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Europa: un parque temático para los chinos
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Europa: un parque temático para los chinos

Como decía en mi anterior artículo publicado en El Confidencial el día 18 de mayo de 2010, nos encontramos ante lo que podíamos llamar “la crisis

Como decía en mi anterior artículo publicado en El Confidencial el día 18 de mayo de 2010, nos encontramos ante lo que podíamos llamar “la crisis de occidente” o -mejor- “la decadencia de occidente”. Algo similar a lo que ocurrió con la “decadencia del Imperio Romano”, que acaba con la existencia de un nivel económico que no se recuperará hasta bien entrado el siglo XVII.

Es opinión general que la decadencia y caída del Imperio Romano es una de las cuestiones más controvertidas, debatidas y estudiadas de la historia, al igual que lo será la decadencia de occidente. Y es que -además- ambas tienen ciertas concomitancias.

La decadencia del Imperio Romano no se debe a la culpa de los bárbaros que incluso se incorporaron dentro del Imperio, sino que fue debida a múltiples causas, de las que destacaría las siguientes:

- La desintegración política del poder romano en occidente.

- La crisis de valores y en concreto la pérdida de la llamada “virtud republicana” que hizo que muchas regiones declinaran.

- La irracionalidad que empezó a ocupar el poder.

- La ruina económica: depreciación monetaria y contracción de la actividad, en especial la comercial, lo que conduce a la autarquia.

- Los desórdenes internos.

- Luchas de poder por la dirección del Estado.

- La Roma imperial ahogó los impulsos innovadores de la Grecia Plural.

- La diversidad cultural.

- El tener a la gente contenta como forma de conseguir su apoyo (panem et circenses)

- Los problemas políticos internos debilitaron económica y militarmente a Roma y ello permitió que los enemigos externos derribaran “un edificio podrido”.

- Corrupción de la clase dirigente, abusos de poder y creciente incapacidad para enfrentarse adecuadamente a los problemas.

- Colapso por el peso de la deuda.

Y parece que nosotros vamos camino de lo mismo.

Efectivamente estamos en una situación muy grave, porque desgraciadamente en Europa y en España no estamos haciendo las cosas bien. Los líderes actuales se están alejando de las grandes iniciativas de los Padres Fundadores. Sin un nuevo proyecto europeo es imposible dar respuestas adecuadas a la crisis. Hemos recorrido un buen camino con el mercado interior y el euro. Pero nos falta lo más importante, que es el definir la nueva Europa política, económica y social. Con un conflicto entre los nacionalismos parciales y una ausencia de ambición por las instituciones europeas, el proyecto europeo es incierto. Eliminar los valores y las creencias de una sociedad no es progresista, sobre todo cuando no se proponen otras sustitutivas, y lo que se propone es que “todo es bueno”. Desprestigiar todo lo nuestro (nuestra cultura, nuestras costumbres... etc.) tachándolo de obsoleto y de obstáculo para el progreso es algo que no debemos hacer. No se puede construir una sociedad próspera sin creer en nada, o sin saber en lo que se cree. Hoy la sociedad europea lo que pide es estabilidad económica y social y empleo. En el momento presente las respuestas son parciales y sin un horizonte claro. La Europa política no avanza porque el Tratado de Lisboa es insuficiente y la política de nombramientos ha sido poco acertada.

El Tratado de Lisboa se ha quedado totalmente desfasado después de seis años de crisis. Se concentra en el concepto de la ciudadanía y en el papel de Europa en el mundo, que son ideas muy interesantes pero que han sido desplazadas por la aceleración histórica y la crisis. Y asi:

Primero, Europa no es competitiva

Ahora estamos fijando el horizonte en el 2020, pero ya hemos fracasado en nuestra estrategia Lisboa 2010. Simplemente porque la inversión en ciencia y tecnología es muy inferior a la de EEUU, y Japón; porque el nivel de protección agrícola y presupuesto comunitario es exagerado; por los problemas estructurales de integración de los centros de investigación, universidades y mundo empresarial. Es un network débil.

Segundo, la Crisis

Crisis que ha mostrado la debilidad de la estabilidad económica y social de Europa, porque el euro necesita bases muy sólidas de la “Gobernanza económica”y nuestro sistema es muy débil. Empezando por el rol del Banco Central, Bancos Centrales y coordinación de políticas económicas. Necesitamos un sistema nuevo que blinde el euro y la estabilidad económica y social. No tenemos armonización fiscal, social, de disciplina presupuestaria, de medidas de control, de prevención de crisis. El sistema europeo ha quedado desarbolado. Tenemos que cambiar el marco. Sería hora de diseñar una limitación absoluta del gasto y del endeudamiento y una Agencia Tributaria europea. Europa ha crecido por encima de sus potencial o lo que es igual, ha vivido por encima de sus posibilidades.

Tercero, Europa necesita otros líderes y un nuevo proyecto

Y ello con la finalidad de conseguir ilusionar a la sociedad europea y no se puede lograr, si no es a través de una revisión profunda del rol de Europa. Y por encima de todo está el empleo, el crecimiento económico, y que los europeos perciban que hay un progreso. Avanzar en la integración física con los 27 estados miembros. No tenemos seguridad energética, y Rusia nos ningunea. No tenemos metas ambiciosas como en el pasado. Los ciudadanos europeos necesitarán identificarse con los lideres europeos y por desgracia estamos en una profunda crisis de valores y de lideres. En definitiva, hay que refundar Europa.

Solamente sobre un proyecto de carácter refundacional puede activarse la economía europea. En el caso de España es aún más grave pues no hay ninguna Estrategia País. El problema es que ni Alemania, Francia, Reino Unido ni ningún país europeo puede salir de la crisis sin un sólido Plan Europeo. Las propuestas existentes en estos momentos sobre la mesa son muy superficiales.

En definitiva hay que dar solución, además de al tema politico, a los temas de la deuda, el déficit y el paro. Y para ello debemos tener una Europa unida y fuerte para que no se cumpla la frase que en 1985 se dice pronunció Den Xiao Ping máximo líder de la República Popular China desde 1978 hasta los últimos años de su vida:”en el siglo que viene los EEUU nos dirán lo que hay que fabricar, los hindúes y nosotros lo fabricaremos, e iremos a Europa de vacaciones.”

Esperemos que esto no se produzca y que Europa no se convierta en un “parque temático.” Si queremos, podemos, y España ya tiene antecedentes en Francisco de Vitoria cuando proponia la idea de una comunidad de todos los pueblos fundada en el derecho natural.

Como decía en mi anterior artículo publicado en El Confidencial el día 18 de mayo de 2010, nos encontramos ante lo que podíamos llamar “la crisis de occidente” o -mejor- “la decadencia de occidente”. Algo similar a lo que ocurrió con la “decadencia del Imperio Romano”, que acaba con la existencia de un nivel económico que no se recuperará hasta bien entrado el siglo XVII.