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La empatía y la conducción
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Carlos Cancela

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Carlos Cancela

La empatía y la conducción

El diccionario de la Real Academia de la lengua define empatía como la identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de

El diccionario de la Real Academia de la lengua define empatía como la identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro. Y de alguna manera tiene en cuenta lo que pensamos de los demás, lo que entendemos de sus problemas y cómo nos ponemos en su piel cuando tiene alguna situación complicada. Es lo contrario del egoísmo, de pensar que uno es el centro de todo y que los demás solo están para estar pendientes de nosotros.

Poco a poco, con la crisis y con todos los problemas que en general tenemos, la empatía se reduce cada día, pero hay algo en lo que en el caso de España la empatía es mínima y es en el de la conducción. Cuando estamos esperando en un ceda el paso y llevamos varios minutos porque hay mucho tráfico, estamos deseando que llegue un coche y nos deje pasar. Cuando esto ocurre, y es desgraciadamente muy poco frecuente, nos alegramos… pero cuando llegamos a la misma situación pero con la preferencia para nosotros, entonces hacemos que el otro se espere. Y hasta le miramos con odio si intenta salir.

Y exactamente la misma situación la vivimos en cada circunstancia, en cada semáforo o en cada adelantamiento. La persona que va al volante, en general, piensa poco o nada en el otro conductor y en sus problemas. Solo nos damos cuenta de que si se apura un semáforo podemos cortar la calle cuando es el otro el que lo hace y nos enfadamos, pero si somos nosotros los que cometemos el error, pues da igual.

Attitudes, es un programa de responsabilidad social desarrollado por Audi en España, y hace un par de años hizo un estudio sobre la empatía en la conducción. El estudio revelaba que el 32% de las personas dejaban de ser empáticas cuando se sentaban al volante. Y eso a pesar de que los conductores que si están pendientes de los demás cuando conducen sufren menos accidentes.

Según este estudio, realizado conjuntamente con la Universidad de Barcelona, los conductores empáticos asumen más responsabilidades en la conducción, son más respetuosos con las normas y sobre todo tienen menos sanciones y accidentes de tráfico. Pero esto es bastante lógico. Si una persona que va conduciendo se da cuenta de los problemas de los demás es porque va muy pendiente de las circunstancias del tráfico, y esa es la mejor garantía de no tener accidentes y también de no sufrir sanciones.

La conducción es para muchos conductores un acto automático. Van por la carretera en modo autómata, pendientes del teléfono, o de la conversación que hay en el coche, o de la radio y lo que no hacen es ir pendientes de las circunstancias del tráfico.

Hay diversos tipos de empatía, pero el estudio de Attitudes se centra en la capacidad de comprender el punto de vista de los demás y en captar sus intenciones. Es decir, la capacidad de prever las acciones de otros conductores o de los peatones o los ciclistas en el tráfico.

En el estudio de Attitudes se habla incluso de porcentajes. Y redondeando las cifras digamos que son un 25% que aplica cero empatía cuando se sienta al volante, es decir que no pone el más mínimo interés de lo que piensan o van a hacer el resto de conductores que van por la calle, un 25% que se implica mucho en la conducción, mientras que un 50% aplica una actitud intermedia en este sentido.

Hay algunos datos interesantes. Por ejemplo que no hay diferencias entre hombre o mujer a la hora de ser empáticos al volante, es decir que no hay más empatía en los hombres o en las mujeres. Y los más empáticos son los que conductores entre 39 y 50 años con estudios superiores.

Los conductores que pierden más empatía cuando se suben al coche son las mujeres que conducen menos de 30 minutos al día, y que generalmente usan el coche para llevar a los niños al cole o para ir al médico. Y una buena prueba de ello es que aparcan tranquilamente en doble fila sin pararse a pensar que el conductor del otro vehículo que se queda tapado puede tener prisa.

Creo que la clave para hacer una buena conducción, relajada y tranquila, segura y sin sanciones es aplicar la máxima empatía desde el momento que nos sentamos al volante. Y es que, al menos desde mi punto de vista es una cuestión pura y simple de educación. Pero no de educación en cuanto a selectividad o a títulos universitarios. No. Es educación básica, esa que antes obligaba a los jóvenes a levantarse y dejar su asiento en el autobús a una persona mayor, o dejar pasar antes en la puerta a una persona cargada, ono ir chillando o molestando a los demás, o no colarse en una fila.

Si se aplicara esa educación en la conducción, si nos respetáramos unos a otros, todos seríamos más felices, viajaríamos más tranquilos y la conducción sería mucho más segura. El viernes pasado, circulaba por la carretera de Burgos a la altura del circuito del Jarama y estaban los tres carriles parados por la salida del puente.

El diccionario de la Real Academia de la lengua define empatía como la identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro. Y de alguna manera tiene en cuenta lo que pensamos de los demás, lo que entendemos de sus problemas y cómo nos ponemos en su piel cuando tiene alguna situación complicada. Es lo contrario del egoísmo, de pensar que uno es el centro de todo y que los demás solo están para estar pendientes de nosotros.

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