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Febrero podría ser más dañino que diciembre
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Carlos Doblado

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Febrero podría ser más dañino que diciembre

La recaída de la renta variable norteamericana coincide con la corrección de los bonos. Obviamente, también el repunte de la volatilidad

Foto: El toro de Wall Street. (Reuters/Carlo Allegri)
El toro de Wall Street. (Reuters/Carlo Allegri)

A mediados de mes empezó a notarse la presión bajista en Estados Unidos y así lo reflejaba en esta tribuna. Sin embargo, me sentía mucho más confortable de lo que lo hago a dos sesiones para el cierre mensual. Comentaba entonces que había que por el momento convenía empezar a fijarse en la volatilidad y, especialmente, en la única cosa que parecía una amenaza: el comportamiento de los bonos.

Sobre la cuestión de los bonos, de los tipos de interés para ser más preciso, fui claro: sólo éstos parecían un problema técnico. Como puede verse en el gráfico, la recaída de la renta variable norteamericana coincide con la corrección de los bonos. Obviamente, también el repunte de la volatilidad. Un repunte que esta semana ha empezado a mostrarse incisiva. Y lo hace sobre la extraordinaria línea de tendencia que mantiene desde 2018, que es lo que lo hace realmente inquietante.

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Esta semana hemos tenido una ruptura de soportes relevantes en tendencia en la parte alta de la curva de tipos, que se ha ido contagiando de los movimientos de un tipo a 2 años norteamericano que se encuentra ya en su zona de mínimos de 2022. La superación del 4,9/5% en las letras norteamericanas podría resultar muy dañina. Con la curva invertida, el 2 años dirige la sinfonía de los tipos de interés. Y un doble techo en continuidad bajista desde su media de 200 sesiones como el que prepone el TBond -30 años- no resulta en nada halagüeño en relación a la presión que pueden soportar los mercados de tipos de interés próximamente.

La relación entre los tipos de interés y la volatilidad, lógicamente, es también un hecho. El VIX viene rebotando desde que recae Wall Street. VIX y VXN, hasta el momento, pasan en su rebote por banderas de continuidad en el proceso de orden superior bajista; y así sucede también con la volatilidad del EuroStoxx50 y la del DAX40. Hasta el momento.

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Las cosas han sido más nocivas para los precios que para la volatilidad en estos últimos días. La semana pasada señalaba que debíamos fijarnos en el Dow Jones de Industriales, y en las últimas cuatro sesiones, el lunes fue festivo en Nueva York, el índice no ha perdido uno sino dos soportes de muy corto plazo, confirmando una pauta potencialmente bajista como la del pasado diciembre tras ser el único gran índice neoyorquino que no batió los máximos de la recuperación del último trimestre de 2014. Es cierto que esto sucede en solitario en esta ocasión, pero S&P500, NYSE o Nasdaq ya viven una corrección que no es una plácida bandera de continuidad alcista.

Sí, no ha caído nada grave, bajamos a buscar medias de 200 sesiones, etc… Pero no debemos olvidar que no hemos revertido la tendencia bajista de 2022 por muchas primeras condiciones que, para ello, acumulemos gracias a la recuperación mantenida desde primeros de octubre. A falta de dos sesiones para el cierre mensual, febrero va a resultar más problemático en el contexto que el pasado diciembre.

Diciembre fue muy inquietante en los precios. Entonces al S&P500 lo frenó su directriz bajista principal y el movimiento bajista vino anticipado por varias sesiones de lateralidad rotas a la baja que eran revertidas a primeros de 2023. En esta ocasión, en cambio, la directriz bajista principal ha sido rota -no me cansaré de advertir sobre lo poco que puede querer decir algo que ponemos a mano alzada sobre un gráfico- y la recaída llega de un modo mucho más irregular, pero la amenaza de los bonos es mucho más patente y el movimiento al alza de la volatilidad, a falta de dos sesiones para el cierre mensual, resulta mucho más claro que el vivido en diciembre. Pese a la impresionante pauta envolvente bajista que despejó el S&P500 en diciembre -pauta, ojo, que sigue vigente porque no ha sido batida en cierre mensual-, la volatilidad del S&P500 rebotó mínimamente al cierre. La del EuroStoxx50, de hecho, incluso descendió. Hoy, pese a la moderada recaída de los precios que tenemos a falta de dos jornadas para que finalice febrero, lo cierto es que la volatilidad se ha movido claramente al alza tanto en Estados Unidos como en Europa. Quedan dos sesiones.

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A mediados de mes empezó a notarse la presión bajista en Estados Unidos y así lo reflejaba en esta tribuna. Sin embargo, me sentía mucho más confortable de lo que lo hago a dos sesiones para el cierre mensual. Comentaba entonces que había que por el momento convenía empezar a fijarse en la volatilidad y, especialmente, en la única cosa que parecía una amenaza: el comportamiento de los bonos.

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