca de Ayuso será el voto útil que espera absorber de las filas de Vox y de Cs

La otra palanca de Ayuso va a ser el voto útil que espera absorber de las filas del eclipse de Vox y el desmoronamiento de Cs. Mientras en el PSOE y Más Madrid van a esforzarse porque se hable más de las carencias de los recursos públicos y las críticas a la gestión de la presidenta, a la candidata popular le viene muy bien haberse convertido en la antagonista mediática de Sánchez e Iglesias. Y, desde que tiene a este último de contendiente electoral al frente de Podemos en Madrid, le va a resultar aún más fácil agrupar al voto antipodemita de a quienes sí le mueve un impulso ideológico. Derrotar a Iglesias se ha convertido en la última semana en una de las promesas electorales estrella de Ayuso, que de momento ya se vanagloria de ser ella quien lo ha sacado de Moncloa.

Puede que el ‘efecto Iglesias’ mantenga efectivamente a Vox fuera de las instituciones madrileñas, como promete el líder de Podemos cuando asegura que él vencerá a la ultraderecha. Pero no necesariamente porque la candidatura del vicepresidente traiga el impulso que la izquierda necesita para gobernar en la capital. El ‘efecto Iglesias’ podría paradójicamente resultar determinante para alejar a Vox de la Puerta del Sol si, gracias a su movilización del voto de la derecha, Ayuso lograse concentrar la mayoría absoluta que en las encuestas aún se le escapa.

Foto: El presidente del PP, Pablo Casado, y el líder de Vox, Santiago Abascal. (EFE)

Vox tiene complicado que el voto útil de la derecha no vaya al PP, tanto por su trabajado antagonismo ante Iglesias como por su atracción del voto pragmático más económico. En el llamado cinturón rojo el sur de Madrid, de Alcorcón a Fuenlabrada, el PSOE fue en las últimas elecciones el partido más votado, pero allí Vox logró hace dos años el sorpaso al PP. Ayuso aspira a revertir esa tendencia movilizando el voto ideológico al tiempo que el de los trabajadores precarios del sector servicios que normalmente no solían apoyar a su partido.

Así que por muy polarizada que esté la campaña en la teoría, en la práctica también hay muchos madrileños para los que estas elecciones no van a ser una cuestión de ideología. “De bien nacidos es ser agradecidos”, me resumía el otro día un hostelero de Legazpi cuando le pregunté si votaría por Ayuso. “No es una cuestión de siglas”, aclaró, como disculpándose.

Las terrazas del centro de Madrid han estado durante meses llenas de indignados con las políticas de Isabel Díaz Ayuso que ponían verde a la presidenta porque los bares siguieran abiertos al tiempo que pedían otra ronda. Criticar, sin embargo, ha sido un lujo más al alcance del cliente que del camarero. Últimamente he hablado con varios hosteleros que se consideran de izquierdas que el 4-M, además de votar por Ayuso, están por ponerle un altar. También sé de ateos que de pura desesperación alguna vez le han rezado a San Antonio para encontrar un empleo. Entre el trabajo y los principios, eligen lo primero.

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