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¿Es necesario reactivar la exportación española?
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¿Es necesario reactivar la exportación española?

Desde la gran crisis financiera de 2008, ha sido el sector exterior el que ha tirado del carro de nuestro crecimiento económico, y en la actualidad supone el 41% del PIB

Foto: Salón de vinos españoles en Rusia. (EFE/Anush Janbabian)
Salón de vinos españoles en Rusia. (EFE/Anush Janbabian)

Durante los cinco últimos años la exportación española de bienes ha ido perdiendo paulatinamente cuota de mercado internacional, como consecuencia de haber crecido menos de lo que lo ha hecho el comercio mundial. Por este motivo, y aunque seguimos en cifras récord, porcentualmente representamos hoy una parte menor de los intercambios internacionales que hace cinco años.

Esto es muy preocupante, porque desde la gran crisis financiera de 2008, ha sido el sector exterior el que ha tirado del carro de nuestro crecimiento económico, como demuestra el hecho de que en 2009 la actividad exterior representaba el 23 % del PIB español, y en la actualidad supone ya el 41 %.

Podríamos afirmar que ha sido gracias a la apertura internacional de nuestra economía, tanto en exportaciones como en inversiones en el exterior, que pudimos amortiguar la crisis de 2008, y muchas de nuestras grandes empresas y bancos paliaron las caídas en el mercado nacional con una mejor evolución en el extranjero y, en su caso, repatriando capitales a España por la vía del retorno de los beneficios o por la venta de activos comprados años antes.

Los principales problemas del sector exportador

¿A qué se ha debido la ralentización de la exportación española de productos desde 2018? Quizás sea un buen momento para hacerse esta pregunta, a las puertas de la celebración de elecciones generales. Hay que poner remedio a esta preocupante deriva, que hace peligrar una parte de los 4,6 millones de puestos de trabajo que en España dependen del sector exterior:

En primer lugar, hay que subrayar la persistencia de las tradicionales debilidades de la exportación española, como es el hecho de que está concentrada en muy pocas empresas: los exportadores regulares son únicamente 57.000, y las 1.000 mayores exportadoras aglutinan el 67 % del total, porcentaje que se ha mantenido así desde hace un cuarto de siglo.

Foto: Imagen: EFE.

Además, solamente el 6,8 % de la exportación española corresponde a productos de tecnología elevada, frente al 17,7 % de la UE, según datos de la Comisión Europea. El tercer problema es que la distribución geográfica de la exportación está excesivamente concentrada en los países europeos, que absorben el 73 % de las ventas españolas al exterior. A USA, China y Japón, que suponen el 28 % de la importación mundial, solamente destinamos el 8 % de nuestras exportaciones, y a mercados emergentes vendemos una parte muy pequeña de la exportación de bienes (ASEAN, 1,3 %, África subsahariana 1,5 %).

Nuevas medidas fiscales para una política de Estado

En este escenario, es lamentable tener que reconocer que la internacionalización no es hoy por hoy una verdadera política de Estado en España. Por ejemplo, la política fiscal supuso en el pasado un muy importante estímulo para la internacionalización de las empresas españolas, y hoy día esa misma política está operando en contra de la actividad internacional.

Es necesario recuperar incentivos fiscales que han desaparecido, y que muchos de nuestros competidores mantienen. Conviene asimismo estudiar la conveniencia de reducir las cotizaciones sociales a cargo de las empresas, que suponen aumentos de costes, y sustituirlas por pequeños aumentos en el IVA, que no deterioran la competitividad empresarial.

Foto: Bitcoin. (Reuters/Benoit Tessier) Opinión

Todavía en este ámbito fiscal, es necesario volver a la exención del 100% de los dividendos y plusvalías generadas en el exterior, así como reintroducir la deducibilidad de la renta negativa procedente de establecimientos permanentes en el extranjero en el propio periodo impositivo, para equipararnos a nuestros socios comunitarios.

El necesario incremento de los recursos financieros

Otro aspecto preocupante es que el presupuesto de ICEX se redujo prácticamente a la mitad tras la crisis financiera de 2008, y apenas ha crecido desde entonces; hay notables dificultades para que los departamentos e instituciones públicas que se dedican a promover la internacionalización aumenten sus recursos.

Además, la política de asunción de riesgos con el exterior no está alineada con las de promoción de exportaciones. Es necesario coordinar las políticas y estrategias de Hacienda, Economía, Comercio y Asuntos Exteriores, e intensificar la agenda de viajes oficiales a países emergentes, especialmente a África y Asia. Ello implica reforzar la diplomacia económica con la apertura de nuevas Oficinas Económicas y Comerciales.

El presupuesto de ICEX se redujo prácticamente a la mitad tras la crisis financiera de 2008, y apenas ha crecido desde entonces

Aunque los instrumentos de apoyo financiero españoles son muy parecidos a los de nuestros competidores, disponen sistemáticamente de menos presupuesto y agilidad, y sufren más trabas para ser utilizados en muchas economías emergentes.

Aunque se han producido avances en temas como nuevas pólizas de seguro, o la reintroducción de subvenciones para que países en vías de desarrollo hagan estudios de viabilidad, es preciso avanzar más como, por ejemplo:

Aumentar significativamente los techos de cobertura por país y operación, dejando más autonomía a CESCE para aprobar operaciones por cuenta del estado, en países donde otros países competidores tienen cobertura, o derogando la Ley de Deuda Externa del 2006, que dificulta considerablemente la financiación de operaciones en economías emergentes.

Foto: Imagen: Pixabay.

A mayor tamaño de la empresa, mayor capacidad exportadora

Y queda una cuestión muy importante, como es el de las medidas que se pueden adoptar para ampliar la base exportadora. Es un hecho que las empresas medianas tienen mucha más propensión a exportar que las pequeñas. El Instituto Bruegel, uno de los think tanks europeos más reputados, considera que, si el tamaño de las pymes españolas fuera igual al de las alemanas, la exportación española aumentaría al menos un 24%.

Por ello, desde el Club de Exportadores e Inversores Españoles venimos insistiendo en la necesidad de promover el aumento de tamaño medio de la pyme española, favoreciendo fiscal y financieramente fusiones y adquisiciones que supongan un incremento de su tamaño, así como elevar los umbrales de declaración trimestral de impuestos (p.ej. de € 6 a € 20 M) y de creación de comités de empresa (p.ej. de 50 a 100 trabajadores).

Es un hecho que las empresas medianas tienen más propensión a exportar que las pequeñas

Esta labor se completaría con potenciar programas de apoyo a la internacionalización de pymes, como Cre100do o ICEX-Next, fomentar la apertura de filiales en el exterior, entre otros.

Incluso se da la circunstancia de que programas tan exitosos como el de “becarios de internacionalización del ICEX” están en peligro frente al incremento de costes y burocracia que va a suponer el nuevo Estatuto del Becario.

*Antonio Bonet es presidente del Club de Exportadores e Inversores Españoles

Durante los cinco últimos años la exportación española de bienes ha ido perdiendo paulatinamente cuota de mercado internacional, como consecuencia de haber crecido menos de lo que lo ha hecho el comercio mundial. Por este motivo, y aunque seguimos en cifras récord, porcentualmente representamos hoy una parte menor de los intercambios internacionales que hace cinco años.

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