Pedro Sánchez, el rey del gran hermano del automovilista

El Gobierno de Pedro Sánchez ha mandado a Bruselas un plan de Recuperación en el que más allá de abordar cómo va a gastar el dinero que va a mandar Europa para salir de la crisis explica lo que va a hacer para hundirnos aún más en ella. El plan no analiza cómo se va a gastar el dinero europeo, sino como van a pagar los ciudadanos y las empresas españolas 90.000 millones de euros más cada año de impuestos, para que Europa nos mande ese dinero.

Cuadrar unas cuentas es algo bastante fácil de entender, hay que reducir los gastos y aumentar los ingresos. Eso lo sabe cualquiera que tenga una familia normal, o una empresa o un trabajo como autónomo. Y un Gobierno debería saberlo también, reducir gastos y aumentar ingresos. Pero Pedro Sánchez y su equipo no lo entienden así, su política es gastar sin límite, como si no hubiera un mañana, y luego encontrar alguien que pague la fiesta.

Y desgraciadamente uno de los que van a pagar la nueva fiesta socialista son los automovilistas. A principios de 2022 se van a remodelar los impuestos de Circulación y Matriculación, se van a subir los impuestos al diesel, se va a subir el impuesto a la electricidad. Y por si no fuera bastante todo esto, se va a aplicar un nuevo peaje por el uso de las autovías y autopistas españolas.

Pero ojo, ese nuevo peaje por el uso de las carreteras de alta capacidad, según han anunciado a Bruselas, se va a aplicar a partir de 2024. Previsiblemente, ese año los ministros actuales ya no estarán en el Gobierno. Es decir, que un Gobierno que no ha hecho absolutamente nada más allá de crispar a los españoles y malgastar un dinero que parece que no es de nadie en más ministerios, más asesores y chiringuitos, le dice lo que tendrá que hacer al futuro Gobierno.

Pero ellos se van a ocupar de montar el "gran hermano" del automóvil. El objetivo es que desde 2024, los españoles paguen por el uso de las autovías y eso obliga a que desde ahora hasta 2024 se instalen miles y miles de cámaras en todas las carreteras desdobladas en España, más de 10.000 kilómetros. Y también un centro de proceso de datos brutal, muy por encima del que tiene Hacienda, para poder así controlar a los millones de ciudadanos que se desplazan cada día por esas carreteras.

Ese es el negocio que se ha sacado de la manga Redondo, pero no Terreros el bueno sino el malo, para hacer caja a costa de los ciudadanos. Los socialistas son muy dados a poner en marcha negocios para sus amigos que pagamos todos los españoles a escote. Es lo que podríamos denominar como un robo de guante blanco.

Negocios socialistas

En la época de Felipe González, la idea, por cierto muy beneficiosa para España, fue la puesta en marcha de una amplia red de autovías. El negocio estaba en que desde dos años antes de su puesta en marcha, algunas empresas "amigas" compraron todo el material de obras públicas que había disponible en España. Los beneficios fueron muchos millones de pesetas, entonces, para los amigos.

Y la otra obra de González tuvo su proyección en el tiempo, el tren de alta velocidad. España apostó por el AVE Madrid Sevilla, que tuvo un sobrecoste de 750.000 millones de pesetas sobre el presupuesto original. Pero Felipe González, además de socialista, fue un estadista y estas medidas fueron buenas para España, aunque mejores aún para sus amigos.

Con Zapatero se mantuvo la puesta en marcha de los trenes de alta velocidad, que era un negocio muy jugoso para algunos pero ruinoso para España. Y se inventó un plan de apoyo a la energía solar, en el peor momento, cuando el rendimiento de los paneles era mínimo y su coste muy elevado. Solo los amigos de Zapatero pudieron instalar sus huertos solares, con grandes ayudas públicas y con unas primas que todavía seguimos pagando los españoles. Y de ahí que tengamos la electricidad más cara de toda Europa. Cogió las riendas de España en un buen momento y la dejó hundida.

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Europa Press

Ahora llega el gran hermano del automovilista con el pago por uso de las autovías. Es un plan maquiavélico, cada coche tendrá asociado un número de cuenta corriente o de tarjeta de crédito. Cada mes tendremos una salida de dinero de nuestro banco de 20, 30 o 50 euros. Y si viajamos a Galicia, o Barcelona o Cádiz, por ejemplo, 200 o 300 euros. Una cantidad imprevista, porque nadie sabe los kilómetros que hace por una autovía cada día. Solo hay que ultimar el asalto a la justicia que tienen en marcha, y el nuevo plan de peajes en la autovías será definitivo para acabar con la libertad de los ciudadanos.

Porque el Gobierno siempre sabrá dónde están los ciudadanos en cada momento, o al menos donde están sus coches. Podrá controlar absolutamente todos los movimientos. Podrá cobrar directamente las multas sin la opción de poder recurrir una infracción. Podrá calcular el tiempo que hemos tardado en un recorrido, ya no habrá que instalar radares de tramo, porque todas las carreteras estarán 100% controladas y serán radares permanentes.

Este Gobierno solo tiene un plan, arruinar a todos los españoles, no solo a los ricos o a los automovilistas, sino a todos. Eso sí, lo hace con perspectiva de género, con transversalidad y resiliencia, que debe ser que así es menos malo... Y lo peor es que gracias a algunos medios de comunicación, lo están logrando fácilmente.

Lo peor de todo este maquiavélico plan de Sánchez es que no tiene salida. Ellos se van a gastar el dinero de Europa, los 140.000 millones de euros, a discreción, para sus amigos, sus asesores o sus ministerios. O para el Falcon o los coches oficiales. Pero luego el pago de ese dinero lo va a afrontar un nuevo Gobierno, quizá del PP, o Vox o Ciudadanos, si es que sigue vivo entonces. Pero lo harán con una piedra al cuello de 140.000 millones de euros de deuda adicional y el compromiso ante Europa de aumentar los impuestos en 90.000 millones de euros cada año. Es la jugada maestra del chantaje político que pagaremos los de siempre...