Suzuki, Honda y los que vienen

Llegan momentos complicados para muchos fabricantes de automóviles, y es que en un mundo globalizado como el que vivimos solo los más fuertes podrán aguantar en el mercado. Los pequeños tienen sus horas contadas. En la última semana hemos tenido un buen ejemplo de ello.

Por un lado el anuncio de Suzuki de abandonar el mercado norteamericano en el que lleva desde el año 1985 y por otro la desaparición de Honda Automóviles España como una filial de la marca japonesa, pasando a ser un sucursal de Honda Europa. Y lo que nos espera.

Empecemos por Suzuki y Estados Unidos. Los productos de la marca japonesa se han ido quedando fuera del mercado de aquel país. Las necesidades de los conductores cada vez estaban menos cubiertas por un fabricante que en Japón produce coches pequeños y que ofrece una gama media de vehículos todoterreno y todocamino para Europa.

Suzuki estaba en el mercado americano desde 1985 y sus cifras de ventas llegaron a situarse por encima de las 100.000 unidades, algo razonable para mantenerse en aquel mercado. Sin embargo, el año pasado fueron 25.000 unidades que no da para mantener una amplia red de concesionarios como la que necesita ese país tan grande. Las previsiones para este año eran aún peores. Y el resultado es que ha echado el cierre en aquel mercado.

Tenemos otro caso en España, igualmente provocado por la reducción de las ventas. En este caso, se trata de la situación de Honda, que pasa de ser la filial española de la marca, como era hasta ahora, a una sucursal de Honda Europa. Por ello, es más un ajuste empresarial que otra cosa, porque los coches Honda se van a seguir vendiendo en España exactamente igual, con los mismos concesionarios y demás.

Lo que ocurre es que ya no se facturarán a través de Honda Automóviles España, sino que la división española pasa a ser una sucursal de Honda Motor Europa con sede en Reino Unido, y esta será la que facture los coches vendidos en España. De esta forma se pasa de una estructura de filiales, como había hasta ahora, a otra de sucursales de una empresa matriz, mucho más eficiente. Pero es simplemente un cambio de organización.

El problema es lo que viene a partir de ahora en el sector del automóvil. Cuántas compañías están en estos momentos en la cuerda floja, como consecuencia de la caída de ventas en el mercado europeo. Unas cuantas.

Ya hay rumores que apuntan a que Aston Martin busca un consorcio que la compre, porque no puede hacer frente al desarrollo de nuevos modelos, y si unos vehículos como los Aston Martin no evolucionan se quedarán obsoletos en muy poco tiempo.

Lancia es otra de las marcas que parecen en la cuerda floja, con unas ventas mínimas y con solo dos modelos interesantes, el Epsilon y el Delta, aunque cuenta con los modelos de Chrysler rebautizados en Europa. Parece que Marchionne ya se plantea la opción del cierre de Lancia. Incluso de Alfa Romeo se ha llegado a decir que atraviesa un momento delicado como para poder ser vendida. Mazda también está en  una situación bastante comprometida. Y también Peugeot, Citroën, Opel y Ford no están en sus mejores momentos.

Por el contrario, otros grupos importantes del automóvil parecen estar con dinero para poder comprar, siempre que salga una oportunidad de adquirir alguna marca a buen precio. Tal es el caso del grupo Volkswagen, de Mercedes o de BMW, o incluso del grupo Jaguar-Land Rover. De todos ellos el que parece más interesado es el todopoderoso grupo alemán Volkswagen, que ha hecho una emisión de bonos para hacer caja y poder adquirir alguna “joya de la corona”.

Todas estas marcas mencionadas anteriormente podrían estar en su punto de mira, pero incluso se ha llegado a decir que lo que busca Winterkorn es comprar Alfa Romeo…y Ferrari. Pero por supuesto Marchionne, el presidente del grupo Fiat, lo ha negado todo, incluso la posibilidad de deshacerse de Alfa Romeo, una marca que aunque no está bien si tiene un buen futuro según el ejecutivo italiano.