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Carlos Cancela

Polémica con el sueldo de los directivos

Carlos Ghosn, presidente de la alianza Renault Nissan, está en el centro de las críticas en Francia por cobrar dos sueldos millonarios, uno de cada fabricante de automóviles

Foto: Carlos Ghosn, presidente de la alianza Renault Nissan (Kim Kyung-Hoon/Reuters)
Carlos Ghosn, presidente de la alianza Renault Nissan (Kim Kyung-Hoon/Reuters)

No es un caso exclusivo dentro del mundo del motor, pero cada día son más las voces que se alzan contra los exagerados sueldos millonarios de los directivos de las grandes empresas. Francia vive unos momentos realmente complicados en estos momentos. La reforma laboral planteada por el Gobierno que dirige Manuel Valls ha puesto en una situación límite al país vecino, con multitudinarias manifestaciones por todo el país y con desabastecimiento de gasolina en algunas ciudades.

Pero los directivos de las grandes empresas, y también los de la industria del motor, parecen ajenos a todos estos problemas y siguen subiendo sus sueldos. Es lógico que cuando una gran empresa gana mucho dinero sus directivos también tengan una gratificación extraordinaria por unos resultados excepcionalmente buenos. Pero lo malo es que incluso cuando las empresas pasan un mal momento y pierden mucho dinero, sus directivos siguen teniendo unos sueldos astronómicos. Y siguen cobrando los bonus, supuestamente por su buena gestión, cuando en realidad es por hacer mal las cosas.

El último directivo que ha creado una gran polémica con este tema ha sido Carlos Ghosn, presidente de Renault y de Nissan. La patronal francesa, Medef, escribió al propio Ghosn para criticar tanto el modo de la atribución de su remuneración a cuenta de 2015, saltándose el voto de los accionistas del grupo automovilístico, como sobre todo por su monto, de 7,2 millones de euros.

El presidente de Renault obtuvo una remuneración de 7,2 millones de euros por su trabajocomo máximo ejecutivo de la marca del rombo, pero también obtuvo otros 8 millones de euros de retribución por su mismo cargo en la empresa japonesa Nissan. Es decir, que ganó 15,2 millones de euros en 2015.

Medef francés considera que, o hay que considerar que los dos grupos de la alianza son dos compañías"autónomasy entonces habría que justificar el por qué una sola persona puede compatibilizar la dirección de ambas, o bien dados sus vínculos hay que interpretar que los resultados que el presidente obtiene en una y en otra son "inseparables".

A favor de Ghosn debo decir que creo que es uno de los ejecutivos del mundo del motor más carismáticos, con mejor visión del negocio automovilístico, y que ha llevado a Nissan, a Renault y a la alianza de ambas a lo más alto, firmando importantes acuerdos con otras grandes compañías. Y que cuando Ghosn llegó a esa alianza ambas compañías estaban en una situación muy delicada.

Hace solo unos meses surgió una polémica muy similar cuando se hizo público el sueldo de Carlos Tavaresal frente del grupo francés PSA, que engloba a las marcas Peugeot, Citroen y DS. El grupo vivía un mal momento económico y solo algunas buenas decisiones tomadas por Tavares han permitido al grupo volver a los números negros. Pero en solo un año el ejecutivo ha duplicado su sueldo, que por cierto fue bastante más bajo que el de Goshn. .

Otro escándalo relacionado con los sueldos fue el que hace unas semanas saltó con los directivos del grupo Volkswagen. En 2014, antes del escándalo de los motores trucados, Martin Winterkorn,presidente del grupo alemán, ganó más de 14 millones de euros. Y era algo de alguna forma razonable porque el grupo había logrado unos beneficios espectacularesde más de 11.000 millones de euros.

La polémica llegó cuando al año siguiente, en 2015, conunas pérdidas de 1.500 millones de euros, sus directivos quisieronseguir cobrando los mismos bonus, como si todo hubiera ido muy bien en el año 2015. Y solo la mano izquierda de su nuevo presidente,Matthias Müller, sucesor del dimisionario Winterkorn, logró que los directivos aceptaran reducir sus bonus un 30%. Pero fueuna reducción ficticia, ya que esta cantidad la recuperarán si las acciones del grupo suben en los próximos años.

El caso más polémico, de todas formas, sigue siendo el de Sergio Marchionne, presidente del grupo Fiat. El ejecutivo del jersey grisse embolsó en 2014 nada menos que 72 millones de euros y acumula más de 200 millones de euros en acciones de su empresa, que por supuesto no ha pagado. Lo peor es que el grupo no ha logrado unos resultados espectaculares de beneficios o de ventas, aunque síha conseguido hacer un gran grupo industrial con la integración de Chrysler al 100%. Pero sus trabajadores llevan varios años con los sueldos congelados y con una situación precaria.

Tener al frente de una compañía a un gran ejecutivo es clave para obtener buenos resultados, pero creo que se deben poner límites a los sueldos de los grandes jefes de las empresas, de la misma forma que se limitan las subidas salariales de los trabajadores.

Cuando Renault negocia con sus trabajadores la firma del tercer plan industrial, por ejemplo, se incluyen unas condiciones muy estrictas de los sueldos de los empleados, porque de lo contrario se pierde competitividad. Los trabajadores, con una actitud ejemplar, aceptan esas condiciones y eso anticipa un muy buen futuro en las plantas españolas de la marca del rombo. Lomismo ocurre con el grupo PSA o con el grupo Fiat, o con Volkswageny todas sus marcas.

No es un caso exclusivo dentro del mundo del motor, pero cada día son más las voces que se alzan contra los exagerados sueldos millonarios de los directivos de las grandes empresas. Francia vive unos momentos realmente complicados en estos momentos. La reforma laboral planteada por el Gobierno que dirige Manuel Valls ha puesto en una situación límite al país vecino, con multitudinarias manifestaciones por todo el país y con desabastecimiento de gasolina en algunas ciudades.

Sueldos Carlos Ghosn Martin Winterkorn