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Enrique Roca

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Los otros aliados de nuestra inversión bursátil

Estudiada la importancia de los dividendos, vamos a analizar algunas características de las empresas que se comportan mejor que el mercado.Primero. Las empresas medianas y pequeñas baten

Estudiada la importancia de los dividendos, vamos a analizar algunas características de las empresas que se comportan mejor que el mercado.

Primero. Las empresas medianas y pequeñas baten a las grandes. El tamaño de las empresas se mide por su capitalización (número de acciones por  precio), considerando  el capital no cautivo.

Este gráfico compara el Ibex versus IBEX MEDIUM CAP.

¿Qué subyace detrás del mejor comportamiento a largo plazo de las compañías medias y pequeñas?

1)   Mayor predictibilidad de los resultados. Al estar menos diversificadas que las grandes, su información es más contrastable, el análisis más fácil, siendo más previsibles tanto sus cuentas de resultados como conocer  su sensibilidad a determinados factores.

2) El poder de la escasez. Estas empresas tienen nichos de mercados muy específicos siendo líderes del mercado mundial en determinados segmentos de la cadena de producción que son imprescindibles para el desarrollo del producto de las grandes, por lo que acaban siendo compradas.

3) La gestión y la estructura accionarial. Algunas de estas compañías tienen una estructura accionarial con una influencia familiar significativa, mientras que en las grandes no se sabe quién manda ni cuáles son los objetivos de la gerencia a medio plazo, salvo la de mantenerse en el poder. En estas empresas los directivos suele ser los dueños por lo que sus intereses y los nuestros confluyen.

Segundo. Las acciones de valor baten a las de crecimiento. El valor teórico de una acción no es más que el descuento de sus flujos futuros o entradas de efectivo para lo que se realizan proyecciones, normalmente hasta el quinto año, en la cuenta de resultados y en el balance. Después, se supone que la empresa crece a un tipo constante que la mayoría establece en el 2%.

Las acciones de valor corresponden a empresas con un negocio consolidado y estable. Algunos ratios que nos pueden servir para medirla son: bajos Precio/Valor Contable, Precio/Cash Flow, Deuda/Capitalización  Bursátil, P.E.R y altas Rentabilidad sobre Recursos Propios, Rentabilidades por Dividendo y Beneficios/Cobertura Intereses. Los sectores de consumo personal y de hogar, alimentación y bebidas, salud, media, petróleo, están bien representados en este tipo de acciones, aunque hay que descender a nivel de empresa para saber si prepondera en su valoración el futuro próximo o el lejano.

No es de extrañar que esta semana estos sectores se hayan comportado favorablemente en las bolsas europeas ni que en USA sus ventas hayan crecido más de lo esperado.

Acciones de crecimiento corresponden a empresas en fases de expansión que tienen aún que demostrar su capacidad consistente de generar beneficios, y por lo tanto su valoración es muy sensible al éxito o fracaso de sus políticas futuras cotizando con múltiplos elevados en función de los resultados actuales. En éstas el valor residual es la mayor parte del flujo descontado, mientras que en las de valor, los próximos cinco años predominan.

Sectores dominantes son tecnología, espacial, biotecnología, consumo cíclico.

Analizando el SP500 desde el año 1968, las 20 acciones con mayor P.E.R rindieron un 5% anual menos que las acciones con menor.

Société Générale realizó un estudio analizando 33 mercados y relacionando su comportamiento el siguiente año con el ratio precio/valor contable. Si éste en las acciones que componían el Índice estaba por encima del 2,5, la rentabilidad subsiguiente era del -3%, mientras que si se situaba por debajo del 1,5 fue del 23%.

Las crisis como la vivida en 2008-2009 donde muchas empresas con negocio consolidado cotizan por debajo del valor contable, se dan rara vez, constituyendo oportunidades únicas de compra. Pero no olvide que los requisitos para obtener rendimientos son conocer la empresa mejor que el mercado, comprar  a un precio que permita una revalorización a medio plazo (coincidiendo con momentos difíciles)  y tener paciencia.

Finalizando y respondiendo a los comentarios efectuados: Para los lectores que desconfían de la bolsa, en el gráfico se muestra la rentabilidad del DJ en períodos sucesivos de diez años.

La  rentabilidad máxima la obtuvo un inversor que vendió en 1999 las acciones compradas en 1989 con el 350%. Las pérdidas  algo superiores al  50% corresponden a compras meses antes del crack del 29. La inversión en términos reales de éstas, se recuperó en  1949 y las efectuadas  en máximos del DJ en octubre del 2007 tienen un 50% de posibilidades de hacerlo antes del 2017.

Parece  que el secreto está en la respuesta a: ¿qué comprar? ¿cuándo? o ¿cuánto tiempo puedo aguantar una pérdida momentánea en el caso de que el mercado vaya en nuestra contra?

Lean al mítico  Bill Miller sobre el futuro comportamiento de acciones-bonos para la próxima década y mediten sobre las consecuencias del plan franco-alemán de salvamento griego sobre los grandes tenedores de la deuda helénica, curiosamente los bancos de estos países. (tipos bajos más tiempo del deseable, fortalecimiento del dólar y  más déficits-deuda, menos crédito al sector privado, etc).

No es de extrañar que, mientras, la bolsa norteamericana siga siendo la guía. Empezar a comprarla debajo del 1030 del SP500 parece una buena opción.

Estudiada la importancia de los dividendos, vamos a analizar algunas características de las empresas que se comportan mejor que el mercado.

Dividendos Ibex 35 Salidas a bolsa