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Impacto de la ocupación rusa en Ucrania: la incidencia en los contratos
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Impacto de la ocupación rusa en Ucrania: la incidencia en los contratos

Son muchos los retos a los que los operadores jurídicos y económicos van a tener que enfrentarse por el escenario cambiante en el que nos encontramos

Foto: Fleeing ukrainians arrive in moldova
Fleeing ukrainians arrive in moldova

El mundo entero tiene desde el pasado 24 de febrero sus ojos puestos en Ucrania. El ataque e invasión rusa a Ucrania constituye una de las peores crisis continentales desde mitad del siglo pasado. No solo por el drama humanitario que está obligando a desplazarse a millones de ucranianos a territorios vecinos, dejando atrás sus vidas y familias, sino también por la repercusión directa que tiene sobre la economía de mundial, especialmente de Europa.

La escalada de precios que se venía observando en los dos últimos años, iniciada por la pandemia Covid-19 y por el incremento constante del coste de la energía, se está viendo acelerada aún más como consecuencia de la guerra. Aun desconociendo el alcance temporal de la ocupación rusa, se observan ya implicaciones en la economía global y, salvo Putin, nadie puede aventurarse a dar una fecha de finalización del conflicto.

Conviene recordar que Rusia es el segundo mayor productor de gas natural y las sanciones impuestas por diferentes países, entre los que se debe destacar a Estados Unidos, Reino Unido o la propia Unión Europea, si bien tienen por objetivo ahogar a la economía de Rusia y hacer que se replantee su decisión bélica, lo cierto es que está suponiendo un aumento de costes y el temor de que pueda producirse una restricción total del suministro de gas a Europa.

Foto: Gasoducto Nord Stream 1. (Reuters/Hannibal Hanschke)

Pero no solo el gas preocupa, la realidad es que el precio del petróleo siguiendo el índice que marca el barril de Brent estaba a comienzos de 2021 en aproximadamente 50 dólares, y supera ahora los 110 dólares. El transporte marítimo ha visto multiplicado por 5 el precio de transporte de los contenedores desde Asia a Europa, así se ha pasado de unos 1.500 euros en 2019 a más de 10.000 euros actualmente.

En definitiva, el aumento de costes se refleja en todos los sectores de la economía, siendo ya una realidad en muchos de ellos. En este punto cabe preguntarse ¿qué implicaciones jurídicas va a tener la guerra en aquellos contratos que contemplaban un escenario totalmente diferente al tiempo de formalizarse?

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La imposibilidad de ejecución del contrato puede venir determinada no solo por la imposibilidad material de llevarlo a cabo en términos económicos viables, sino también por imposibilidad material derivada de las prohibiciones impuestas por las autoridades gubernamentales de distintos países. Por un lado, en las relaciones directas con Rusia: ¿qué ocurrirá cuando la imposibilidad material de ejecución del contrato se derive de una prohibición gubernamental de contratar con Rusia? ¿Es posible exigir responsabilidad patrimonial a los Estados?

Del mismo modo, en aquellos contratos en los que intervengan empresas rusas y se haya pactado el pago en una determinada moneda, ¿cómo afectan las sanciones impuestas a Rusia cuando no puedan pagar en esa moneda como consecuencia de las sanciones monetarias? En este punto, los acreedores podrán verse ante situaciones totalmente imprevisibles como la imposibilidad de cobrar cuanto se les debe, o en una moneda que está depreciándose vertiginosamente en los últimos tiempos, como es el rublo.

Foto: Refugiados ucranianos llegan a Alemania. (EFE/Filip Singer)

Pero el tráfico económico con Rusia no es el único afectado. También todas aquellas relaciones jurídicas que, como señalábamos, dependen del empleo de materiales que están experimentando fuertes incrementos de costes. Resulta oportuno llegados a este punto hacer mención a la fuerza mayor. Puede entenderse la fuerza mayor como aquel evento extraordinario que se produce de manera externa a las partes y de forma imprevisible, que además no hubiera podido evitarse ni aunque se hubiera aplicado la mayor diligencia.

En primer lugar, puede que en alguno de estos contratos existan cláusulas que recojan las consecuencias en caso de producirse un evento de los que se incluyen en el concepto de fuerza mayor, debiendo estarse a las mismas. Ahora bien, en los que no lo recojan, resulta de aplicación dentro del territorio nacional lo dispuesto en el artículo 1105 del Código Civil, que establece que "nadie responderá de aquellos sucesos que no hubieran podido preverse, o que, previstos, fueran inevitables".

Foto: El presidente de Rusia, Vladímir Putin. (Reuters)

Si bien la consecuencia en eventos de fuerza mayor puede ser la ruptura del contrato, en ocasiones, serán las partes las que deban tratar de alcanzar un nuevo equilibrio en las prestaciones a fin de mantener la relación comercial adaptada a las nuevas circunstancias. La problemática se acentúa en aquellos contratos de carácter internacional en los que no se recojan adecuadamente las consecuencias derivadas de la fuerza mayor, ya que entran en juego además la determinación de la ley aplicable, las reglas del Derecho Internacional privado para determinar cuáles han de ser las consecuencias.

Ello va a suponer numerosos conflictos entre las partes y dará lugar a un aumento de procedimientos judiciales y arbitrales en los que se debe determinar el impacto y alcance de la fuerza mayor y sus consecuencias, aunque en muchos casos la relación jurídica puede continuar, en otras, se verá suspendida o, en su caso, concluida. En definitiva, son muchos los retos a los que los operadores jurídicos y económicos van a tener que enfrentarse por el escenario cambiante en el que nos encontramos. La capacidad de alcanzar acuerdos con agilidad va a ser un factor determinante para evitar perjuicios mayores.

* Marlen Estévez Sanz es socia del departamento de litigación, arbitraje y mediación de Roca Junyent.

* Borja Diaz es abogado del mismo departamento en Roca Junyent.

El mundo entero tiene desde el pasado 24 de febrero sus ojos puestos en Ucrania. El ataque e invasión rusa a Ucrania constituye una de las peores crisis continentales desde mitad del siglo pasado. No solo por el drama humanitario que está obligando a desplazarse a millones de ucranianos a territorios vecinos, dejando atrás sus vidas y familias, sino también por la repercusión directa que tiene sobre la economía de mundial, especialmente de Europa.

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