MiDGT: otra aplicación para controlar a los ciudadanos

La Dirección General de Tráfico lleva semanas apostando muy fuerte por una nueva aplicación para móvil, miDGT, con la que según el organismo dirigido por Pere Navarro los conductores podrán llevar el permiso de conducir en el móvil y hacer gestiones administrativas ante la DGT. Lo que no dicen es que a cambio de esas supuestas ventajas, que tampoco parecen muy legales de momento, les vamos a dar un poco más de nuestra privacidad.

Tengo que reconocer que tenía muchos reparos a instalar la aplicación miDGT, porque me parece muy peligroso en esta sociedad que vivimos compartir los datos personales. Pero tras leer los primeros avisos de la asociación DVuelta sobre la peligrosidad de esta aplicación he intentado buscar la máxima información. Creo que es un peligro instalarla, porque lleva al control de lo que hagamos, pero no solo conduciendo sino en todo en nuestra vida. Por ejemplo, porque tiene acceso a la cámara del móvil.

Llevamos muchos años hablando del “internet de las cosas” (IoT), ese concepto supuestamente maravilloso que facilitará mucho la vida de las personas. Permitirá que nuestro frigorífico se rellene de manera automática, que nuestro coche nos avise de lo que tenemos en la carretera dos curvas más adelante o de que nuestra televisión nos ponga el capítulo que nos toca ver de nuestra serie preferida. Pero al mismo tiempo, cada una de esas cosas supone un nuevo bocado a nuestra privacidad.

Todos los coches vendidos en Europa tienen obligatoriamente que llevar instalado y funcionando el e-call. Es una medida muy buena, permite mejorar la seguridad vial. Al producirse un accidente, el coche se pone automáticamente en contacto con emergencias y nos mandan los servicios de rescate necesarios. Es perfecto. La parte negativa es que todos los coches que tienen instalado el e-call llevan obligatoriamente una tarjeta SIM como la de nuestro teléfono móvil. Gracias a ello, el coche permanentemente está enviando datos, del número de personas que viajan dentro, de la posición, de la velocidad y de muchas más cosas.

Google puso en marcha hace ya unos cuantos años su aplicación de correo electrónico gmail. Algo que parecía muy bueno, porque nos permite tener una cuenta de email gratuito, rápido y muy eficaz. La parte mala es que Google lee los correos que enviamos y recibimos a través de esa cuenta. Así, se da el caso que Google te avisa que vas a perder un avión cuando te has ido de fin de semana a París con tu pareja, por ejemplo.

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Peligros del IoT

Google sabe dónde estás, lo que estás haciendo, con quien estás desayunando y que como el tráfico hasta Orly, de donde sale tu avión, está muy colapsado, vas a llegar tarde.También sabe cuánto tiempo se tarda en pasar el control de seguridad y, probablemente hasta cuánto te ha costado el billete de avión o la estancia en el hotel. Porque todo pasa por ese correo de gmail. El internet de las cosas tiene ventajas, no cabe duda, pero también esconde un peligro: la pérdida total de nuestra privacidad.

En las últimas semanas, el Gobierno de España ha puesto en marcha dos aplicaciones que creo que son delicadas para nuestra privacidad, pero también para el futuro de la sociedad. Suena mal que la aplicación miDGT vaya a controlar desde que la instales en tu móvil no solo tu vida en el coche, sino también tu vida en el cine, o en el metro. Al instalar la aplicación aceptas esos detalles, como también que tu teléfono tenga acceso a la cámara del móvil y con ello podría hacer fotos de lo que te rodea y enviarlas a un sitio desconocido. Algunas de estas opciones luego se pueden desconectar, creo, pero ¿para qué lo ponen por defecto?

A mí, la verdad, me parece delicado, pero creo que hay un problema aún peor. Al instalar la aplicación se le da a la DGT el control de datos, de millones y millones de datos, que no saben lo que hacer con ellos y que tampoco pueden gestionar de ninguna manera. Si hay millones de usuarios que instalan su aplicación y cada teléfono manda a un sitio datos de ubicación, velocidad o personas que están alrededor, ¿qué puede hacer la DGT gestionando unos datos tan complejos a diario? Esa misma pregunta se le puede hacer a los fabricantes de automóviles, porque ninguna marca tiene la capacidad de gestionar esos billones de datos diarios que los coches mandan a no se sabe dónde. Los datos hay que cederlos a terceros para su análisis.

La otra aplicación del gobierno para controlar a todos los españoles es la de control de la pandemia. Igualmente tiene un buen fin, ya que al estar todos conectados y al conocer el estado de salud de cada uno, sabe que estás cerca de una persona que tiene síntomas de la enfermedad y te avisa. O puede controlar que se cumple o no el confinamiento.

Lo malo es que cuando se acabe la pandemia, y supongo que se acabará, el Gobierno ya nos tendrá controlados y al minuto sabrá dónde estamos y con quién estamos, si vamos en coche, en tren o en bicicleta, si hacemos deporte o no. Vamos a estar controlados por un Gobierno que, después de 40 días de confinamiento, aún no sabe con exactitud cuántas personas han muerto realmente por el coronavirus o cuántas pruebas del COVID19 se han hecho con los test buenos.