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Tribuna Mercados
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La geopolítica de la IA después de DeepSeek
El éxito de DeepSeek ha llevado a una corrección masiva en las valoraciones estratosféricas de los mayores gigantes tecnológicos de Estados Unidos involucrados en la IA
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La repentina erupción de DeepSeek, una empresa china de inteligencia artificial prácticamente desconocida hasta el fin de semana pasado, ha sacudido al mundo. Su éxito, ejemplificado por el hecho de haber alcanzado el puesto número uno en descargas de aplicaciones Apple, ha llevado a una corrección masiva en las valoraciones estratosféricas de los mayores gigantes tecnológicos de Estados Unidos involucrados en la IA. La impresión general es que el modelo R1 de DeepSeek supera a la innovadora familia de modelos o1 de Open AI con una inversión mucho menor y sin acceso a los chips más avanzados debido a los controles de exportación que el gobierno de Estados Unidos ha impuesto sobre China. La línea de plata de la escasez financiera y tecnológica incrustada en el modelo de DeepSeek es que R1 parece funcionar a un coste mucho menor y consume mucha menos energía que empresas estadounidenses similares.
La conclusión, que se refleja en la repentina corrección masiva en bolsa de algunos de los gigantes de la IA de Estados Unidos, es que la hegemonía de Estados Unidos en la IA ya no está garantizada, a la vista de que una inversión financiera mucho más pequeña, con el talento adecuado, puede obtener resultados similares. Además, la dependencia de Estados Unidos de los controles de exportación para contener la tecnología de China no parece ser eficaz. Tales conclusiones deberían, en principio, ser positivas para el mundo, dadas las enormes ganancias de eficiencia que ha generado DeepSeek. La Unión Europea, que para nada ha sido un seguidor de la IA general -como parecía ser China hasta la sorpresa de DeepSeek- podría encontrarse potencialmente con su plataforma de IA local, que parecía imposible hasta ahora basándonos en la enorme cantidad de inversión necesaria para desarrollar grandes modelos lingüísticos (LLM).
Si bien los beneficios de DeepSeek son innegables, también viene con problemas. Empezando por los aspectos técnicos, la supuesta reducción de costes de DeepSeek se explica en buena medida por no hacer lo mismo que las plataformas de IA de EEUU. De hecho, su papel clave es optimizar los modelos existentes, pero esos modelos son aún necesarios. En otras palabras, Deepseek no elimina la necesidad de grandes inversiones para desarrollar modelos de IA más potentes.
Otra cuestión importante es que Deep Seek no es de acceso totalmente abierto, ya que los datos y parámetros de buena parte de su arquitectura siguen sin revelarse. Esto último es tanto más importante cuando se tiene en cuenta que Deepseek, como cualquier empresa china de IA, debe cumplir plenamente con la leyes de Seguridad Nacional y las regulaciones más recientes de IA introducidas en 2022 para garantizar la censura de cualquier producto de una plataforma china de IA. La cuestión es si los gobiernos occidentales aceptarán información censurada por China dentro de sus jurisdicciones. En el caso particular de la Unión Europea, la Ley de IA no reglamenta la censura directamente, lo que es una buena noticia para DeepSeek, pero sí pretende garantizar que los sistemas de IA utilizados en Europa sean transparentes y respeten los derechos humanos, incluida la libertad de expresión y de opinión política. Esto sí que podría ser un problema para DeepSeek, dependiendo de cómo evolucionen los acontecimientos. Un desafío más inmediato es la protección de datos en Europa, como demuestra la inmediata prohibición por parte de Italia de DeepSeek por motivos relacionados con la transferencia de datos de Italia a China.
Aunque los problemas técnicos y regulatorios pueden ser serios para DeepSeek, el mayor riesgo es geopolítico. Los comentarios de Trump sobre DeepSeek apuntan a que la carrera de la IA entre Estados Unidos y China se va a complicar adicionalmente, y con razón, porque hay demasiado en juego, en concreto no solo su enorme impacto económico, sino también militar, desde el ciberespacio hasta el armamento basado en inteligencia artificial.
En este sentido, la respuesta más probable de EEUU a una mayor competencia china en IA será la de reducir aún más el acceso de China a su tecnología a través de controles a la exportación aún más estrictos para cualquier producto clave para desarrollar la IA, especialmente semiconductores. En ese sentido, la cooperación científica entre EE.UU. y China muy probablemente se limitará adicionalmente, lo que ya ha empujado el senador republicano Josh Hawley proponiendo legislación específica para cerrar el acceso de investigadores chinos a EEUU.
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En vista de lo anterior, aun reconociendo los aspectos positivos del éxito de DeepSeek para Europa, también debería tenerse en cuenta que una competencia tecnológica mayor entre Estados Unidos y China por el dominio de la IA probablemente tenga consecuencias negativas para Europa. La más inmediata es la probable bifurcación en dos entornos de la IA como consecuencia de la aplicación de controles de exportación más estrictos, una cooperación científica más reducida, pero también una regulación más estricta que empuje la creación de dos ecosistemas de IA. A la UE le será muy difícil, sino imposible, operar los dos ecosistemas, lo que reduce las posibles ganancias de eficiencia de los avances en IA, en particular de China, ya que la UE permanecerá en el ecosistema estadounidense. La censura y los riesgos de transferencia de datos de Deepseek no harán más que acelerar esto. Un segundo problema es que entrar en el ecosistema estadounidense bajo Trump puede no traer ganancias a la UE en términos de mayor cooperación científica, puesto que Trump no ha mostrado ningún interés en favorecer a sus aliados, al menos por el momento.
En definitiva, la aparición de DeepSeek debería ser una buena noticia en términos de opcionalidad para la industria europea de la IA, pero también una mala noticia, puesto que aumentará la competencia entre Estados Unidos y China, lo que aleja a la UE aún más. Además, una posible bifurcación tecnológica en la IE no es favorable para Europa.
*Alicia García-Herrero, economista Jefe de Natixis para Asia-Pacífico e investigador principal en Bruegel
La repentina erupción de DeepSeek, una empresa china de inteligencia artificial prácticamente desconocida hasta el fin de semana pasado, ha sacudido al mundo. Su éxito, ejemplificado por el hecho de haber alcanzado el puesto número uno en descargas de aplicaciones Apple, ha llevado a una corrección masiva en las valoraciones estratosféricas de los mayores gigantes tecnológicos de Estados Unidos involucrados en la IA. La impresión general es que el modelo R1 de DeepSeek supera a la innovadora familia de modelos o1 de Open AI con una inversión mucho menor y sin acceso a los chips más avanzados debido a los controles de exportación que el gobierno de Estados Unidos ha impuesto sobre China. La línea de plata de la escasez financiera y tecnológica incrustada en el modelo de DeepSeek es que R1 parece funcionar a un coste mucho menor y consume mucha menos energía que empresas estadounidenses similares.