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No entiendo por qué quien dirige la DGT es un cargo elegido a dedo: hay vidas en juego
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Carlos Cancela

No entiendo por qué quien dirige la DGT es un cargo elegido a dedo: hay vidas en juego

No entiendo cómo al frente de un departamento tan técnico como la Dirección General de Tráfico se pone un cargo político impuesto por el presidente del Gobierno

Foto: Al frente de la DGT debería estar un experto en infraestructuras o en seguridad vial.
Al frente de la DGT debería estar un experto en infraestructuras o en seguridad vial.

La Dirección General de Tráfico (DGT) es el organismo que gestiona el tráfico en las carreteras españolas, que se encarga por ello también de velar por la seguridad vial, de conseguir que las carreteras sean mejores cada día, de mejorar la educación vial y de concienciar a los conductores de la necesidad imperiosa de cumplir siempre con las normas y de respetar a los otros conductores.

Esa es, al menos desde mi punto de vista, la función que debe tener la DGT, un organismo que depende del Ministerio del Interior. Al frente de dicho organismo está el director general, un puesto que debería ser ocupado por un técnico en la materia. Es decir, un experto en carreteras e infraestructuras, en movilidad o en seguridad vial.

Pero en realidad, desde hace ya muchos años, el director general de tráfico es ante todo un portavoz del Gobierno de turno. No es un problema del PSOE o del PP, de Pere Navarro o de Gregorio Serrano, los dos últimos en ocupar el puesto, sino de cómo ha evolucionado un cargo que hace años se ocupaba de gestionar el tráfico y ahora solo se ocupa de gestionar la información del tráfico.

placeholder Pere Navarro es el actual director de la DGT. (EFE)
Pere Navarro es el actual director de la DGT. (EFE)

En los años 90 había un responsable de comunicación, un portavoz o un jefe de prensa de la DGT que era el encargado de transmitir siempre la información generada por ese departamento a los medios de comunicación. El director general gestionaba y el portavoz explicaba las gestiones. Sin embargo desde principios de este siglo el responsable de comunicar lo que hace la DGT es el propio director general.

Normalmente, el máximo responsable de este organismo debería estar todo el día gestionando con el Ministerio de Fomento, el Ministerio de Educación o con el Ministerio del Interior, entre otros, para conseguir las mejoras necesarias por el bien del tráfico en España. Debería organizar las campañas especiales de 'operación salida' y demás. Sin embargo, en los últimos 15 o 20 años, el director general se ha convertido en la pieza clave cada vez que un autor presenta un libro sobre seguridad vial, se estrena una película sobre las carreteras o se hace una campaña para hacer un consumo razonable de alcohol. A la salida de todas estas ruedas de prensa siempre es el director general el protagonista, el que se tiene que encargar de contar cosas jugosas a la prensa.

El director de la DGT debería ser un técnico en la materia: un experto en carreteras e infraestructuras, en movilidad o en seguridad vial

Gestionar o informar de las gestiones

Y algo parecido se puede decir, extrapolando la situación, a todos los ministros que están más pendientes de lo que cuentan con un micrófono en la mano y una cámara delante que de lo que hacen cada día al frente de su ministerio. Pero volviendo a la DGT, no entiendo cómo al frente de un departamento tan técnico se pone un cargo político impuesto por el presidente del Gobierno. Esta persona lo que puede hacer es llegar al cargo, enterarse de cómo está la situación y cuando empieza a saber lo que tiene que hacer llega un nuevo presidente, y con él un nuevo director general. Lo más razonable sería dejar trabajar a todo el equipo interno de este organismo, o de los cientos de departamentos similares que cambian de rumbo con cada cambio de Gobierno.

Pere Navarro lleva tres meses en el cargo, pero ya tiene claro por qué aumentan las víctimas del tráfico en España: por una reducción de la plantilla de agentes de la DGT por culpa del PP y por el aumento de la siniestralidad con furgonetas implicadas, que también es por la culpa del PP, como el mismo Navarro ha declarado públicamente. Cuando se vaya vendrá Pepe Pérez o Alicia Férnandez y dirá que la culpa del aumento de la siniestralidad es del PSOE. En la DGT hacen falta personas que trabajen duro y encuentren soluciones a los problemas y que no busquen culpables, que siempre son los del otro partido, porque para hacer eso ni siquiera hace falta tener un máster de la URJC o de la UCJC.

La Dirección General de Tráfico (DGT) es el organismo que gestiona el tráfico en las carreteras españolas, que se encarga por ello también de velar por la seguridad vial, de conseguir que las carreteras sean mejores cada día, de mejorar la educación vial y de concienciar a los conductores de la necesidad imperiosa de cumplir siempre con las normas y de respetar a los otros conductores.

Pere Navarro Ministerio del Interior