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Por qué a España beneficia el fracaso de la fusión de Fiat y Renault
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Carlos Cancela

Por qué a España beneficia el fracaso de la fusión de Fiat y Renault

Uno de los puntos clave para la decisión de Fiat ha sido la actitud anunciada por el ejecutivo francés dejando claro que no se tocaban los empleos ni las fábricas del grupo en territorio francés

Foto: John Elkann, director ejecutivo del grupo Fiat, en una imagen de archivo junto a Marchionne. Efe
John Elkann, director ejecutivo del grupo Fiat, en una imagen de archivo junto a Marchionne. Efe

La apertura de negociaciones entre el grupo italiano FCA y el francés Renault para formar un gran grupo del automóvil no ha podido acabar peor. Solo unos días después del anuncio por parte de Fiat de ofrecer esta posible fusión al 50% entre ambos consorcios, fue la propia compañía italiana la que retiró la propuesta. Esta situación ha sida mala para ambos grupos pero el que más ha perdido ha sido el francés, que en la jornada del anuncio de la retirada de la propuesta perdió un 6% en Bolsa.

La causa de esta retirada, sin duda, es la presencia del Gobierno francés como principal accionista de Renault, que ostenta un 15% de las acciones. Uno de los puntos clave para la decisión de Fiat ha sido la actitud anunciada por el ejecutivo francés dejando muy claro desde el principio que no se tocaban los empleos ni las fábricas del grupo en territorio francés.

Lo que parece sorprendente, aunque supongo que será legal, es que una de las grandes empresas francesas a nivel internacional pueda tener como principal accionista al estado francés. Y eso dentro de la Unión Europea, donde se supone que no hay fronteras y que solo se gestiona por el libre mercado. Si hay un libre mercado y a Renault le interesa más, por aspectos económicos, mantener sus plantes españolas, por ejemplo, por qué un gobierno puede cambiar esa idea y aplicar criterios que no deberían tener cabida en la propia UE.

La decisión de Fiat de retirar la oferta entiendo que es positiva para España, porque ante una posible fusión entre ambos grupos el consorcio resultante tendría una gran sobrecapacidad de producción instalada en Europa y tanto Fiat como Renault deberían cerrar plantas. Y en el caso de Renault serían las plantas españolas, Valladolid y Palencia, pero también la de cajas de cambio de Sevilla, las que podrían tener problemas.

El grupo FCA explicó que no se dan en Francia las condiciones políticas necesarias para que la fusión se lleve a cabo de forma exitosa, después de que desde el Ejecutivo de Emmanuel Macron se haya llamado a la prudencia y a no precipitarse. Pese a ello, la Junta de Fiat, bajo la presidencia de John Elkann, ha reafirmado que sigue firmemente convencida de la conveniencia de su oferta, cuyos términos fueron cuidadosamente trabajados para ofrecer beneficios sustanciales para ambas partes.

Por su parte, el consejo de administración de Renault se ha mostrado decepcionado después del fracaso de las conversaciones con el grupo Fiat Chrysler Automobiles. En un comunicado el fabricante francés de automóviles ha expresado su decepción al no contar ya con la oportunidad para perseguir una fusión con el grupo italoamericano. Lo que se ha destacado desde Renault ha sido el acercamiento constructivo que se ha producido por parte de Nissan en torno a las negociaciones para esta posible fusión.

Interesante

A pesar de que la operación haya quedado truncada, Renault sigue considerando la fusión como una operación oportuna, puesto que tiene lógica industrial y aporta considerables méritos financieros. Además, desde Renault se destaca que fruto de este acuerdo se habría creado un poderoso grupo automovilístico europeo.

Francia posee el 15% del capital de Renault y desde el momento del anuncio estableció cuatro condiciones para apoyar el proyecto de fusión, pero la primera de todas la condiciones fue que este posible acuerdo se enmarcara dentro de la alianza Renault-Nissan. El resto de condicionantes fueron la preservación de los empleos y las plantas de producción en Francia, un sistema de dirección respetuoso y equilibrado entre Renault y FCA, y la participación de la empresa combinada en la iniciativa franco-alemana para la fabricación de baterías.

Un aspecto muy positivo de este acuerdo hubiera sido, precisamente, la participación del eventual grupo Fiat-Renault en la iniciativa de producción de baterías franco-alemán. Esta iniciativa de baterías para coches eléctricos es muy importante para el futuro de la industria automotriz europea. En el caso del grupo Fiat supondría también un gran paso adelante hacia la electrificación de su gama de modelos que, de momento, está en el aire. En este sentido, ni la propia Fiat, ni Alfa Romeo, ni Chrysler o Jeep tienen una estrategia clara de cara a un futuro electrificado de sus vehículos.

La apertura de negociaciones entre el grupo italiano FCA y el francés Renault para formar un gran grupo del automóvil no ha podido acabar peor. Solo unos días después del anuncio por parte de Fiat de ofrecer esta posible fusión al 50% entre ambos consorcios, fue la propia compañía italiana la que retiró la propuesta. Esta situación ha sida mala para ambos grupos pero el que más ha perdido ha sido el francés, que en la jornada del anuncio de la retirada de la propuesta perdió un 6% en Bolsa.

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