De Vuelta
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Anonymous ya no puede con Elon Musk
Personajes como Trump en su época, o Elon Musk en función del Tweet del día, son claros ejemplos de cómo provocar alteraciones del precio de un índice
No cabe duda de que el último año pasará a la historia de los mercados, en lo que al impacto de todo lo social se refiere, como uno de los referentes para el estudio del comportamiento humano y su impacto en las bolsas. Al trinomio rentabilidad, riesgo y sostenibilidad, hay que añadir ahora un cuarto factor a tener en cuenta: las redes sociales y los influencers, y cómo éstos tienen su influjo en las cotizaciones.
Comentaba hace un tiempo el caso GameStop y los vaivenes de una cotización aupada al ritmo de plataformas como Reddit y subforos del tipo WallStreetBets. Esta semana pasada se conocía, por cierto, que uno de los fondos con posiciones bajistas en esa empresa, esperando caídas de su precio ante la delicada situación financiera de la misma, que fue objeto de la ira del pueblo mediante la acción consensuada de una parte de sus componentes (gracias a la compra indiscriminada de esos títulos) ha cerrado su actividad. Del mismo modo y en el caso de GameStop, la compañía ha aprovechado el alza de sus títulos, que supera el 1000% en lo que va de año, para llevar a cabo varias ofertas de acciones y así conseguir recaudar una buena caja con la que acometer cambios de negocio.
Esta situación de organización social para combatir a los bajistas, o para aupar ciertas cotizaciones, sigue su extensión y réplica en otras compañías. Torchlight (TRCH) o Geo Group (GEO) han sido de las últimas favorecidas por esos grupos, provocando fuertes revalorizaciones en pocas sesiones y poniendo sobre la mesa, una vez más, la influencia que todo lo social puede tener sobre el precio de muchos activos con independencia, y esta es la clave, de su situación financiera actual y expectativa futura.
Pero no solamente son estos grupos organizados los que pueden mover precios últimamente. Personajes como Trump en su época, o Elon Musk en función del Tweet del día, son claros ejemplos de cómo provocar alteraciones del precio de un índice, una acción o de algún criptoactivo como bitcoin (BTC) o el meme Dogecoin (DOGE).
Especial mención requiere este último caso y personaje, pues adorado por muchos y criticado por otros, la narrativa que rodea al exitoso emprendedor y magnate está siendo puesta en tela de juicio más allá de sus detractores (TSLAQ), por primera vez en mucho tiempo.
El que Tesla no haya sido capaz de ganar dinero nunca, salvo por el efecto de los subsidios gubernamentales o los beneficios generados por sus posiciones en bitcoin (BTC), que pueda no ser el mesías llamado a construir un mundo más verde (resulta que se emplean niños en minas de litio para sus baterías y que el impacto en el medio local no es atendido), que haya destruido el sueño de muchos Doge-soñadores que han visto como pierden un 66% desde máximos (tras animar con sus Tweets la compra del mismo), o que se dude ahora sobre si será o no el próximo colonizador de Marte (¿de verdad necesitamos ir a Marte?), están empezando a impactar sobre la imagen de Elon Musk y sobre la influencia de sus antaño seguros comentarios.
Mos podemos encontrar con situaciones como la del meme DOGE (con utilidad nula)
Llama la atención que Tesla sea la única acción, de las consideradas de éxito dentro de la lista de 500 compañías de Fortune, que tiene una comunidad de escépticos (TSLAQ), o que exista una publicación que sigue cada una de las afirmaciones imaginativas de Elon. Ahora toca añadir el video que le ha mandado Anonymous a Musk en lo que viene a poner de manifiesto las incongruencias entre el genio y la realidad. Tildado de un narcisista millonario que no mira más que por su propio poder, el movimiento explica una serie de hechos donde Elon no sale muy bien parado, mostrando al final una realidad muy distinta a la que se tiene del mismo.
Así las cosas y en un entorno de máximas valoraciones, hay que extremar la cautela con respecto al cuadrinomio que delimita los precios de muchos activos en la actualidad. En este sentido y tras lo comentado, el aspecto menos controlable que es el de las redes sociales, debe ser justamente evaluado. Toda influencia en un precio debe tener su justificación final o, de lo contrario, nos podemos encontrar con situaciones como la del meme DOGE (con utilidad nula) y una larga colección de inversores finales impresionables como poseedores de unos tokens cuyo valor es cero. Lo social y lo económico no están, en muchas ocasiones, correctamente unidos y ahora más que nunca, debe ser consciente de ello.
No cabe duda de que el último año pasará a la historia de los mercados, en lo que al impacto de todo lo social se refiere, como uno de los referentes para el estudio del comportamiento humano y su impacto en las bolsas. Al trinomio rentabilidad, riesgo y sostenibilidad, hay que añadir ahora un cuarto factor a tener en cuenta: las redes sociales y los influencers, y cómo éstos tienen su influjo en las cotizaciones.