19-J: de la alerta antifascista a la playa

En la recta final de la campaña por las andaluzas, las grandes incógnitas que faltan por resolver el 19-J son cómo de grande será la debacle del PSOE y si Juanma Moreno necesitará a Vox o conseguirá gobernar en solitario. A juzgar por la encuesta que IMOP-Insights ha elaborado para El Confidencial, es cada vez más probable que a la última candidata en empadronarse en Andalucía no le quede mucho para regresar a Madrid. Mientras que al PP pueden salirle los números para prescindir de Macarena Olona, a Vox, según los sondeos, de momento no parece salirle a cuenta haber contado con ella.

Salvo sorpresa mayúscula, la izquierda será la gran perdedora de estas elecciones. Ni siquiera la posibilidad de que Vox entre en el Gobierno de la Junta parece movilizar a su electorado. La consigna de la alerta antifascista, que de hecho empezó por primera vez hace cuatro años en Andalucía y no evitó que los de Abascal entraran por primera vez en el Parlamento, ya no llama a las urnas al votante socialista, si es que alguna vez lo hizo. Pero quien más puede acabar echando de menos esa polarización como eje de campaña es Vox, que, a medida que sus provocaciones dejan de ser una novedad, está perdiendo su principal palanca para ganar protagonismo. Cuando Vox no escandaliza, no marca agenda. Y cuando no marca agenda, se estanca en las encuestas.

Una de las consecuencias que el PSOE esperaba del ‘efecto Olona’, una de las caras más conocidas en toda España del partido de Abascal, era que su beligerancia movilizase más a la izquierda de lo que lo haría un candidato desconocido, del tipo Juan García-Gallardo en Castilla y León. Pero ni con esas. Ni Juan Espadas ni Olona movilizan a la izquierda. Aunque la participación estimada si hubiese elecciones está en estos momentos por encima de la participación de 2018, en todas las encuestas queda claro que los socialistas son los más desmovilizados.

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Otra contrapartida del ‘efecto Olona’ es haber aumentado las expectativas del partido sin que su presencia se esté traduciendo en un aumento significativo en la intención de voto a Vox. Los mensajes en clave nacional de Olona no están conectando con el electorado andaluz. Y los andaluces que en 2018 votaron a Vox la valoran con un 7,1, solo dos décimas más que a Juanma Moreno.

Sin embargo, el mayor problema que Vox tiene en la campaña andaluza no es necesariamente su candidata. Si Vox se ha estancado en las encuestas, puede ser porque el partido de Abascal necesita que la gente vote cabreada. Y los que más ganas tienen de ir a votar en Andalucía son precisamente los que están contentos con la gestión del actual Gobierno andaluz. Según la encuesta de El Confidencial, eso incluye sobre todo a los votantes del PP. También a los de Vox que, aunque tienen alta fidelidad de voto, prefieren antes como presidente a Juanma Moreno (46%) que a Olona (40%). Solo el 5% de los andaluces califica la situación de muy mala o considera que es mucho peor que hace 3-4 años. Y así es muy difícil ir a votar cabreado.

Los de Abascal necesitarían para crecer que el votante de derechas piense más en lo que no le gusta de Moncloa que en lo que le funciona en San Telmo. Además, como el PSOE anda hundido en las encuestas y la izquierda a la izquierda del PSOE muy atomizada, ni siquiera los andaluces más indignados con Pedro Sánchez perciben que haga falta mucho esfuerzo extra este 19-J para darle una lección al Gobierno central. Solo con que se cumplan las encuestas, ya sería un desastre para él.

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Según IMOP-Insights, el PSOE ni siquiera estaría evitando a estas alturas de la campaña que una parte importante de los votantes de Susana Díaz en las anteriores elecciones se fugue ahora a Juanma Moreno, que recibe además un trasvase de la mayoría de Cs (seguramente se quede sin representación). El PSOE perdería casi el 20% de sus apoyos en 2018, lo que probablemente le cueste hasta cinco escaños.

Este descalabro socialista no sería posible si la victoria de Juanma Moreno no despertara tanta indiferencia entre la izquierda. El presidente andaluz no produce gran entusiasmo en la derecha, pero tampoco gran antipatía en la izquierda. Es más, el 44% de los votantes del PSOE declara en la encuesta de El Confidencial que el Gobierno andaluz de PP-Cs lo ha hecho bien.

El PSOE ha pasado de tratar de movilizar a sus votantes con la alerta antifascista de anteriores elecciones a temer que los votantes se le vayan a la playa el domingo. El PP viene limitándose a cruzar los dedos para que Juanma Moreno siga en San Telmo solitario. La duda es si Macarena Olona será o no vicepresidenta de la Junta. Lo que según las encuestas sería más probable que lo evite ya no es que remonte Juan Espadas sino que Juanma Moreno arrase. Sería paradójico que el primer freno importante a Abascal llegara precisamente del primer líder que empezó a gobernar gracias a Vox. Este es solo un escenario probable, pero no el único posible. A una semana del 19-J, un 32% de andaluces aún no tiene claro a quién votar.