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Esta última semana del año es la clave para 2022
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Marta García Aller

Segundo Párrafo

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Esta última semana del año es la clave para 2022

Lo que pase con ómicron en los próximos días marcará el próximo año. Entre tanta incertidumbre, vamos a tener que acostumbrarnos a esperar antes de sacar conclusiones

Foto: Un niño, vestido con el uniforme de 'scout', recibe la vacuna. (EFE/Antonio Vece)
Un niño, vestido con el uniforme de 'scout', recibe la vacuna. (EFE/Antonio Vece)
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Quedan cinco días para acabar el año y la incertidumbre es tal que aún es pronto para hacer balance. No sabemos si la nueva ola va a ser la más devastadora de todas o la que acabe con la pandemia. Ómicron podría ser ambas cosas a la vez. La peor noticia sería que la explosión de contagios llevara al colapso hospitalario. Hay otra hipótesis más tranquilizadora, sin embargo, según los virólogos más optimistas: si las oleadas con ómicron requieren menos hospitalización y aceleran vertiginosamente los contagios, después del susto puede venir la inmunidad con la vuelta a la normalidad.

Lo más desconcertante, tras dos años de pandemia, es que ya no sabemos qué es lo normal. La nueva normalidad es acabar el año sin saber si cancelar o no la cena de Nochevieja hasta un par de horas antes de las uvas porque varios comensales han dado positivo. Lo mismo pasa con las reservas en las casas rurales, que penden de una rayita de más en los antígenos. Y al que tenga pendiente tomar un avión para viajar en Fin de Año, no le bastará con presentar una PCR negativa para embarcar. La preocupación del viajero en tiempos de ómicron no se acaba hasta descartar que tampoco se haya contagiado el piloto. Con miles de vuelos quedándose en tierra por falta de tripulación, lo extraordinario empieza a ser que los planes salgan bien.

Si los hospitales no pueden gestionar el aumento de casos que se esperan cuando llegue el pico de la sexta ola, habrá sido una negligencia

La nueva normalidad es la incertidumbre de no saber qué va a ser lo normal. Ni siquiera sabemos aún si la falta de restricciones en España está siendo un acierto o una negligencia. Desistir de frenar los contagios es una apuesta arriesgada que determinará cómo vivamos 2022. Si los hospitales no pueden gestionar el aumento de casos que se esperan cuando llegue el pico de la sexta ola, habrá sido una negligencia.

Otras negligencias ya están más que confirmadas. Como haber dejado que se ahoguen sin recursos los centros de salud o tener tantos españoles peregrinando en busca de un test de antígenos con las farmacias de buena parte del país desabastecidas. La falta de restricciones ya no garantiza, sin embargo, que la economía siga funcionando.

Foto: Araceli Hidalgo fue la primera persona vacunada contra el covid-19 en España. (EFE)

Con ómicron, hay menos muertes y más caos. Al menos, de momento. No sabemos si colapsará el sistema sanitario con la sexta ola, como ya está desbordándose la atención primaria, pero sí que lo que seguro puede colapsar es el mercado laboral, de tanta gente que se está teniendo que poner en cuarentena. El año empezará con el mercado laboral patas arriba y la vuelta al teletrabajo masivo, ya no por decreto, sino por precaución de las propias empresas.

En Francia, con 100.000 positivos nuevos al día, la cantidad de bajas laborales está paralizando 'de facto' el país, y el consejo científico que asesora al Gobierno de Macron está pidiendo que se retrase la vuelta al colegio de los escolares hasta que baje el nivel de contagios. Es probable que este se convierta en el debate patrio de la próxima semana.

En Sudáfrica, donde primero se detectó la ómicron, los contagios subieron rápidamente y se frenaron de sopetón a las cuatro semanas

Entre tanta incertidumbre, hay esperanza. En Sudáfrica, donde primero se detectó la ómicron, los contagios subieron rápidamente y se frenaron de sopetón a las cuatro semanas. En Dinamarca, con unas tasas récord de contagios que llegan a los 1.304,2 casos por cada 100.000 habitantes, más que la media española, las autoridades danesas aseguran que pese a haberse disparado los contagios, las hospitalizaciones todavía se pueden controlar en el país, gracias a las altas tasas de vacunación.

España tiene una tasa de vacunación similar al país escandinavo, pero cuidado con las comparaciones. Entre otras cosas, porque el porcentaje de daneses con la tercera dosis de refuerzo, considerada clave para frenar la ómicron, casi duplica el español. España está de hecho en el vagón de cola de la tercera dosis y hasta marzo el Gobierno no prevé que se termine con los mayores de 40.

Si en España no hay más vacunados con la tercera dosis, una de las claves según los últimos estudios para frenar la transmisión de ómicron, no es por falta de voluntad de la población sino de disponibilidad. Aún es pronto para calibrar si ha sido un error de cálculo del Gobierno por exceso de complacencia, ante lo buenos que eran los datos de vacunación en España, o si la inmunidad del 85% de la población con al menos una vacuna es suficiente para contener las hospitalizaciones.

Foto: Ilustración: Irene de Pablo.
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María Zuil Guillermo Cid Ilustración: Irene de Pablo

Lo que pase con ómicron en los próximos días marcará el próximo año. Entre tanta incertidumbre, vamos a tener que acostumbrarnos a esperar antes de sacar conclusiones. Diciembre acaba con el balance a medio hacer y muchas más preguntas que respuestas. Cómo vamos a hacer pronósticos para 2022 si ni siquiera es posible aún hacer planes para este Fin de Año.

Quedan cinco días para acabar el año y la incertidumbre es tal que aún es pronto para hacer balance. No sabemos si la nueva ola va a ser la más devastadora de todas o la que acabe con la pandemia. Ómicron podría ser ambas cosas a la vez. La peor noticia sería que la explosión de contagios llevara al colapso hospitalario. Hay otra hipótesis más tranquilizadora, sin embargo, según los virólogos más optimistas: si las oleadas con ómicron requieren menos hospitalización y aceleran vertiginosamente los contagios, después del susto puede venir la inmunidad con la vuelta a la normalidad.

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