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Cliente minorista, los bancos tampoco quieren tu dinero
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Kike Vázquez

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Cliente minorista, los bancos tampoco quieren tu dinero

En ‘Depositante, ya nadie quiere tu dinero’ y en la segunda parte de dicho artículo vimos que los clientes mayoristas tienen altas probabilidades de verse en

Foto: FIH Erhvervsbank.
FIH Erhvervsbank.

En ‘Depositante, ya nadie quiere tu dinero’ y en la segunda parte de dicho artículo vimos que los clientes mayoristas tienen altas probabilidades de verse en la obligación de pagar por disfrutar de un depósito a la vista, al menos en varias entidades muy conocidas a nivel mundial. Podría parecer un fenómeno aislado, una simple anécdota… pero no lo es. En la actualidad estamos viendo los primeros casos de depositantes minoristas que también se ven obligados a pagar por tener en su cuenta saldos de pasivo. Vamos, gente normal y corriente que, un día, se encuentra con que su dinero no solo no renta, ¡sino que tiene que pagar por él!

¿Adivinan dónde se ha dado el primer caso de esta nueva contagiosa ‘enfermedad’? Pues, como no podía ser de otro modo, en Dinamarca, lugar que se sitúa a la vanguardia en lo que a tipos negativos se refiere con un -0,75% en la facilidad de depósito del banco central. Así, el pasado viernes el FIH Erhvervsbank anunció que a partir del 9 de marzo comenzará a cobrar a sus clientes, indistintamente de su tamaño, por su propio dinero para no sufrir pérdidas con esta operativa (“In Denmark, Depositors to Pay Interest to Bank” 10-2-2015 WSJ).

En la actualidad el banco cuenta con 8,5 mil millones de coronas danesas (1,1 mil millones de euros) en su pasivo. De dicha cantidad aproximadamente un 12% de los saldos se verán cargados con un tipo de interés negativo del -0,5% con liquidaciones trimestrales, cantidad que se corresponde con aquellos fondos considerados ‘a la vista’ en contraposición al 88% de ‘depósitos a plazo’, los cuales seguirán contando con una pequeña remuneración en el mejor de los casos y con interés cero en los demás.

Por el momento, el FIH Erhvervsbank es el primer valiente que se atreve con esta medida, ya que todo parece indicar que la reacción por parte de los clientes será muy negativa (algunos depositantes ya han abandonado la entidad tras producirse el anuncio, antes incluso de que la medida comience ni siquiera a aplicarse). Su CFO afirma que son conscientes de las posibles consecuencias, pero dice que están preparados para seguir adelante incluso si pierden todos sus depósitos. Otras entidades como el Danske Bank, la mayor del país, seguirá los mismos pasos si los tipos negativos se consolidan a largo plazo, aunque por el momento se mantienen al margen. Lo mismo comenta Nordea.

Es posible que ahora mismo algún lector se sienta enfadado valorando la posibilidad de que los tipos negativos se extiendan, y no es descabellado pensar que, si la experiencia danesa sale bien y la coyuntura económica no mejora, sigamos viendo sucesos similares a lo largo del mundo. De hecho en la red los internautas empiezan a hacer sus cálculos sobre cuánto costaría almacenar efectivo para compararlo con el posible coste de los depósitos tradicionales (en Suiza se está poniendo de moda y los billetes de 1.000 francos suponen ya el 61% del dinero físico en circulación). Pero, a pesar de ello, miremos el lado bueno: si la rentabilidad de los depósitos cae, también lo hace el coste de la financiación.

Tanto es así que la deuda corporativa en euros de Nestlé ya tiene rentabilidad negativa a más de un año, mientras otras grandes compañías como Shell o Novartis están próximas a ello. ¿No les parece suficiente? Pues vean el nuevo superproducto financiero de Dinamarca: la hipoteca negativa. Vamos, que ¡los deudores en vez de pagar por hipotecarse reciben intereses! Según comenta la prensa local, el pasado enero se produjo por primera vez un hecho novedoso: algunos clientes de Nordea Kredit recibieron un pago de intereses a su favor por contar con una hipoteca denominada F1, cuya referencia entró en territorio negativo. Y esto es solo el principio.

Como sabrán las entidades financieras, en ocasiones, tras realizar una hipoteca la titulizan en partes, junto con los derechos de cobro de otras, o venden bonos a los inversores. En Dinamarca o Suiza, países donde los tipos negativos están haciendo aparición, también ocurre. Problema: ¿cómo vender un MBS (bono garantizado porhipotecas) si la rentabilidad es negativa? ¿Están dispuestos los bonistas a pagar intereses a los hipotecados? ¿O mejor emitir con un descuento? En realidad, no hablamos de preguntas hipotéticas porque estemercado se encuentra en plena convulsión por culpa de los tipos de interés negativos ante la falta de precedentes.

Los bonos hipotecarios en Dinamarca (el segundo mayor mercado de este tipo en Europa tras la todopoderosa Alemania) se encuentran en territorio negativo para vencimientos de hasta 3 años, provocando que algunas entidades hayan decidido no emitir este tipo de productos. Las entidades financieras no solo tienen un problema a la hora de decidir qué hacen con sus depósitos o al ver como sus márgenes disminuyen por la caída del precio de las operaciones de activo; además, ahora no saben cómo afrontar el territorio negativo en las emisiones de bonos hipotecarios. Un mercado clave para la banca, y un mercado en donde la homogeneidad es clave para su desarrollo.

Sin embargo, más allá de lo rompedor que resulta que se cobre a clientes minoristas por su dinero o que existan hipotecas que pagan al deudor por poseerlas, lo que demuestran estas noticias es que se está produciendo un desajuste desconocido hasta el día de hoy en la economía. No sabemos si puede darse un pánico bancario con depositantes sacando masivamente su dinero para evitar que les imputen ningún coste o quizá un frenazo en el mercado de bonos hipotecarios por la incertidumbre existente… No sabemos si el alquiler de cajas fuertes comenzará a extenderse ahora que, en países como Dinamarca, resultan más baratas para custodiar el dinero que los tradicionales depósitos. No sabemos qué puede ocurrir en este mundo si los tipos negativos siguen hundiéndose. Y si eso sucede, ¿empezaremos a volver a hablar de leyes que limiten la circulación de efectivo?

En ‘Depositante, ya nadie quiere tu dinero’ y en la segunda parte de dicho artículo vimos que los clientes mayoristas tienen altas probabilidades de verse en la obligación de pagar por disfrutar de un depósito a la vista, al menos en varias entidades muy conocidas a nivel mundial. Podría parecer un fenómeno aislado, una simple anécdota… pero no lo es. En la actualidad estamos viendo los primeros casos de depositantes minoristas que también se ven obligados a pagar por tener en su cuenta saldos de pasivo. Vamos, gente normal y corriente que, un día, se encuentra con que su dinero no solo no renta, ¡sino que tiene que pagar por él!

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