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Desastre en la seguridad vial: menos tráfico, pero más accidentes, alcohol y excesos
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Carlos Cancela

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Carlos Cancela

Desastre en la seguridad vial: menos tráfico, pero más accidentes, alcohol y excesos

Parecía que poco a poco las cosas mejoraban en cuanto a seguridad vial en España, pero los datos tras el fin del confinamiento demuestran que las cosas van bastante ma

Foto: Imagen de archivo de un accidente de tráfico en la provincia de Badajoz. EFE
Imagen de archivo de un accidente de tráfico en la provincia de Badajoz. EFE

Parecía que poco a poco las cosas mejoraban en cuanto a seguridad vial en España, pero los datos tras el fin del confinamiento demuestran que las cosas van bastante mal también en este aspecto. Entre el 21 de junio y el 22 de julio se han producido en las carreteras españolas 110 víctimas mortales. Y eso pese a que el tráfico se ha reducido notablemente en este periodo de tiempo.

Desde que se acabó el confinamiento, las actitudes que se ven al volante son las mismas o incluso peores que las que se veían antes de la llegada de esta pandemia. Hasta el mes de febrero había muchos desplazamientos en coche, tanto en ciudad como por carretera, y esa gran cantidad de tráfico, sobre todo los fines de semana, hacía que de alguna forma los accidentes se limitaran.

No es que no estuvieran en la carretera los mismos conductores agresivos e incumplidores de siempre. El tema era que al haber tantos coches circulando por la carretera no siempre podían cometer sus graves imprudencias, que en muchas ocasiones acaban en un accidente. Pero ahora que hay menos tráfico parece que todos los conductores irresponsables han salido a la carretera y de ahí el aumento de los accidentes. A ello se suma la torpeza con la que otros conductores menos expertos han vuelto a circular tras el confinamiento.

En estas últimas semanas he tenido que hacer bastantes desplazamientos en coche y lo que he podido observar es que ahora hay más coches que van muy deprisa, mucho más que los límites legales, pero también hay otros que van mucho más despacio de lo normal. Y ese es el problema, la diferencia de velocidades entre los "listos" y los menos listos.

Más radares

La DGT lleva años llenando las carreteras de radares, es la política prioritaria de Pere Navarro, el director general de Tráfico. Su objetivo es poner muchas multas y de la forma más rápida y eficaz posible. Eso hace que los conductores normales, los que van cumpliendo las normas, circulen siempre con el miedo de una multa. Y de ahí que circulen más despacio y, por ejemplo, por el carril central de las autopistas y autovías de tres carriles. Con ello buscan evitar multas y riesgos.

En el otro lado de la balanza están los listos, los que van muy deprisa siempre, y a los que no les importa el límite de velocidad concreto que haya en cada sitio, porque ellos siempre van "controlando". Por ello, circulan más pendientes de los radares que del propio tráfico y de las señales. Incluso van pendientes del helicóptero, solo para evitar multas.

Lo que la DGT debería hacer es utilizar todas sus herramientas, que son muchas, para intentar retirar de la circulación a los conductores más peligrosos, los reincidentes, los que siempre están detrás de los accidentes. Retirar de la circulación a conductores que a diario beben alcohol y consumen drogas. Según el último informe del Instituto de Toxicología, el 45% de los conductores muertos en accidente de tráfico en 2019 dio positivo en alcohol o en drogas, y en bastantes casos en ambas sustancias a la vez.

La DGT tiene coches camuflados, y me parece una buena medida, pero no me parece bien cómo se utilizan. Esos coches deberían llevar su cámara de video siempre en funcionamiento y deberían circular para capar actitudes agresivas, para retirar el carné por muchos años a esos malos conductores. Pero los coches camuflados solo buscan poner muchas multas de 100 euros, por circular a 131 km/h en un sitio de 120 km/h. Yo no creo que ese sea el peligro de las carreteras. La DGT debería hacer miles y miles de pruebas de alcohol, a todas horas y en todo tipo de carreteras. Pero el presupuesto no da para eso tampoco.

El peligro viene del que va de un carril a otro circulando a todo lo que da su coche, pero el vehículo camuflado de la DGT no sigue a esos coches. Simplemente buscan a los conductores de los 100 euros. El peligro es el de los conductores que se saltan las prohibiciones de adelantar en una carretera convencional. O de los peatones que van por la calle con los cinco sentidos puestos en su móvil y cruzando sin mirar. Mientras todos los implicados no adoptemos una actitud responsable, no habrá resultados positivos, ni siquiera con el coche autónomo.

Parecía que poco a poco las cosas mejoraban en cuanto a seguridad vial en España, pero los datos tras el fin del confinamiento demuestran que las cosas van bastante mal también en este aspecto. Entre el 21 de junio y el 22 de julio se han producido en las carreteras españolas 110 víctimas mortales. Y eso pese a que el tráfico se ha reducido notablemente en este periodo de tiempo.

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