Es noticia
Dra. Kyritsi: "Lo más duro es tener que tomar decisiones como si fuéramos Dios"
  1. Mundo
  2. 540 Park Avenue
Luján Artola

540 Park Avenue

Por

Dra. Kyritsi: "Lo más duro es tener que tomar decisiones como si fuéramos Dios"

De manera voluntaria, ha pedido doblar sus turnos y como si fuera de ciencia ficción, se ha puesto la capa invisible de héroe para irse al campo de batalla

Foto: La doctora Fiorina Kyritsi
La doctora Fiorina Kyritsi

Hasta hace dos semanas, por ser madre soltera y para estar más tiempo con su hija, tenía asignada una jornada reducida que combinaba impartiendo clases en la universidad. Y llegó el virus, y no se lo pensó dos veces. De manera voluntaria, ha pedido doblar sus turnos y, como si fuera de ciencia ficción, se ha puesto la capa invisible de héroe para irse al campo de batalla. Tuvo síntomas, estuvo en cuarentena y ahora se encuentra al frente de 60 camas de pacientes ricos, pobres, sin papeles, ancianos y jóvenes en el hospital Mount Sinaí de Queens. Es una roca, guapa y dulce, a partes iguales. Todos los que la conocen dicen lo mismo. En los tiempos del maldito Covid-19 revisa cada uno de los monitores, explica a los familiares por video llamada la evolución de sus pacientes y coge la mano a los que están muriendo. Porque esta pandemia va unida al desamparo de los enfermos que están solos. Y ella, no se ha puesto de lado.

PREGUNTA. ¿Cómo estás?

RESPUESTA. Bastante cansada. Es muy duro física y mentalmente. Estamos sobrepasados. Empieza a ser muy parecido a Italia. Es una situación excepcional y por la que no quiero volver a pasar en mi vida. Tenemos que estar preparados en todo. Ahora mismo, mi planta es lo más parecido a un hospital de guerra y no a lo que estamos acostumbrados a ver todos los días. Tengo que vestirme despacio, ponerme todo el equipo, y concentrarme mucho para algo que antes hacíamos sin pensar. El 95% del hospital está lleno de pacientes Covid: neumonía, hipoxia, fallos respiratorios. Algunos con patologías previas, otros no. Cuento con la ayuda de dos asistentes, tres enfermeras, y además dos cardiólogos. Estamos todos muy fuertes pero muy preocupados.

P. ¿Cómo se ha organizado el hospital?

R. Hemos aislado admisiones para evitar, al derivar a los pacientes, que haya más contagios. Cada planta está aislada de las otras. En la sexta está los más críticos y los intensivistas son los únicos que suben o bajan para valorar la evolución de cada caso.

placeholder La doctora Fiorina Kyritsi (i)
La doctora Fiorina Kyritsi (i)

P. En España la falta de material sanitario está siendo dramática.

R. Nosotros no tenemos de sobra. Tenemos mucho cuidado con todo lo que utilizamos. También con el Zitromax y la Cloriquidina, con los que por cierto estamos viendo mucha mejoría en algunos pacientes. El fin de semana pasado recibimos desde China una donación de más de un millón y medio de máscaras para el todo el sistema de salud de los hospitales Mount Sinaí. Estamos planeando y planificando con cuidado todo porque esto va a ser largo. No hemos llegado al pico de contagios, vamos a estar recibiendo muchos pacientes y debemos tener los recursos preparados. Ahora mismo, estamos al 70% de capacidad de los respiradores. Pero tenemos que estar con mucha precaución, porque estamos viendo con cuidado quién los utiliza y quién no. De momento no es porque no los tengamos, sino porque vemos clínicamente quién no va a superar la intubación y no podemos tener personas ingresadas por mucho tiempo, cuando el final va a ser el mismo. Por ello, decidimos, hablando con la familia y valoramos si los llevamos a planta con cuidados paliativos. No es fácil, pero tenemos que hacerlo así.

P. Desde España se señala a Estados Unidos como el país en el que va a morir mucha gente por culpa de no tener seguros médicos.

R. No es verdad. Nosotros tenemos pacientes ingresados que son 'homeless', muchos sin ningún seguro y personas con muchos recursos y coberturas sanitarias muy caras. El Covid-19 no hace distinciones. Ataca a todos por igual y se les atiende a todos por igual. Además, el Gobierno ha llegado a un acuerdo con las compañías de seguros para cubrir todos los gastos de esta epidemia. De todas maneras, nuestras puertas siempre han estado abiertas. Te cuento un caso. Tenemos una paciente que lleva dos años y medio ingresada porque tiene demencia, no tiene papeles, era 'homeless', no sabemos quién es y no podemos derivarla a otro sitio. Yo soy griega y te aseguro que no hay otro sistema de salud en el mundo que haga esto. Y sé de lo que hablo.

