Menos AVE y más inversión en carreteras

En octubre de 2012 el Gobierno de Rajoy puso en marcha la primera edición del Plan PIVE, para fomentar la compra del vehículo eficiente y conseguir rebajar la edad media del vetusto parque automovilístico español. Después de ocho ediciones sucesivas, cuatro años de funcionamiento y más de 1,1 millones de vehículos viejos dados de baja con este método, el plan PIVE se ha agotado, dejando un balance positivo en todos los sentidos.

Pero al menos de momento no va a haber una continuidad en dicho plan de ayudas. Sobre todo porque no parece lógico que un gobierno en funciones ponga en marcha nuevos planes de incentivos, algo que debería recaer en un nuevo ejecutivo. Pero con el nuevo Plan PIVE o con medidas estructurales hay que hacer algo para que no haya tantos coches viejos, contaminantes y muy peligrosos en las carreteras españolas.

El PIVE no ha sido el primer plan de ayudas a la compra de un vehículo nuevo en España, antes hubo otros como el Renove o el Plan 2000E, pero ninguno ha tenido una continuidad en el tiempo como los sucesivos PIVE. Más de un 20% de las matriculaciones entre 2013 y 2016 se han producido gracias a los planes PIVE, lo que ha tenido un claro efecto dinamizador sobre otros sectores económicos y contribuyendo a la recuperación del consumo. Además, según FACONAUTO, la asociación que engloba a los concesionarios, los PIVE han evitado el cierre de muchos concesionarios y han frenado la pérdida de empleos que éstos habían sufrido, un total de 50.000 entre 2008 y 2013. En los últimos tres ejercicios, la distribución oficial ha generado 15.000 puestos de trabajo y en parte ha sido por los planes PIVE.

Los planes PIVE han hecho un gran trabajo eliminando muchos coches muy viejos de la circulación pero ni siquiera con este plan se ha podido evitar que la edad media del parque español siga creciendo. Según los últimos datos oficiales son ya 11,6 años de edad media y eso es un peligro. Y pronto llegaremos a los doce años.

Si a un coche de doce años de vida o más, se añade que a estos vehículos se les hace un mantenimiento muy escaso o nulo, si se analiza que cada año más de un millón de vehículos no pasan la ITV, que muchos usuarios utilizan los neumáticos hasta dejarlos a cero de dibujo, ahí tenemos una bomba de relojería en la red viaria española. La mejor prueba es que en la última campaña de la DGT sobre revisión del estado de los vehículos se ha denunciado a más de 10.000 conductores porque sus coches no cumplían unas normas básicas de uso.

Conseguir reducir las víctimas del tráfico, un objetivo prioritario de todos los países, requiere una serie de inversiones que hay que asumir a cambio de todo lo que paga el automóvil. Esas inversiones también se destinan a ofrecer a los ciudadanos una buena movilidad y pasan por hacer unas carreteras con un buen mantenimiento, con una buena señalización, una buena formación de los usuarios, una Dirección General de Tráfico eficaz y operativa…

El medio preferido por los españoles para desplazarse por España es el coche, el medio mayoritariamente utilizado para llevar mercancías es el transporte por carretera. Pero nuestros políticos en lugar de invertir en carreteras, que parece que es lo que quieren los españoles, lo que hacen es invertir en el AVE, un medio de transporte muy bueno, pero que es inviable con la economía española actual y muy caro.

Tirón de orejas por el AVE

La semana pasada la Unión Europea pegaba un tirón de orejas a nuestro país por un tema del AVE. En la provincia de Málaga se estaba poniendo en marcha un centro de pruebas para trenes de alta velocidad. Un proyecto con una inversión de casi 400 millones de euros, para el que no había ningún inversor privado. Y el Estado ya ha pagado una parte de la inversión.

Una cosa que ha molestado en la Unión Europea es que España comunica este proyecto a la CE en el año 2013, pero los pagos a Adif para iniciar las obras se iniciaron en enero de 2011 con la compra de los terrenos. Es decir, que se lo comunica a Europa el Gobierno de Rajoy, pero ya se ha gastado parte del dinero previamente el Gobierno de Zapatero y su ministra de Fomento Magdalena Alvarez, impulsora del proyecto. Además, según la Comisión, este proyecto no responde a un auténtico objetivo de interés común. No parece existir ningún interés en el mercado por desarrollar productos que funcionen a esas altas velocidades, ya que no serían comercialmente viables.