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¿Qué es el Plan MOVEA y para qué sirve?
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Carlos Cancela

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Carlos Cancela

¿Qué es el Plan MOVEA y para qué sirve?

Los 14,26 millones de euros del plan aprobado el pasado viernes por el Gobierno parecen una broma

Foto: Electrolinera de Begoña en Bilbao.
Electrolinera de Begoña en Bilbao.

Finalmente el Gobierno ha dado luz verde a una nueva edición del Plan MOVEA, pero contrariamente a lo previsto representa un paso atrás con respecto a la anterior edición. El Plan MOVEA supone, o al menos debería suponer, un fuerte impulso a las energías alternativas y una forma de conseguir una reducción de la contaminación provocada por el tráfico en las grandes ciudades. Además, es algo que exige Bruselas.

La anterior edición tuvo un presupuesto de 16,6 millones de euros, pero para este año la cifra se reduce a 14,26 millones de euros y además también tiene fecha límite, el 15 de octubre, si es que antes no se han agotado los fondos. Otro aspecto negativo es que para esta edición casi se pueden apuntar a estas ayudas todas las tecnologías de energías alternativas, hasta las que no existen en España, como la pila de hidrógeno.

No son solo coches o furgonetas, quizá los más importantes para reducir la contaminación en las ciudades. En este caso, el plan es aplicable a coches, motos, bicicletas, microbuses, furgonetas y hasta camiones y no solo para los modelos eléctricos o híbridos enchufables, sino que también sirve para los movidos por gas natural, GLP y hasta hidrógeno. Y por si son pocas cosas, igualmente están incluidas las ayudas a la instalación de puntos de recarga públicos de diferentes tipos.

Donde llega el punto clave es en la forma de repartir las ayudas a la compra de estos vehículos. Según la reseña del Consejo de Ministros en la que se anunció la puesta en marcha del Plan MOVEA, las ayudas para los vehículos eléctricos, híbridos enchufables o de autonomía extendida oscilan entre 1.100 y 15.000 euros, mientras que para las motos eléctricas oscila entre 1.500 y 2.000 euros.

Los puntos de venta que deseen adherirse a este Plan MOVEA tendrán que aplicar un descuento adicional mínimo de otros 1.000 euros para todos los vehículos, excepto cuadriciclos y motos. En el caso de que el vehículo sea eléctrico, el punto de venta deberá comprometerse además a facilitar la instalación de un punto de carga al comprador. Entre las ayudas incluidas en este programa están las referidas a la implantación de puntos de recarga que en el caso de un punto de recarga rápida puede llegar a los 15.000 euros por cada punto.

Yo creo que es una verdadera tomadura de pelo. Hay que apostar por las energías alternativas, por las renovables, por reducir la contaminación. Es lo que quieren los ciudadanos, lo que buscan los ayuntamientos y lo que exige Bruselas desde hace años. Pero España está a la cola en todo lo que supone ayudar al desarrollo de estas nuevas tecnologías.

Si el Gobierno quiere que se utilicen coches eléctricos o de gas natural o cualquier otro menos contaminante, que es lo que debería buscar, a lo mejor ni siquiera tiene que dar ayudas a los ciudadanos para que compren esos coches o motos. Pero por lo menos que no se pongan trabas para no poder repostar con esos tipos de carburante. El gas natural sería una solución perfecta a corto y medio plazo, pero no hay surtidores en España.

Declaración de intenciones

Mejor no dar ayudas a los posibles compradores antes que poner en marcha un Plan MOVEA como este. Lo que sí se debería hacer es obligar a que las empresas del sector instalen más surtidores de estas nuevas energías. Algo que ahora no tienen nada fácil. Con el tema del coche eléctrico es peor aún. Se van a dar ayudas de hasta 15.000 euros para instalar un punto de recarga rápida, pero sigue existiendo el gestor de carga, que es una figura que tiene paralizado el despliegue del coche eléctrico en España.

Las asociaciones del sector se han mostrado favorables a este nuevo Plan MOVEA. Solo una, Ganvam, la que engloba a vendedores de toda España, ha destacado que este plan solo es una declaración de intenciones. En opinión de esta patronal, “para dar el empuje necesario a la implantación de la movilidad alternativa es necesario un plan estable de incentivos que, al dar continuidad a las ayudas, disipe la incertidumbre que frena dar el salto a otras energías”. El problema es que llevamos ya varios años declarando intenciones.

Ahora se aprueba el Plan MOVEA, que va a durar hasta el 15 de octubre, y parece que es una forma de que los políticos y responsables técnicos implicados en este tema puedan estar tranquilos los próximos meses, julio y agosto, antes de tomar alguna decisión un poco más importante. Los 14,26 millones de euros parecen una broma, y no es mucho mejor el nuevo plan de 50 millones de euros que el Gobierno prevé poner en marcha en noviembre o diciembre como sustituto del Plan PIVE. Solo un dato, el año pasado el Ministerio del Interior gastó 17,8 millones de euros en condecoraciones. Y por supuesto que no entro a valorar si eran merecidas o no, que seguro que lo eran.

Finalmente el Gobierno ha dado luz verde a una nueva edición del Plan MOVEA, pero contrariamente a lo previsto representa un paso atrás con respecto a la anterior edición. El Plan MOVEA supone, o al menos debería suponer, un fuerte impulso a las energías alternativas y una forma de conseguir una reducción de la contaminación provocada por el tráfico en las grandes ciudades. Además, es algo que exige Bruselas.