P. ¿Cada cuánto os tienen que hacer el test a los médicos?

R. No tiene sentido que nos hagan test si estamos asintomáticos. Hemos visto muchos resultados de falsos negativos hasta que aparecen los síntomas y, entonces, dan positivo.

placeholder La doctora Fiorina Kyritsi (d)
La doctora Fiorina Kyritsi (d)

P. ¿Y qué ocurre entonces con la población en general?

R. Como todos los hospitales de la ciudad, tenemos una especie de iglús montados fuera y asilados para hacerlos. Son personas que vienen con síntomas o sospechas, no se encuentran muy mal y necesitan saber si están infectados o no. Son testados. Pero somos muy estrictos. Porque no queremos desperdiciarlos. No tenemos suficientes kits. En Europa se ha perdido mucho tiempo haciendo test y mucha gente ha entrado en pánico y entre que iban a hacérselo y de paso salían a comprar, provocaron que hubiera muchos contagios. Por eso decimos que lo más importante es quedarse en casa. Si tienes síntomas leves como la gripe, quédate en casa. Si te encuentras mal, vete al hospital.

Foto: Los laboratorios trabajan sin cesar para encontrar una vacuna contra el coronavirus. (EFE) Opinión

P. Supongo que estarás viviendo situaciones terribles.

R. Muchas. Tengo un paciente de 87 años. Aislado y con neumonía. Hasta hace unos días, estaba trabajando fuera de casa. Un hombre sano que no ha pisado un hospital en su vida. Al principio no estaba muy mal, pero en 24 horas el deterioro pulmonar ha sido brutal. Hemos visto que no va a sobrevivir a la intubación, sobre todo porque va a ser muy difícil luego que recupere la conciencia. Pero lo más duro de todo es que todos sus hijos viven entre España e Inglaterra. He estado hablando con sus hijos, sobre todo el de Londres y es horrible ver cómo él se da cuenta de todo y está despidiéndose de ellos por videollamada.

Esta soledad en el momento de la muerte creo que es lo más terrible de todo. Además de no poder estar cerca, sus hijos no saben si hacen bien, no duermen, no saben si están sacrificando a su padre o no. Es muy duro tener que tomar decisiones como si fuéramos Dios. Estábamos acostumbrados a tomar decisiones con una enfermedad larga, viendo el deterioro del paciente o que no respondiera al tratamiento y, normalmente, con tiempo para asimilarlo. Todos vamos viendo poco a poco lo que puede pasar. Pero el coronavirus es como un accidente de coche. No sabemos cómo va a reaccionar cada cuerpo al choque y, encima, tenemos que tomar decisiones muy rápidas.

Foto: El presidente de EEUU, Dondald Trump. (Reuters) Opinión

P. La famosa curva nos tiene a todos en vilo.

R. No hemos llegado al pico de la curva. Veo los datos de los epidemiólogos todos los días y combinan cinco modelos matemáticos para ir viendo lo que va a pasar. Hay algo positivo y es que, hasta hace cuatro días, los casos en Nueva York estaban duplicándose cada tres días, ahora cada seis días. Significa que el aislamiento funciona. Pero hasta mediados de abril no llegaremos al pico. Además, luego está la bajada de esa curva, que será larga y dura.

P. La vacuna y la vida normal.

R. La vuelta a la vida normal va a llevar muchos meses. Si todo va bien, podremos empezar a tener medidas menos restrictivas cuando empiece la temporada de vacunación en octubre junto con la de la gripe, y quizá se pueda tener para entonces algo parecido al cóctel de medicamentos. Pero la vacuna específica va a tardar un año o más. El asunto es que el riesgo está en la singularidad de tu cuerpo o tu ADN y cómo reacciona a un proceso inflamatorio tan rápido. Y, como ya hemos visto, el Covid-19 es extremadamente contagioso. Sabemos los grupos de riesgo, pero no podemos descartar a nadie de un desenlace fatal.

Hasta hace dos semanas, por ser madre soltera y para estar más tiempo con su hija, tenía asignada una jornada reducida que combinaba impartiendo clases en la universidad. Y llegó el virus, y no se lo pensó dos veces. De manera voluntaria, ha pedido doblar sus turnos y, como si fuera de ciencia ficción, se ha puesto la capa invisible de héroe para irse al campo de batalla. Tuvo síntomas, estuvo en cuarentena y ahora se encuentra al frente de 60 camas de pacientes ricos, pobres, sin papeles, ancianos y jóvenes en el hospital Mount Sinaí de Queens. Es una roca, guapa y dulce, a partes iguales. Todos los que la conocen dicen lo mismo. En los tiempos del maldito Covid-19 revisa cada uno de los monitores, explica a los familiares por video llamada la evolución de sus pacientes y coge la mano a los que están muriendo. Porque esta pandemia va unida al desamparo de los enfermos que están solos. Y ella, no se ha puesto de lado.