IA y abogacía: trabajo híbrido y conversacional permanente con algoritmos jurídicos

A estas alturas del año estamos cansados de escuchar hablar tanto sobre IA. Pero se trata quizás de la revolución tecnológica más disruptiva de la historia; incluso mayor que la de los propios ordenadores, el PC e Internet. El año ha estado presidido por la entrada en el mercado de consumo de la IA generativa. En solo 365 días se han puesto patas arriba muchos sectores de cuello blanco. Márquetin, creadores de contenido, consultores, programadores, novelistas, etc. tendrán que repensar su modelo de negocio. Pronto incluso los abogados.

En efecto, los denominados Large Language Models (LLM) y especialmente los de tipo Generative Pre-trained Transformer (GPT) suponen un salto cualitativo en la capacidad de los ordenadores para procesar, interpretar y generar texto en cualquier idioma. Entrenados con millones de documentos, son capaces de aprehender los patrones lingüísticos del lenguaje humano. Ello les permite generar ex novo, completar, resumir, extraer, corregir, traducir, etc. texto con extraordinaria rapidez y sorprendentes resultados, en términos de verosimilitud y credibilidad.

También de responder a preguntas concretas sobre los documentos largos y complejos que examinen, así como de generar artículos enteros con una calidad comparable a la de un profesional y sin importar la materia. Asimismo, el reconocimiento de voz, la transcripción automática de audios y vídeos, la traducción instantánea a cualquier idioma, etc. conocen ya un gran esplendor. Comienza un gran renacimiento de la escritura y la creatividad con tecnología de punta.

Dado el ritmo exponencial de crecimiento de los datos digitales, espoleado según el Cisco Annual Internet Report por el constante incremento del número de usuarios de Internet— unos 5.300 millones o 66% de la población, el uso de las redes sociales, la subida de audios y vídeos, el comercio electrónico, la digitalización a ultranza, etc. ¿Qué cabe esperar de la IA generativa en 2024? Más concretamente: ¿hay futuro para tantos profesionales que aún no hayan digitalizado completamente su actividad y continúen escribiendo con estilográfica o tecleando lenta y torpemente?, ¿qué futuro inmediato para nuestra profesión y otras similares que viven en gran medida de generar texto?

"Comienza un gran renacimiento de la escritura y la creatividad con tecnología de punta"- Jesús María Boccio

La evolución de la IA es tan extraordinaria y tan rápida que no es nada fácil responder a estas trascendentales cuestiones en una breve reflexión como esta. Lo que está claro es que, con la escasa perspectiva histórica de un solo año, andamos todos sorprendidos, desbordados, confundidos. De ahí la gran preocupación de muchos en el propio futuro profesional. Intentemos clarificar un poco la situación, identificando al menos algunas de las grandes tendencias en el sector legal y de la consultoría con la irrupción de la IA.

1. Regulación y permanencia de la IA

No hay vuelta atrás. La Unión Europea toma cartas en el asunto a nivel legislativo e incluso antes de conocer el impacto de la tecnología, como suele hacer. Además, de manera drástica. La IA generativa no es un fenómeno pasajero. Nos guste o no, vivimos inmersos en la cultura de la productividad y del escrito. Ha venido, pues, para quedarse. Mejor adaptarse con la máxima rapidez posible. La IA no va a quitarnos todavía el trabajo; pero cualquier competidor que la use bien probablemente empiece a hacerlo el año que viene.

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2. Profundo conocimiento del Derecho con la IA

El éxito de un abogado se basa en un profundo conocimiento del Derecho. En pocas décadas hemos pasado de utilizar para ello grandes repertorios legislativos y jurisprudenciales impresos, a las bases de datos digitales, en CD-Rom o en la nube con búsquedas terminológicas.

La IA añade a dichas bases de datos una fascinante posibilidad: la búsqueda semántica, capaz de interpretar el significado de las palabras y las frases, en lugar de coincidir literalmente con las palabras buscadas. Es decir, proporcionar la información más relevante posible sobre conceptos o ideas con un cierto nivel de ambigüedad y en un contexto determinado.

En el 2024 asistiremos a una gran oferta de sistemas de este tipo entrenados con el Derecho español. Un buen ejemplo es el reciente lanzamiento de GenIA-L. La IA explora dinámicamente el fondo documental de una prestigiosa editorial en el ámbito laboral, fiscal, mercantil, etc, para ofrecer respuestas a las preguntas más complejas que un abogado pueda plantearle. Asimismo, presentar dichas respuestas no solo en lenguaje técnico, sino también divulgativo o coloquial, dirigido directamente a los clientes. Estas posibilidades eran impensables hace tan poco tiempo.

3. Excelencia y rapidez en el escrito legal con la IA

El éxito de un abogado también se basa en la rapidez y excelencia de sus escritos. La IA también está ya transformando la generación de los mismos. Y de qué manera. Con ella anticipamos que en el 2024 migraremos de un acto creativo, individual y relativamente lento, dominado por la odiosa mecanografía, a la escritura híbrida, conversacional y permanente, con avanzados algoritmos del lenguaje.

"La IA generativa no es un fenómeno pasajero. Nos guste o no, vivimos inmersos en la cultura de la productividad y del escrito. Ha venido, pues, para quedarse".

La tendencia es clara: el diálogo continuo de modo natural y fluido con la IA generativa, como si se tratase de un ser humano, hasta conseguir el escrito deseado. Mediante dicho diálogo se facilita la profundización en temas complejos. Si las respuestas generadas por la IA no son lo suficientemente verosímiles, pertinentes o claras, basta con pedirle inmediatamente aclaraciones, ejemplos o detalles sobre las mismas. Nada mejor que hacerlo a viva voz.

Parece que no andamos muy lejos del robot pasante. Quizás incluso también del robot abogado. Pero la IA nos permite no solo generar texto jurídico ex novo; sino también escribir, corregir y formatear cualquier escrito a viva voz, a una velocidad (x 5) y precisión (99%) nunca vista antes. Además, la traducción simultánea del dictado, frase a frase, o cualquier texto en pantalla a cualquier lengua, incluyendo catalán, euskera, gallego, etc.

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Por último, la textualización automática de vídeos y audios del móvil, incluyendo notas de voz de WhatsApp, cada vez con mayor precisión. Se roza ya la perfección en muchas de estas actividades. Aventuramos que, a lo largo del 2024, emergerá progresivamente la excelencia en la generación de escritos jurídicos con la IA y la voz, aportando mucha más rapidez, creatividad y claridad al proceso.

Existen ejemplos de esta nueva forma de escritura híbrida y conversacional como DigaLaw X, una caja de herramientas de IA para la abogacía, licenciado por el Ministerio de Justicia en clara anticipación del imparable fenómeno que describimos. En 2024 se inicia sin duda una nueva Era presidida por el diálogo fluido, natural, permanente y continuo con la IA generativa que nos permitirá saber mucho más sobre cualquier asunto jurídico y escribir mejor, con mucha más precisión, claridad, rapidez y confort sobre el mismo.

* Jesús María Boccio, CEO y fundador de SpeechWare, y Antonio Serrano Acitores, experto en Innovación y Transformación Digital e IA por el MIT, abogado.