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Vuelven las obras a la Puerta del Sol: ¿es mejor un cubo que la ballena?
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Marta García Aller

Segundo Párrafo

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Vuelven las obras a la Puerta del Sol: ¿es mejor un cubo que la ballena?

El Ayuntamiento acaba de anunciar que va a reemplazar la entrada al Cercanías por una nueva marquesina en forma de cubo de cristal

Foto: El cubo de cristal: recreación de la reforma de la Puerta del Sol. (Ayuntamiento de Madrid)
El cubo de cristal: recreación de la reforma de la Puerta del Sol. (Ayuntamiento de Madrid)

No sé cuántos madrileños van a echar de menos la ‘ballena’ de vidrio y metal que se traga a los viajeros que entran al Cercanías de la Puerta del Sol, pero sabiendo que son más de 200.000 las personas que cruzan a diario el lugar más transitado de la capital alguno habrá. No hace tanto que se inauguró esta obra arquitectónica tan singular, en junio de 2009, pero el Ayuntamiento acaba de anunciar su desaparición.

Podía gustar más o menos la ballena, pero ya se sabe que en la capital es mejor no encariñarse demasiado con lo que resulta de una obra porque en seguida puede llegar otra reforma que haga echar de menos lo anterior. Como tengo mala memoria, es improbable que vaya a echar de menos la ballena una vez que desaparezca. De la Puerta del Sol solo echo de menos esos buenos ratos entre remodelación y remodelación en los que no hay obras. Bueno, y el olor a gofres que hace años empezaba a sentirse al llegar al andén de la Línea 1 y que en alguna de las últimas reformas desapareció de los sótanos del metro.

placeholder Templete de Antonio Palacios en los años 20. (Memoria de Madrid)
Templete de Antonio Palacios en los años 20. (Memoria de Madrid)

La ballena en peligro de extinción inminente no se pagó en pesetas. Es tan reciente que no hace falta hacer muchos cálculos para saber lo que suponen los 570 millones de euros que costó remodelar la estación hace 13 años, en plena gran recesión. Tampoco hace falta preguntar a los más ancianos del lugar ni rebuscar en la hemeroteca para recordar que a su inauguración asistieron Aguirre, Zapatero y Gallardón, y que a los madrileños nos trataron de convencer entonces de que esa ostentosa entrada al Cercanías con forma extraña de ballena de vidrio se convertiría en un nuevo icono de Madrid a la altura, por qué no, de la pirámide del Louvre. Otros lo llamaban engendro arquitectónico. También decían las crónicas más generosas que la intención de los diseñadores era crear un caleidoscopio urbano con aspecto futurista que reflejara la gran variedad de actividades que se dan en Sol. Lo malo del reflejo que daba la ballena era que los rayos de sol rebotaban en las ventanas para disgusto de los vecinos.

El Ayuntamiento ha anunciado que va a reemplazar la entrada al Cercanías por una nueva marquesina

A la ballena no le ha dado tiempo a envejecer. El Ayuntamiento acaba de anunciar que va a reemplazar la entrada al Cercanías por una nueva marquesina en forma de cubo de cristal totalmente transparente que permita ver toda la plaza desde cualquier parte. Dicen, claro, que esto sí que es muy futurista. El rediseño de la estación del kilómetro cero se aprobará en febrero y las obras comenzarán en marzo. Con suerte, acabarán en 2023, pero llevamos sorteando zanjas suficiente tiempo como para creernos los plazos.

placeholder Recreación de la reforma de la Puerta del Sol. (Ayuntamiento de Madrid)
Recreación de la reforma de la Puerta del Sol. (Ayuntamiento de Madrid)

El nuevo prisma rectangular y transparente tiene buena pinta en las fotos del proyecto. Es verdad que permite ver la plaza entera desde las propias escaleras mecánicas. Queda muy bonito el diseño de la mole transparente, sin un solo grafiti ni pegatina de ‘compro oro’ en los cristales. Es lo bueno de los diseños sobre el papel, que la gente que dibujas no ensucia nada. Tampoco los transeúntes imaginarios de la maqueta sienten el calor que puede retener una estructura de cristal en el agosto madrileño. La foto que ha distribuido el Ayuntamiento es preciosa, desde luego. Da gusto imaginarse la marquesina así de impecable, sin restos de batidos del Starbucks ni cagadas de pájaros chorreando al otro lado del cristal. Cómo se nota que no lo van a tener que limpiar ellos, que diría mi abuela.

placeholder Ballena de la Puerta del Sol. (EFE/JuanJo Martín)
Ballena de la Puerta del Sol. (EFE/JuanJo Martín)

Más de 1000 personas han firmado ya una petición en change.org que pide que en vez de esta caja gigante de cristal, y en vez de la ballena, en la Puerta del Sol se vuelva a poner un templete como el que diseñó el arquitecto Antonio Palacios y que había en los años 20 del siglo pasado. Si en 2021 se recuperó la marquesina que hizo para el metro de Gran Vía, ¿por qué no recrear una réplica de este templete modernista? Aquella parada de metro y tranvías se retiró en 1930 porque se quiso dar todo el protagonismo a los nuevos automóviles, que entonces eran el futuro. Ahora el futuro es peatonal. Y quién sabe cómo será la Puerta del Sol del siglo que viene. Tal vez entonces un grupo de madrileños se ponga a reunir firmas para reivindicar al ayuntamiento que recupere la ballena.

No sé cuántos madrileños van a echar de menos la ‘ballena’ de vidrio y metal que se traga a los viajeros que entran al Cercanías de la Puerta del Sol, pero sabiendo que son más de 200.000 las personas que cruzan a diario el lugar más transitado de la capital alguno habrá. No hace tanto que se inauguró esta obra arquitectónica tan singular, en junio de 2009, pero el Ayuntamiento acaba de anunciar su desaparición.

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