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Sobre inspiraciones, originalidad y derechos de autor

Warhol v. Goldsmith supone un giro irrevocable hacia la mercantilización del derecho de autor y supera con creces los límites fijados por la jurisprudencia

Foto: Andy Warhol, acompañado de varios amigos, en El Quijote, el restaurante español junto al Chelsea Hotel. Foto: DAVID MCCABE/HOTEL CHELSEA
Andy Warhol, acompañado de varios amigos, en El Quijote, el restaurante español junto al Chelsea Hotel. Foto: DAVID MCCABE/HOTEL CHELSEA

El pasado 16 de enero de 2023, en una tribuna publicada en El Confidencial, anticipamos el resultado del conflicto que ha mantenido en vilo durante más de un año al mundo del arte y la propiedad intelectual. El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha fallado en contra de los intereses de Andy Warhol Foundation for the Visual Arts, Inc. No obstante, resulta imposible extraer una regla de aplicación absoluta, dada la idiosincrasia del asunto.

A pesar del resultado de la disputa, artistas como Michael Moebius (ha conseguido una victoria judicial muy relevante en defensa de sus derechos de autor), Erik Doeringer o Richard Prince (quien ya enfrentó un caso similar en relación con sus series Canal Zone) y otras referencias del movimiento apropiacionista pueden, en principio, respirar tranquilos. Eso sí, recomendaría encarecidamente que sus creaciones no se dirijan al mismo mercado en el que circula la obra que les sirva de inspiración.

Recordemos que el núcleo del conflicto residió en el alcance objetivo y temporal de una licencia (autorización limitada para el uso concreto de una fotografía) otorgada por la autora de una fotografía original a Vanity Fair para ilustrar un artículo sobre Prince, allá por 1984. Intencionadamente, los miembros del Tribunal Supremo estadounidense han dejado escapar una oportunidad de oro para delimitar si un artista puede utilizar libremente una obra anterior con la intención de revisitarla, apoyándose en sentidos, medios, formas y propósitos distintos. Es decir, si esa obra se convierte en una propia, con verdadera identidad, albergando una clara expresión, significado o mensaje, diferente al primigenio. Sí han dejado muy claro que, dadas las circunstancias concretas del caso, la doctrina del fair use no abarcará una explotación comercial que compita directamente con la obra original.

Foto: Disney podría perder los derechos de Mickey Mouse en 2024... ¡Y mucho dinero! (EFE/EPA/Christophe Petit Tesson)

Al efecto, deberíamos preguntarnos qué entendemos por competición directa en los (diferentes) mercados a los que se dirige previamente la obra original. Ni mucho menos todos los creadores gozan de un mercado potencial idéntico, ni los artistas que se basan en creaciones anteriores se dirigen al mismo público o son capaces de competir con aquellos que les han precedido. En el presente caso, se analiza con mucho detalle la capacidad o potencialidad excluyente de una obra frente a otra, de manera concurrencial. Lo que verdaderamente importa es el choque o conflicto entre las distintas oportunidades (reales o potenciales) de explotación patrimonial. En definitiva, el análisis económico es crítico para entender cómo y de qué manera la obra de Andy Warhol vulnera los derechos de autor de Lynn Goldsmith.

Si trasladamos el debate a una de las últimas tecnologías masivamente adoptadas por los consumidores en las décadas recientes, ¿qué ocurre entonces con los resultados producidos por sistemas de inteligencia artificial generativa? ¿Se les aplicaría la doctrina del fair use orientada y dirigida tras Andy Warhol Foundation for the Visual Arts, Inc. v. Goldsmith? En un análisis caso por caso, deberemos atender ya no tanto a las similitudes entre las obras y los resultados, o al grado efectivo de transformación, que también, sino en si el propósito, el uso, así como el mensaje y el mercado potencial y real al que se dirige la creación posterior puede afectar negativamente a los intereses económicos del autor original.

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El ejemplo más claro es otro trabajo de Warhol, que se cita en la propia sentencia. ¿Quién no recuerda la serie sobre las latas de sopa Campbell’s? Parece claro que el propósito principal del logo que gobierna los envases es la captación de consumidores para que adquieran estos productos. Sin embargo, los lienzos de Warhol representan una crítica velada al consumismo, a pesar de reproducirlos íntegramente.

En un futuro inmediato, dentro del mercado global, instantáneo y de adopción masiva en el que nos encontramos, la litigiosidad brillará con luz propia. Dado lo anterior, es lógico visualizar a múltiples rightholders estadounidenses enarbolando sin fronteras la doctrina analizada en este artículo contra el resultado de diferentes sistemas de inteligencia artificial generativos. Todo ello, evidentemente, con el objetivo de paralizar o dificultar la explotación económica de aquellos outputs ligados inexorablemente a creaciones anteriores sobre las que se han entrenado.

Llegará el día en el que nuestros autores y artistas de referencia sean resultado de construcciones algorítmicas autónomas

Llegará el día en el que nuestros autores y artistas de referencia, así como los activos que generen, sean resultado directo de construcciones algorítmicas autónomas. En una sociedad líquida, en la que el intercambio de bienes es instantáneo y aspira a ser dominada por el cambio tecnológico incesante, la naturaleza comercial del uso de las creaciones (¿humanas?) será mucho más difícil de diferenciar.

Warhol v. Goldsmith supone un giro irrevocable hacia la mercantilización del derecho de autor y supera con creces los límites fijados por la jurisprudencia. Quizá sirva como herramienta para que los rightholders impidan usos transformativos, negando injustificadamente licencias o bloqueándolas con precios absolutamente disparatados. Quizá ralentice el afloramiento de nuevas tendencias, movimientos o disminuya el interés creativo, en sentido amplio.

Tal vez convenga revisar nuestras bases y premisas con relación al sistema de protección del derecho de autor. Como ya ilustró un reconocido literato de Fráncfort hace varios siglos: "La originalidad no consiste en decir cosas nuevas, sino en decirlas como si nunca hubiesen sido dichas por otro", ¿no?

* Daniel Gutiérrez Bernardo es abogado y director de Innovación & Economía Digital en Ontier España.

El pasado 16 de enero de 2023, en una tribuna publicada en El Confidencial, anticipamos el resultado del conflicto que ha mantenido en vilo durante más de un año al mundo del arte y la propiedad intelectual. El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha fallado en contra de los intereses de Andy Warhol Foundation for the Visual Arts, Inc. No obstante, resulta imposible extraer una regla de aplicación absoluta, dada la idiosincrasia del asunto.

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