Rumbo Inversor
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Inversores a largo plazo de boquilla
Lo normal es que después de la tempestad llegue la calma y que las empresas vayan poco a poco solucionando los problemas a los que se enfrentan
Decir que inviertes a largo plazo está de moda. Cada vez hay más inversores que afirman tener un extenso horizonte de inversión y que seleccionan los activos utilizando argumentos acordes con ese plazo.
Sin embargo, a menudo cuando se analizan las operaciones realizadas a posteriori se puede comprobar que el plazo medio de inversión es muchísimo más corto de lo manifestado y que los resultados son claramente peores de los esperados.
Visto desde fuera sorprende que los inversores se engañen a sí mismos con el horizonte de inversión. Desde dentro, como inversor, se ven más claros los motivos por los que gran parte de los que consideran que están preparados para un largo viaje abandonan a las primeras de cambio. No es un viaje agradable y son muy pocos los que están dispuestos enfrentarse a las dificultades.
A veces son tempestades que afectan a la mayoría de las inversiones y en otras ocasiones se trata de problemas específicos de los valores en los que se ha invertido. En esos momentos los riesgos, amenazas y debilidades se perciben como enormes y, por otro lado, se tiende a minusvalorar las fortalezas y oportunidades de las compañías.
Lo normal es que después de la tempestad llegue la calma y que las empresas vayan poco a poco solucionando los problemas a los que se enfrentan, pero desafortunadamente muchos inversores tiran la toalla antes de que esto ocurra.
¿Cómo podemos evitar que nos pase a nosotros? Preparando mejor el viaje. Siendo plenamente conscientes de que con seguridad habrá momentos malos en los que lo más fácil es perder la confianza en las inversiones. Por ello, es muy necesario contar con sólidos argumentos que defiendan nuestras tesis de inversión. Nos ayudarán a no abandonar cuando surjan los contratiempos.