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Hemingway nunca comió aquí
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Andrea Levy

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Hemingway nunca comió aquí

Esta primavera se cumplen 100 años de la primera vez que el escritor puso un pie en nuestra ciudad. A partir de ese primer viaje, el autor inició un romance personal y literario con la ciudad que duró más de cuatro décadas

Foto: Ernest Hemingway. (Alamy/PictureLux/The Hollywood Archive)
Ernest Hemingway. (Alamy/PictureLux/The Hollywood Archive)

En Madrid hay un restaurante situado en el Arco de Cuchilleros, justo al llegar a la plaza Mayor, en cuya entrada un cartel avisa Hemingway never ate here. Hemingway nunca comió aquí. Y uno no puede evitar sonreír al leer la ocurrencia. Porque sí, es verdad, hay que reconocerlo, el escritor norteamericano parece omnipresente en algunas ciudades, de tanto como se le recuerda.

Foto: Hemingway en Sanfermines.

Pero lo cierto es que Ernest Hemingway sí comió, bebió, amó y escribió en otros muchos escenarios de la geografía madrileña. Y la lógica de los aniversarios nos recuerda que, esta primavera, se cumplirán exactamente cien años desde la primera vez que puso un pie en nuestra ciudad.

Llegó a Madrid en el mes de mayo de 1923. Y lo hizo siguiendo el consejo de su amiga y maestra de los escritores norteamericanos residentes en París, Gertrude Stein, que le animó a conocer la fiesta y asistir a una corrida de toros. A partir de ese viaje, el autor estadounidense inició un romance personal y literario con Madrid que duraría más de cuatro décadas de visitas intermitentes. E intensas. Y el universo Hemingway se empapó de casticismo madrileño.

placeholder Ernest Hemingway (izquierda) y su mujer, Mary Welsh (centro), disfrutando de una corrida de toros en Pamplona. (EFE)
Ernest Hemingway (izquierda) y su mujer, Mary Welsh (centro), disfrutando de una corrida de toros en Pamplona. (EFE)

Hemingway visitó la ciudad a lo largo de tres etapas. La primera vez conoció el Madrid de los años 20 bajo la dictadura de Primo de Rivera y quedó eclipsado por su vida cultural e intelectual. De hecho, él sostiene que era la capital del mundo, capaz de medirse y salir airosa en la comparación con las grandes ciudades de Europa como Londres o París. Así, La capital del mundo, se titula uno de sus relatos, inspirado en la modesta Pensión Aguilar de la carrera de San Jerónimo, donde se alojaba en sus primeros viajes.

Después, siguiendo la pulsión idealizada del trabajo de un reportero de guerra, conoció la ciudad en 1936 y se movió por el Madrid republicano sumido en la Guerra Civil. Fueron meses de mucho caminar por la que hoy conocemos como la Gran Vía, de arriba abajo, desde el mítico Hotel Florida, alojamiento de periodistas, hasta el edificio de Telefónica, desde donde dictaban sus crónicas a medio mundo.

placeholder Fotografía del archivo de Castillo Puche y fechada el 9/10/1956 del escritor Ernest Hemingway durante la visita que realizó a Pío Baroja, enfermo de arterioesclerosis, en su domicilio madrileño. (EFE)
Fotografía del archivo de Castillo Puche y fechada el 9/10/1956 del escritor Ernest Hemingway durante la visita que realizó a Pío Baroja, enfermo de arterioesclerosis, en su domicilio madrileño. (EFE)

Tras ser galardonado con el Premio Nobel en 1956, Hemingway regresa y llega a conocer a uno de sus maestros en su lecho de muerte, a Pío Baroja. Hay una célebre fotografía en la que el norteamericano le está mostrando sus respetos a un Baroja moribundo en su casa de la calle Ruiz de Alarcón, frente al Retiro. Dicen quienes fueron testigos que el anciano no le prestaba demasiada atención cuando el barbudo autor de Fiesta le decía, afligido, lo poco que merecía el prestigioso galardón sueco frente a un titán como él.

A pesar de la omnipresencia del escritor en las ciudades en las que vivió, sobran los motivos para celebrar este centenario en la ciudad que le sedujo hace ya 100 años.

Foto: Scott Fitzgerald y Hemingway.

En este mandato, desde el Área de Cultura, Turismo y Deporte, nos hemos detenido a releer a Benito Pérez Galdós, a Emilia Pardo Bazán, a Pío Baroja. Hemos creado programaciones específicas en homenaje de estos grandes cronistas de la ciudad de Madrid, los que mejor la han explicado y enseñado a los lectores de todo el mundo retratada en las líneas de sus libros.

Ahora, en esta primavera de 2023, queremos conmemorar a un clásico moderno que vivió con pasión los días y las noches madrileñas mientras asistía a la transformación urbanística y social que experimentó Madrid desde los años 20 hasta la década de los 50.

placeholder Ernest Hemingway durante una corrida de toros en Madrid. (Getty/Central Press)
Ernest Hemingway durante una corrida de toros en Madrid. (Getty/Central Press)

El Madrid de este norteamericano será el protagonista de uno de los recorridos del programa de rutas más exitoso, Pasea Madrid, el que guía a los curiosos por los secretos de la historia y el patrimonio de la ciudad. Una ciudad que invita a la caminata, con los ojos y los oídos muy abiertos. Les invito a que se apunten al paseo Hemingway, un americano en Madrid.

El itinerario gratuito que arrancará en mayo nos enseñará sus paseos favoritos, los hoteles en los que se alojó, los restaurantes en los que disfrutó de la gastronomía española, las coctelerías de la noche madrileña, y los lugares que inspiraron sus libros.

Foto: Ernest Hemingway junto a  Antonio Ordonez. (JFK Library)

Han pasado ya 100 años y Madrid vuelve a presumir con orgullo de ser una de las capitales más cautivadoras, como escribió el autor, un centro de efervescencia cultural y una tentación de lo más atractiva. El mejor fin de semana europeo. Si Ernest Hemingway pudiera volver, recordaría aquellos felices años veinte de su juventud y renovaría su fascinación por su querida capital del mundo.

En Madrid hay un restaurante situado en el Arco de Cuchilleros, justo al llegar a la plaza Mayor, en cuya entrada un cartel avisa Hemingway never ate here. Hemingway nunca comió aquí. Y uno no puede evitar sonreír al leer la ocurrencia. Porque sí, es verdad, hay que reconocerlo, el escritor norteamericano parece omnipresente en algunas ciudades, de tanto como se le recuerda.

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