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La herencia universal y el despilfarro
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Marta García Aller

Segundo Párrafo

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La herencia universal y el despilfarro

Habrá que debatir si queremos una sociedad en la que el 65% de la desigualdad proceda de dónde ha nacido cada uno y no por su esfuerzo ni por su trabajo

Foto: Yolanda Díaz. (EFE/Ramón de la Rocha)
Yolanda Díaz. (EFE/Ramón de la Rocha)
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La propuesta de Sumar de una herencia universal de 20.000 euros a los jóvenes es en realidad la historia de cómo prevenir un despilfarro. El despilfarro de talento de cientos de miles de jóvenes que en este país no encuentran trabajo, ni piso, ni tienen medios para poder emprender un negocio o pagarse los estudios si no han tenido la suerte de haber nacido en una familia que pueda echarles una mano.

Foto: Nadia Calviño y Yolanda Díaz. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

El despilfarro más preocupante no son los 10.000 millones de euros que costaría la medida que propone Sumar (solo la revalorización del 8,5% de las pensiones ha costado este año 16.000 millones). El verdadero despilfarro es que seamos uno de los países donde más precariedad sufren los jóvenes, con un ascensor social cada vez más estropeado, y donde menos ayudas reciben para poder salir adelante de toda la UE. Esto sí que es un despilfarro de proyectos de vida no desarrollados que, además de desesperanza y frustración a toda una generación, lastra el desarrollo económico del país.

Estamos muy desacostumbrados a que en esta campaña electoral se hagan propuestas, en vez de andar discutiendo de pactos, vetos y sillones, y más aún a que tengan a los jóvenes en el centro. Los problemas de la juventud en este país no suelen debatirse a fondo en campaña electoral (y no, subvencionar el Interrail obviamente no era un debate serio). Será porque poco a poco los jóvenes se han ido convirtiendo en una categoría electoral cada vez más irrelevante. Cuando los nacidos en los setenta eran jóvenes, suponían un 35% del electorado. Ahora, los menores de 30 no llegan a la mitad. Lo cuenta el catedrático José Ignacio Conde Ruiz en su libro La juventud atracada: cómo un electorado envejecido cercena el futuro de los jóvenes (Ed. Península).

El verdadero despilfarro es que seamos un país donde más precariedad sufren los jóvenes

Atendiendo a este porcentaje de voto menguante, se entiende mejor que las medidas de ayuda a la juventud, ya sean rentas de emancipación, ayudas a la vivienda o una propuesta de herencia universal a la mayoría de edad, se perciban con desconfianza o directamente ni estén en el debate público. Y, mientras tanto, el gasto social en las pensiones goza de tanto apoyo social que prácticamente ha convertido en tabú cuestionarlo (aquí, el episodio de Pausa sobre ello), y más en campaña electoral.

¿Pero acaso no deberían ser las campañas electorales el lugar donde discutir soluciones innovadoras a problemas crónicos para los que todavía no tenemos solución? Ese desembolso de 20.000 euros que propone Sumar al cumplir los 23 años es para ayudar a todos los jóvenes a seguir formándose, iniciar su carrera profesional e independizarse. Para financiarla, el partido de Yolanda Díaz propone un nuevo impuesto para las grandes fortunas, pero no ha dado más detalles. Tampoco sabemos por qué la cifra elegida es 20.000 euros ni la edad de cobrarlo los 23.

Foto: Alquiler casa vivienda (iStock)

La propuesta de Díaz tendría más credibilidad si el día que la plantea hubiera explicado mejor detalles de dónde iba a sacar el dinero, y las cifras que dio para sufragarlo (8.000 millones) no fueran distintas de las que al día siguiente explicó su portavoz, Ernest Urtasun (10.000 millones).

Pero tan descabellado no debería sonar que en una campaña electoral se discuta una propuesta que lleva tiempo en ámbitos académicos y a la que el Centro Común de Investigación de la Comisión Europea dedicó un seminario el año pasado. La herencia universal que propone Sumar está inspirada en las propuestas del famoso economista Thomas Piketty, pero también la han investigado otros economistas de diferentes ideologías y ya se han hecho simulaciones teóricas tanto en Italia como en Alemania de cuánto costaría. No solo tiene defensores entre la izquierda.

Foto: Díaz y Piketty, en Madrid. (EFE/J.J. Guillén) Opinión

Es difícil adelantar cómo funcionaría una medida, porque hay muy pocos precedentes. Pero lo que sí que sabemos es que las sociedades envejecidas innovan menos, y las sociedades con mayor desigualdad tienen menos cohesión social. Y la nuestra sufre de ambas cosas. La desigualdad intergeneracional está en cotas sin precedentes. También la concentración de riqueza. Así que también habrá que debatir si queremos una sociedad en la que el 65% de la desigualdad económica proceda de las herencias, es decir, de dónde ha nacido cada uno, y no por su esfuerzo ni por su trabajo.

Las sociedades envejecidas innovan menos, y las sociedades con mayor desigualdad tienen menos cohesión social

Muchos de los costes y beneficios de una herencia universal no están claros todavía, es verdad. Pero el debate acaba de empezar. ¿Debe ser finalista? ¿Ha de ser para todos los jóvenes independientemente de la renta de las familias? Entre las ventajas de dar una prestación a todos, está la garantía de convertirlo en un derecho que llegue a toda la sociedad y no queden excluidas las capas más vulnerables, que son las que más lo necesitan, pero las que más problemas tienen siempre en superar la maraña de trámites burocráticos. Una medida que no discrimina por renta la cobrarán también los hijos de los ricos, pero como sus padres son los que la pagan, tanto la suya como las de los demás, todo queda en casa.

Foto: Yolanda Díaz presenta Sumar. (Sergio Beleña)

Hay otros debates interesantes a raíz de la propuesta de Sumar. Cabe debatir también cuántas propuestas electorales más pueden pagarse con el comodín de gravar más a los ricos sin acometer una reforma fiscal en condiciones; o si tiene sentido que en España las rentas del ahorro sean mucho más bajas que las rentas del trabajo. En el fondo, todo está relacionado con la idea de favorecer la igualdad de oportunidades en el trasfondo de la herencia universal.

Un debate en profundidad, claro, requeriría una propuesta mucho más elaborada de lo que conocemos hasta ahora. Pero a falta de esos detalles, es de agradecer un debate que mete en campaña cómo impulsar el desarrollo de los jóvenes en un país que hace tiempo que les da la espalda. Una herencia universal puede sonar utópica, es verdad. Tan utópica como una campaña electoral planteando debates en positivo.

La propuesta de Sumar de una herencia universal de 20.000 euros a los jóvenes es en realidad la historia de cómo prevenir un despilfarro. El despilfarro de talento de cientos de miles de jóvenes que en este país no encuentran trabajo, ni piso, ni tienen medios para poder emprender un negocio o pagarse los estudios si no han tenido la suerte de haber nacido en una familia que pueda echarles una mano.

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