Ecogallego
Por
El ruinoso negocio de producir cerdos envenenando los acuíferos
En el absurdo intento de competir con China en el mercado porcino, estamos contaminando las aguas subterráneas y arriesgando nuestra la salud y la del medio ambiente
La granja de cerdos más grande del mundo está en la provincia china de Henan, se trata de un polígono industrial de más de mil hectáreas formado por 21 naves de seis plantas en las que se producen cada año más de dos millones de cerdos. Pero eso no es todo. El año pasado los chinos construyeron una macrogranja en forma de rascacielos de 26 plantas en la provincia de Hubei para criar otro millón y medio más. Y en los próximos meses van a seguir inaugurando este tipo de megapocilgas para cumplir con el objetivo de su gobierno y poder atender el fuerte aumento de la demanda interna sin depender de las importaciones.
Actualmente la capacidad China de producir carne de cerdo supera los 50 millones de toneladas anuales: casi la mitad (48,4%) del total de la producción mundial. Para comparar, España, que es la principal potencia europea (la UE es el segundo productor mundial con el 20%) produce alrededor de cinco millones de toneladas. Intentar competir con China es tan absurdo como ruinoso, para nuestra salud y la del medio ambiente.
Para producir esos cinco millones de toneladas de carne de cerdo debemos criar y engordar a 50 millones de animales, siendo las principales comunidades productoras Aragón (28%), Cataluña (23%) y Castilla y León (13%). A cambio hemos pasado de tener un tejido productivo perfectamente encajado en el territorio, con una cabaña extensiva que contribuía al cuidado del medio ambiente y granjas de tamaño medio/grande que elaboraban un producto de alta calidad, a producir a escala industrial más carne cada vez más barata para intentar competir con China, quien es a su vez nuestro principal cliente fuera de la UE con el 43% de nuestras exportaciones.
En cambio lo que no exportamos a China son las deyecciones ganaderas que generan las macrogranjas que estamos construyendo para intentar mantener ese ritmo de producción. La contaminación por nitratos provocada por los millones de toneladas de excrementos y orines procedentes de las macrogranjas se queda aquí. Un grave problema de difícil solución pues, cuando se producen malas prácticas en su gestión como residuo, los purines se vierten de forma incontrolada en los campos y se filtran en la tierra hasta alcanzar los acuíferos y contaminarlos, a menudo de forma irreversible, dejándonos así sin uno de las mayores reservas de agua potable para hacer frente a las sequías, presentes y futuras.
Esta misma semana Ecologistas en Acción publicaba los resultados de un nuevo estudio, ‘Contaminación por nitratos. Impacto en el medio ambiente y el agua de consumo humano’ en el que alerta que, según datos del Ministerio de Transición Ecológica, en 2022 el 37% de las aguas subterráneas y el 11% de las superficiales estaban contaminadas por nitratos en concentraciones superiores a lo que marcan las normativas sanitarias al respecto, tanto en la legislación española como en la europea. En concordancia con lo que exige la Organización Mundial de la Salud (OMS), ambas normativas establecen que la concentración máxima de nitratos para que el agua de boca pueda considerarse potable no puede superar el límite de los 50 miligramos por litro (mg/l). Un límite que algunos estudios médicos consideran insuficiente al demostrar que a partir de concentraciones superiores a los 25 mg/l se empiezan a detectar incidencias importantes.
Acuíferos emponzoñados
En la comarca catalana de Osona, uno de los territorios con mayor concentración de granjas de cerdos a nivel estatal y donde la práctica totalidad de los pozos y las fuentes están clausurados, la media de concentración de nitratos detectada en los acuíferos supera los 65 mg/l, con puntos donde se llegan a alcanzar los 350 mg/l. De hecho con casi un millar de instalaciones y cerca de diez millones de cerdos, la contaminación por purines de las aguas subterráneas es uno de los mayores problemas medioambientales en Cataluña, y al que la Generalitat sigue sin atreverse a dar respuesta.
Como denuncia el estudio de Ecologistas en Acción, los datos del Ministerio de Sanidad señalan que en las redes de abastecimiento de 171 municipios españoles se han detectado valores de contaminación por nitratos superiores a los 50 mg/l. El origen de esta contaminación se encuentra en el uso abusivo e incontrolado de fertilizantes en la agricultura intensiva y en la mala gestión las deyecciones ganaderas que generan las grandes explotaciones ganaderas, especialmente las macrogranjas porcinas.
Para evitarlo, los ecologistas exigen que se reduzca al menos en un 20% el uso de abonos nitrogenados, tal y como indica la estrategia europea ‘De la granja a la mesa’ , una de las iniciativas clave del Pacto Verde Europeo. Que se frene la expansión de la ganadería intensiva incrementando las exigencias para prevenir el impacto ambiental de las nuevas explotaciones y reforzando el control sobre el tamaño de las macrogranjas.
Como viene denunciando esta oenegé, en algunas comunidades como Castilla y León, los inversores de la agroindustria sortean las normativas que ponen límite al tamaño de las macrogranjas simplemente dividiéndolas en varias instalaciones. De ese modo recientemente se han dado casos de plantas de 7000 cerdos que se han presentado dividas en tres de 2496 y otras de 4000 divididas en dos de 2000. Todo ello por no hablar de los numerosos proyectos aprobados con granjas de 998 cerdos, una cifra con la que los promotores evitan el informe de evaluación al que sí se verían obligados si llegasen a los mil.
Estamos produciendo millones de toneladas de carne de cerdo barata a costa de contaminar nuestras aguas subterráneas
Con la presentación de este estudio, Ecologistas en Acción pide al gobierno que, en aplicación del principio legal de quien contamina paga, los responsables de la contaminación por nitratos, tanto si se trata de una explotación agraria de monocultivo intensivo como de una macrogranja de ganado porcino, afronten los gastos que conlleva la regeneración de los acuíferos contaminados por su actividad y la restauración ambiental de la naturaleza afectada.
Si eso fuera así, si las empresas de las macrogranjas dejasen de externalizar los costes medioambientales de su actividad y se vieran obligadas a incorporarlos a su contabilidad, quizá los fondistas del 'agrobusiness' se lo pensarían dos veces antes de meterse en el negocio. Un negocio, el de aumentar la producción de carne de cerdo barata, tan ruinoso como insostenible y que nos aleja del objetivo de alcanzar un sistema alimentario más respetuoso con el medio ambiente.
La granja de cerdos más grande del mundo está en la provincia china de Henan, se trata de un polígono industrial de más de mil hectáreas formado por 21 naves de seis plantas en las que se producen cada año más de dos millones de cerdos. Pero eso no es todo. El año pasado los chinos construyeron una macrogranja en forma de rascacielos de 26 plantas en la provincia de Hubei para criar otro millón y medio más. Y en los próximos meses van a seguir inaugurando este tipo de megapocilgas para cumplir con el objetivo de su gobierno y poder atender el fuerte aumento de la demanda interna sin depender de las importaciones.
- Revuelta en la España vacía por la burbuja de macrogranjas de cerdos con rumbo a China Víctor Romero. Valencia
- Santiago de Compostela sin agua durante un día por un gran vertido de purines Eva González
- "Hay tres razones fundamentales por las que habría que cerrar las macrogranjas" Fran Sánchez Becerril