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Pequeño ejercicio de visión contraria a la del consenso
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Víctor Alvargonzález

Telón de Fondo

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Pequeño ejercicio de visión contraria a la del consenso

A más consenso existe en los mercados sobre algo, más motivo para tratar de identificar qué es lo que piensa la inmensa mayoría y, a partir de ahí, hacer un esfuerzo y pensar justo lo contrario

Foto: Foto: EPA/Justin Lane
Foto: EPA/Justin Lane

El pesimismo de los inversores está ahora en niveles históricamente altos. Y no es para menos: si hay tres cosas que asustan al dinero son un cambio de política monetaria de la Reserva Federal (hacia una posición más restrictiva), un aumento de la inflación o una guerra. Y ahora se han juntado las tres.

Pero a más consenso existe en los mercados sobre algo, más motivo para tratar de identificar qué es lo que piensa la inmensa mayoría y, a partir de ahí, hacer un esfuerzo y pensar justo lo contrario. ¿Y por qué? Pues porque está demostrado que, al menos en los mercados, la mayoría se equivoca más que acierta.

No puedo insertar aquí un gráfico, pero imaginen uno que superponga los momentos de máximo pesimismo de los inversores con uno del índice SP 500. Comprobarán que el 80 % de las ocasiones en las que los inversores fueron muy pesimistas resultaron ser excelentes oportunidades de compra. Es más: si cogen los últimos 12 años, esa cifra se aproxima al 100 %, ya que, con posterioridad a esas caídas o correcciones, el mercado recuperó el terreno perdido. Y normalmente solo hubo que esperar semanas o meses, no años.

Me dirán que eso sería si se mantuviera la tendencia alcista de largo plazo que comenzó en 2009. Pero resulta que el consenso piensa que se ha acabado. Pues más motivo: puestos a ser “contrarios”, empecemos dejar abierta la posibilidad a que estemos ante una corrección y no un mercado bajista.

Foto: Foto: Reuters/Andrew Kelly Opinión

Antes de seguir me gustaría aclarar que no estoy diciendo que el consenso se equivoque siempre. También quiero aclarar que de los planteamientos “contrarios” que voy a mencionar a continuación hay cosas con las que estoy de acuerdo y cosas con las que no. Yo me limito a exponerlos y a dar argumentos “contrarios”, deberán ser Uds. quienes saquen sus propias conclusiones.

Empecemos por la inflación y los tipos de interés. Igual que hace un año éramos muy poquitos los que veíamos que la inflación no sería temporal, ahora es la mayoría la que ve el alto nivel actual de inflación como algo permanente. Ha llegado el momento de cuestionárselo.

Haciendo de abogado del diablo, uno observa que la Reserva Federal ha conseguido que en EEUU los créditos sean mucho más caros que antes y momento sólo ha subido los tipos de interés ¼ de punto. Y en mi opinión esto no es casual: a base de una inteligente política de comunicación, la Fed ha conseguido asustar tanto al mercado de bonos que el tipo de interés de los créditos en general (que se referencian a los tipos de los bonos), se ha disparado. El ejemplo más llamativo lo tenemos en el crédito hipotecario a 30 años, el más habitual en EE.UU., que ha pasado de estar hace un año al 2,70 % al 5 % actual.

Foto: Foto: EFE.

Así que sólo a base de meter miedo –en esto la estrella es uno de sus miembros llamado Bullard -la Fed ha conseguido un considerable endurecimiento de las condiciones crediticias, lo cual le hace pensar al inversor contrario que a lo mejor al final no tiene que subir los tipos ni tanto ni de forma tan agresiva como descuenta el mercado.

¿Y las sanciones? Ciertamente el efecto boomerang de las sanciones genera inflación, pero los llamados “cuellos de botella” (por exceso de demanda) vienen de antes y tienen que ver con la fortaleza de la economía USA, no con unas sanciones que sobre todo paga Europa. Si la agresividad comunicativa de la Fed es capaz de enfriar la economía USA, la Fed podría llevar los tipos de interés gradual y moderadamente hasta cerca de 2 %, una subida que no es suficiente para causar una recesión en una economía tan fuerte como es ahora mismo la economía norteamericana, contradiciendo la opinión mayoritaria de los inversores, cuyo miedo a la recesión ha llevado a índices de pesimismo equivalentes a los que había en 2008 ¡en plena crisis financiera!.

Si el consenso se equivoca, estaríamos ante una simple corrección y, por lo tanto, una oportunidad de compra. Incluso en los bonos, donde el tipo de interés del bono a 10 años ha pasado del 0,50 % de la pandemia al 2,80 % actual. Porque, además, en el caso de los bonos, el pesimismo de los inversores es el mayor desde los años 90, con una caída del 8 % en el índice agregado Barclays de bonos americanos, lo cual, desde un punto de vista contrario, es un dato muy favorable para invertir. Aclaro que me refiero a los bonos norteamericanos, ya que en Europa el BCE ni siquiera ha empezado a dejar de comprar, mientras que en EEUU la Fed ya está reduciendo su balance y ha empezado a subir tipos.

Foto: EC

La guerra de Ucrania es el otro factor que trae de cabeza de los mercados. Vista la caída del 12% de la bolsa europea en lo que va de año, el mensaje es que la mayoría de los inversores considera que la Eurozona entrará en recesión en breve. Pero ¿y si hubiera un alto al fuego y se iniciara un proceso de negociación? A corto plazo es imposible, cierto, y una cosa es un alto al fuego y otra el conflicto como tal, que durará décadas, pero ¿y si Putin consiguiera lo que llama a sus objetivos secundarios y decidiera tomarse un respiro?.

Si se hace con el Donbás y con el sur de Ucrania (salida al mar), podría decidir que es el momento de aprovechar su posición de fuerza para negociar. Y en ese caso una de sus condiciones sería que se relajaran las sanciones, cosa que los líderes europeos seguramente aceptarán de buen grado. Ya se han dado cuenta de que estas sanciones hacen tanto daño al que las recibe como al que las pone. Ese posible alto al fuego / negociación que ahora mismo descarta el consenso generaría una fuerte recuperación en los índices bursátiles europeos.

Hay más consensos ahora mismo en el mercado, pero, además de que se nos acaba el espacio, somos conscientes de que lo de ir contra la mayoría es difícil y que es algo que hay que tomar que en tácitas pequeñas. Pero, como dijo Warren Buffett, “recuerda que tendrás que ser temeroso cuando otros sean codiciosos y codicioso cuando otros sean temerosos”

El pesimismo de los inversores está ahora en niveles históricamente altos. Y no es para menos: si hay tres cosas que asustan al dinero son un cambio de política monetaria de la Reserva Federal (hacia una posición más restrictiva), un aumento de la inflación o una guerra. Y ahora se han juntado las tres.

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