Cómo en bolsa se gana dinero gracias a la obesidad

Me sorprendía el otro día un artículo donde se decía que un 56% de españoles encuestados por el comparador de vuelos Jetcost pensaba que las personas obesas deben pagar más a la hora de viajar en avión. Ese porcentaje sube al 61% para Italia y al 72% en el caso de Francia. Los británicos, base de ese estudio, alcanzaban el 80% de los encuestados, indicando que debería colocarse a esos pasajeros más obesos en una zona reservada exclusiva con asientos más grandes. Al final, se trataba no de un tema de exclusión por ese problema de obesidad, sino de sacar unas conclusiones tanto para viajeros como para empresarios del sector. Al viajero medio y en un momento en el que volar hace ya mucho que está al alcance de todos, le interesa no tener que preocuparse por quién le va a tocar al lado y así poder disfrutar mejor del vuelo. Al empresario, explorar la posibilidad de ajustar las tarifas en función del espacio que ocupemos.

Y es que en un entorno donde la obesidad ha alcanzado proporciones epidémicas a nivel mundial, con un mínimo de muertes anuales de 2,8 millones de personas, existe toda una industria cotizada que se nutre de este problema. Además, si bien hace unos años eran los países más ricos los que presentaban los índices más elevados, ahora también se da en los países de ingresos medios y bajos. Si tomamos los datos de la OMS, vemos que desde 1975 la obesidad casi se ha triplicado en todo el mundo. El año pasado, más de 1.900 millones de personas mayores de 18 años tenían problemas de sobrepeso (casi el 40% del total mundial) y eran 650 millones los que se consideraban como obesos. Si atendemos a los niños y adolescentes entre cinco y 19 años, más de 340 millones presentan sobrepeso u obesidad y, en general, los datos muestran cómo hay más personas obesas que aquellas con peso inferior al normal.

El año pasado, más de 1.900 millones de personas mayores de 18 años tenían problemas de sobrepeso y eran 650 M los que se consideraban como obesos

El aumento en el consumo de alimentos ricos en grasas y de alto número de calorías junto al descenso de la actividad física por el aumento del sedentarismo parecen estar entre las principales causas de este problema. Todo esto termina en consecuencias tremendas para la salud y en el número de enfermedades que se pueden padecer. Diabetes, trastornos del aparato locomotor, enfermedades cardiovasculares, problemas respiratorios y muertes prematuras en niños, efectos psicológicos e incluso algún tipo de cáncer son parte de las consecuencias comunes de la obesidad.

Y justo en la lucha que se está ya desarrollando contra la obesidad, reside la oportunidad de inversión. Si bien es cierto que algunas empresas de las que ganan gracias a productos altos en niveles de azúcar están sometidas a cierta presión y cambio de enfoque, para otras presenta una oportunidad que ya se puede negociar en bolsa.

De un lado, tenemos a todas aquellas empresas farmacéuticas y de cuidado de la salud. Aquí se incluyen desde la empresa que produce pastillas que potencian la pérdida de peso hasta las que abordan aspectos médicos como la diabetes o enfermedades del riñón y temas de rodillas. Teniendo en cuenta que el tamaño del mercado puede alcanzar los 200.000 millones de dólares en 2019 y que Estados Unidos es el que mayor número de obesos presenta en el mundo desarrollado, aquellas compañías que sepan posicionarse en este segmento pueden tener un buen desempeño.

Otros sectores, como el relacionado con dietas médicas, productores de ropa de deporte o gimnasios, pueden verse igualmente beneficiados

El segundo sector que puede verse beneficiado de una lucha más seria contra la obesidad, se centra en torno a la alimentación. Se estima que es un mercado de unos 700.000 millones de dólares, cuyos impuestos serán menores y donde la alteración de las líneas de producción de esas empresas para acomodarlas a esa demanda y el potencial de la producción de alimentos ecológicos son clave para obtener buenos resultados. Otros sectores, como el relacionado con dietas médicas, productores de ropa de deporte o gimnasios, pueden verse igualmente beneficiados.

Si lo bajamos a cómo invertir en el lado que ayude a la resolución del problema mediante esas empresas, una de las formas más sencillas es mediante los ETF o fondos cotizados. El llamado SLIM es un ETF creado hace poco más de un año que justo invierte en compañías que van desde Novo Nordisk hasta Fresenius pasando por Herbalife.

Otra forma de lograr exposición al sector salud y servicios médicos, que disponga de mayor historia, es el Axa Framlington Healthcare Fund, que invierte cerca del 70% en empresas norteamericanas y se creó en 1987.

Si tomamos el sector alimentación, y pese a que se puede dar el caso de sufrir problemas en ciertas líneas de productos, existe una adaptación a la nueva regulación y demanda del consumidor. Nestlé o Unilever son ejemplos claros. Mientras se les ha presionado para que ciertos productos se adapten en términos de azúcares y grasas, su campaña de 'marketing' gira hacia potenciar el resto de productos más saludable. Otras acciones menos éticas se han visto, al igual que en la industria del tabaco, donde se han dedicado a vender esos productos azucarados en otros mercados menos regulados.

Así las cosas, y esperando ver resultados positivos en la lucha contra la obesidad mundial, es posible posicionarse en ese sector que se está beneficiando de esa crisis de obesidad y de las nuevas tendencias como la alimentación ecológica o la potenciación de hábitos saludables. Al final, el dinero busca aquello que más rentable le puede parecer, y si encima se logran soluciones a los problemas existentes, pues mucho mejor.