Nuevos tiempos y nuevas necesidades para la OMC

Ngozi Okonjo-Iweala toma las riendas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), una organización que, tras sus 26 años de historia, necesita reformarse y modificar las reglas comerciales que promueve si quiere sobrevivir al signo de los tiempos. Y todavía se hace más necesario en una actualidad marcada por los designios de la des-globalización, que se acentúa con el conflicto comercial entre China y EEUU y se exacerba con los efectos de la pandemia en forma de disrupciones de las cadenas de valor y del comercio internacional.

Nadie tiene la receta milagrosa para modernizar la OMC y adaptarla a los nuevos tiempos, pero el consenso y las instituciones sí tienen una lista de requisitos para garantizar la funcionalidad de la organización, y que me gustaría exponer a continuación:

Garantizar una base estable. La OMC ha proporcionado un entorno comercial estable y predecible, permitiendo un desarrollo del comercio mundial sin precedentes y proporcionando un marco para resolver las disputas comerciales. La entidad asegura que dispone de uno de los mecanismos de solución de diferencias internacionales “más activos del mundo” que, desde 1995, ha revisado 600 discrepancias y emitido más de 350 fallos.

Opinión

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Adaptar su estructura. En la actualidad, la OMC se enfrenta a una crisis, debido a que su arquitectura no arroja resultados de negociación en conflictos encallados, como los subsidios al algodón o la pesca, y que exigen una resolución a la altura de los retos del comercio mundial. Por otro lado, su función como sistema de control también podría estar fallando, con lo que habría que actualizarse para garantizar la transparencia necesaria y evitar barreras comerciales.

Renovar sus normas. La OMC podría renovar sus normas y mejores prácticas para reflejar las nuevas realidades comerciales y, dicha reforma, debería hacerse “bajo un enfoque de propósitos compartidos” por sus 164 miembros.

La modernización del funcionamiento de la organización es ineludible

Resolución de disputas. Dado que la credibilidad de un sistema basado en normas depende fundamentalmente de un modelo independiente y generalmente aceptado para resolver las disputas comerciales, es crucial restaurar el sistema de resolución de disputas, conocido como Órgano de Apelación (Apellate Body, en inglés), y que lleva sin funcionar desde diciembre de 2019.

Incorporación de los objetivos de desarrollo sostenible. Además de incorporar objetivos para la recuperación económica, debe enfocarse en el desarrollo y sostenibilidad medioambiental y social impulsados por la Organización de Naciones Unidas, de la que depende. Y servir así de catalizador para el cumplimiento de dichos objetivos específicos.

En suma, la modernización del funcionamiento de la organización es ineludible. Aunque resulta complicado, sí podemos plantearnos unos mínimos para garantizar su funcionalidad acorde con los nuevos tiempos que corren.