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De heredero a inversor: claves para aprovechar al máximo el valor de tus activos
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Juan Gómez Bada

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De heredero a inversor: claves para aprovechar al máximo el valor de tus activos

La peor situación suele ser mantener un activo que no se desea, no se comprende, y que jamás se hubiera adquirido de no ser por la herencia

Foto: Un agente de bolsa en Wall Street. (EFE/Justin Lane)
Un agente de bolsa en Wall Street. (EFE/Justin Lane)

A menudo, muchas personas se ven convertidas en inversores de manera abrupta, heredando activos que no comprenden y en los que jamás habían considerado invertir. Algunos de estos nuevos propietarios, sin una comprensión clara de si estos activos son buenos, malos o simplemente promedio, los venden apenas los reciben.

Aunque pueda parecer un acto impulsivo, esta puede ser una decisión más razonable de lo que parece a primera vista. Después de todo, cada individuo tiene una idea personal sobre qué activos desea poseer y cuáles no. En tal caso, si un activo no deseado llega de forma inesperada, cambiarlo por algo más acorde a las preferencias individuales puede ser una estrategia adecuada.

Sin embargo, la peor situación suele ser mantener un activo que no se desea, no se comprende, y que jamás se hubiera adquirido de no ser por la herencia. Además, esta posición puede verse agravada por el temor a deshacerse de algo que proviene de los padres u otros familiares. En estos casos, es común caer en la parálisis por análisis: dado que no se entiende, se decide no tocarlo. A veces, el temor de cómo reaccionarán los hermanos u otros familiares si se vende el activo también puede jugar un papel relevante en esta indecisión.

Es importante recordar que los activos financieros son como los activos físicos (como una casa, un coche, una motocicleta, una obra de arte, etc.). Algunos pueden ser útiles, mientras que otros pueden no tener valor para nosotros o no apreciaremos su valor de mercado. Con los activos físicos, generalmente sabemos desde el primer día cuáles queremos y cuáles no. Aquellos que no queremos, los vendemos sin dudarlo, a pesar de que algunos puedan requerir tiempo y esfuerzo para venderlos a un buen precio.

Otro factor a tener en cuenta es que quien nos ha dejado los activos en herencia lo ha hecho con la intención de que sean los más beneficiosos para nosotros. No estaríamos honrando sus intenciones si no procuramos que esos activos sean útiles para nosotros o para nuestros herederos.

La peor situación suele ser mantener un activo que no se desea, no se comprende, y que jamás se hubiera adquirido de no ser por la herencia

Al ser dueño de un patrimonio, es esencial asumir el control y la responsabilidad de este. Esta responsabilidad no es transferible. Puedes buscar asesoramiento y confiar en ciertas personas para que te ayuden a gestionarlo, pero al final, la decisión de a quién confías tu patrimonio recae en ti. Tienes la libertad de seleccionar diferentes entidades, personas, o incluso de encargarte tú mismo de manera más directa.

Mi recomendación es hacer un esfuerzo por entender lo que has heredado. Para ello, probablemente tendrás que investigar y educarte. En esta tarea, podría ser útil buscar la ayuda de conocidos o profesionales que puedan asistirte. Una vez realizado este primer análisis, que no debería tomar más de seis meses, tú tienes el control. Mantén aquellos activos en los que invertirías y vende o espera a que expiren, si tienen un plazo de vencimiento, los demás.

Es crucial tener en cuenta que las inversiones cambian con el tiempo. No podemos invertir basándonos en lo que fueron, sino en lo que esperamos que sean en el futuro. Por ejemplo, unas acciones como las de Banco Popular podrían haber sido una excelente inversión en los años 90, pero un completo desastre dos décadas después. A largo plazo todo cambia: las personas que dirigen las empresas; el entorno competitivo; las formas de hacer negocios; las preferencias de los clientes; etc.

No podemos invertir basándonos en lo que fueron, sino en lo que esperamos que sean

El dinero que obtengas de las ventas o de los vencimientos debería reinvertirse en activos en los que confíes, o en aquellos que te sean recomendados por personas de tu confianza. Puedes confiar en activos y/o en personas, pero la decisión final siempre recae en ti. Y tendrás que seguir tomando decisiones en el futuro, por lo que es fundamental que dediques tiempo a la educación financiera.

Por último, un consejo clave es no dejarse deslumbrar por las rentabilidades asombrosas y rápidas. Lo importante para ti no son los próximos 12 meses, sino las dos próximas décadas. No se trata de una carrera de velocidad, sino de una de resistencia.

A menudo, muchas personas se ven convertidas en inversores de manera abrupta, heredando activos que no comprenden y en los que jamás habían considerado invertir. Algunos de estos nuevos propietarios, sin una comprensión clara de si estos activos son buenos, malos o simplemente promedio, los venden apenas los reciben.

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