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A ti que tanto te gusta ir al campo, ¿y si lo cuidamos un poco?
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Jose Luis Gallego

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A ti que tanto te gusta ir al campo, ¿y si lo cuidamos un poco?

Las características físicas de España la convierten en uno de los mayores paraísos naturales del continente europeo. Pero la conservación de ese inmenso legado exige el compromiso y la participación de todos

Foto: Senderistas por el Camino Lebaniego con los Picos de Europa como telón de fondo (Turismo de Cantabria)
Senderistas por el Camino Lebaniego con los Picos de Europa como telón de fondo (Turismo de Cantabria)

La posición geográfica de nuestro país, ocupando la mayor parte de la Península Ibérica y con varios archipiélagos, nos dota de un medio físico excepcional. Sus diferentes formaciones geológicas y tipos de suelo, el extenso perímetro de costa, con casi ocho mil kilómetros de litoral del Atlántico al Mediterráneo, la gran variabilidad climática y la multitud de ecosistemas convierten a España en uno de los mejores lugares del planeta para disfrutar de una naturaleza abundante, accesible y muy diversa.

Con más de 50.000 especies de invertebrados, 635 especies de vertebrados, 15.000 de hongos, 2.000 de líquenes, 1.500 variedades de briofitas (plantas no vasculares, como los musgos) y alrededor de 8.000 plantas vasculares, España es el país que acoge mayor biodiversidad de Europa. Los científicos dan el nombre de taxón a cada una de las especies o filos distintos de los demás. Y nuestro país, con cerca de ochenta mil taxones diferentes, acoge el 54% de todos los descritos en Europa.

Respecto a la cubierta forestal, pese al lento pero constante avance de la desertización como consecuencia del cambio climático, y aunque a muchos pueda sorprenderles, lo cierto es que somos, con casi treinta millones de hectáreas, el segundo país con mayor superficie forestal de toda la Unión Europea, solo por detrás de Suecia.

Foto: Parque Natural y Reserva de la Biosfera de Somiedo, Asturias. (iStock)

Buena muestra de ese extenso patrimonio natural, de esa inmensa riqueza biológica que acogen nuestros paisajes, se recoge en la Red de Parques Nacionales. Formada por dieciséis de los espacios naturales más característicos y mejor conservados del país, el principal objetivo de esta red es compatibilizar la conservación la naturaleza con el uso y disfrute por parte los ciudadanos de los lugares más representativos.

Desde las cimas cubiertas de nieve y hielo de Sierra Nevada, Ordesa, Aigüestortes, Guadarrama o el Teide, hasta las profundidades coralinas del Archipiélago de Cabrera o las playas de arena blanca de Islas Atlánticas; desde las escarpadas crestas de roca caliza de Picos de Europa hasta los bosques de laurisilva de Garajonay.

Desde los paisajes lunares de Timanfaya hasta los espejos de agua quieta de las Tablas de Daimiel; desde los roques y barrancos volcánicos de la Caldera de Taburiente, hasta las bulliciosas marismas de Doñana; desde las fértiles dehesas de Monfragüe y Cabañeros, hasta los exclusivos pinsapares de la Sierra de las Nieves. Nuestros parques nacionales nos recuerdan que España es, antes que cualquier otra cosa, naturaleza.

placeholder Parque Nacional del Teide (Jose Luis Gallego)
Parque Nacional del Teide (Jose Luis Gallego)

Y los españoles valoramos y reconocemos esa inmensa riqueza, como lo demuestra el hecho de que el turismo de naturaleza no deje de crecer año tras año y la red de parques nacionales sea el ‘monumento’ más visitado de España. Un éxito de convocatoria que confirma lo mucho que los españoles apreciamos salir al campo, aunque otra cosa sea el nivel de compromiso que demostramos a la hora de respetarlo y conservarlo.

Según datos de la Fiscalía de Medio Ambiente los delitos contra la naturaleza siguen aumentando año tras año en España. Desde la caza ilegal de especies protegidas, hasta el uso de veneno en el campo, pasando por los incendios provocados, los vertidos contaminantes, las malas prácticas agrícolas y pesqueras, la construcción ilegal o la sobrexplotación del caudal de los ríos y los acuíferos. El listado de infracciones es tan amplio como variado, y demuestra lo mucho que queda por hacer en materia de concienciación y sensibilización ambiental en nuestro país.

Por eso es especialmente oportuno que ahora, cuando un buen número de ciudadanos está regresando o acaba de regresar a sus domicilios en la ciudad después de haber disfrutado de unos días en el campo, apelemos a la necesidad de proteger el medio ambiente entre todos. Aprovechando que estos días muchos habrán vuelto a entrar en contacto con la naturaleza, que quizá se hayan emocionado al pasear junto a un rio o frente al mar, al ascender a una montaña o adentrarse en los bosques recién brotados, exhortemos a cuidarla un poco.

placeholder Turistas observando aves en plena naturaleza (EFE/Beldad)
Turistas observando aves en plena naturaleza (EFE/Beldad)

Ahora que muchos habrán vuelto a emocionar escuchando el canto de los pájaros, siguiendo con la mirada el frágil y elegante vuelo de las mariposas o con la embriagadora fragancia del bosque mediterráneo en primavera, es un buen momento para pedir que, si tanto nos ha gustado el campo, nos animemos a cuidarlo entre todos en el día a día: desde la ciudad, el trabajo o el hogar. Y todos sabemos de lo que se trata.

De reducir y reciclar nuestros residuos, de hacer un uso más responsable del agua y más eficiente de la energía. De probar a hacer el mismo trayecto en tren. De comprobar el origen de la electricidad que gastamos y los alimentos que consumimos. Y muy especialmente de evitar las compras compulsivas y consumir de manera más responsable, para que, además de necesitarlo de verdad y estar bien de precio, eso que vamos a comprar sea sostenible y respetuoso con el medio ambiente. Por el campo, por ese campo del que tanto hemos disfrutado.

La posición geográfica de nuestro país, ocupando la mayor parte de la Península Ibérica y con varios archipiélagos, nos dota de un medio físico excepcional. Sus diferentes formaciones geológicas y tipos de suelo, el extenso perímetro de costa, con casi ocho mil kilómetros de litoral del Atlántico al Mediterráneo, la gran variabilidad climática y la multitud de ecosistemas convierten a España en uno de los mejores lugares del planeta para disfrutar de una naturaleza abundante, accesible y muy diversa.

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