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José Antonio Gurpegui

Crónicas del Imperio

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Quién apoya a quién

El proceso electoral norteamericano tiene tanto de competición como de espectáculo y, como en cualquier otra competición, los contendientes tienen sus seguidores y apoyos en todas

El proceso electoral norteamericano tiene tanto de competición como de espectáculo y, como en cualquier otra competición, los contendientes tienen sus seguidores y apoyos en todas y cada una de las actividades humanas y sociales. Periódicos, cadenas de televisión, actores, cantantes, astronautas, chefs… incluso estrellas porno manifiestan públicamente sus preferencias y piden el voto para su candidato en lo que se conoce como “endorsement”.

Todavía se recuerda a Clint Eastwood hablando a un taburete vacío, en el que supuestamente debería estar sentado Barack Obama, durante la pasada Convención Republicana de Tampa a finales del pasado agosto. Bruce Springsteen, por su parte, ha regalado actuaciones a los votantes del disputado Ohio en su apoyo al presidente y este mismo fin de semana cantó gratuitamente con objeto de recaudar fondos para las víctimas del huracán Sandy en su New Jersey natal.

Se trata de los dos personajes públicos que con mayor énfasis respaldan a su candidato, pero tanto Obama como Romney cuentan con una larga lista de apoyos tanto del mundo del espectáculo como de medios de comunicación, políticos, y económicos… Ya mencioné algunos nombres en mi columna anterior (La financiación en las presidenciales norteamericanas no sabe de crisis, la semana pasada se superaron los 2.000 millones de dólares que apuntaba entonces), que ahora amplío con los de Marissa Mayer (CEO de Yahoo!), Eric Schmidt (antiguo CEO de Google), Sheryl Sandberg (COO de Facebook) y Bill Gates, apoyos de Obama. Los simpatizantes de Romney en este sector son más heterogéneos y en muchos casos no necesitan presentación: Lee Iacoca, Donald Trump, Rupert Murdoch, Ross Perot, Kenneth Langone, Meg Whitman… 

Obama ha conseguido convencer a seis cabeceras que en las anteriores elecciones respaldaron a McCain pero ha perdido casi una cuarentena a favor de Romney

También  cuenta Romney con mayor número de apoyos en el sector bancario. Donde la ventaja de Obama resulta más clara es en el mundo del celuloide. Las celebrities hollywoodienses han apoyado por lo general a los candidatos demócratas aunque, como bien sabemos, el único actor que alcanzó la Casa Blanca fue republicano. En el mundo de la farándula Obama cuenta con similares firmas que hace cuatro años: Leonardo Di Caprio, Brad Pitt, Bárbara Streisand, Al Pacino, Steven Spielberg, Sharon Stone, Maryl Streep, Cameron Díaz, Spike Lee, Milos Forman, Robert De Niro, Eva Longoria, Kirk y Michael Douglas, y, por supuesto, Denzel Washington, sin olvidarnos de nuestro Antonio Banderas, entre el larguísimo centenar de rutilantes estrellas.

La nómina de Romney, en este apartado, no es comparable a la del presidente ni en cantidad ni en “calidad”, pero también puede esgrimir un buen puñado de popularísimos nombres además del mencionado Eastwood: Silvester Stallone, Robert Duvall, Chuck Norris, Lorenzo Lamas, Andy García o Jon Voight, quien ha tomado el relevo de Charlton Heston en la Asociación Nacional del Rifle (asociación que apoya a Romney). Y, por supuesto, su compañero de armas Arnold Schwarzenegger. Otro popular nombre que también pide el voto para Romney es Cindy Crawford.

También lleva Obama la delantera entre los músicos. Además de Springsteen, cuenta con Mick Jagger, Paul Simon, Aretha Franklin, Elton John, Steve Wonder, B.B. King, Madonna, Beyoncé, Lady Gagga, Jon Bon Jovi, Mariah Carey… y mi admirado Randy Newman (insuperable Little Criminals). Bastantes menos discos han vendido los compositores que apoyan a Romney: Lane Turner, Meat Loaf, Ted Nugent o Vanilla Ice, es lo más popular que encontramos.

Como no podía ser menos, los medios de comunicación expresan públicamente sus preferencias y su apoyo a alguno de los contendientes. El New York Times ya respaldó en 1860 la candidatura de Abraham Lincoln (R), y como viene haciendo desde 1960, año en que apoyó a Kennedy, sus editores (para muchos de forma sorprendente en esta ocasión) se decantan por la candidatura demócrata (el último republicano en ser apoyado por el NYT fue Dwight D. Eisenhower en 1956).

La cabecera de competencia, el Washington Post, también respalda a Obama en estas elecciones; su primer “endorsment” fue en 1976 a favor de Jimmy Carter -cuando derrotó a Gerald Ford- y desde entonces siempre ha apoyado a los demócratas. Romney no cuenta con ninguna de las grandes cabeceras, si acaso el New York Post, pero sí ha conseguido editoriales favorables de medios de comunicación locales como el Houston Chronicle, Boston Herald o el Dallas Morning News. Un interesante matiz tiene que ver con los apoyos que cada candidato ha recibido en comparación a las anteriores elecciones: Obama ha conseguido convencer a seis cabeceras que en las anteriores elecciones respaldaron a McCain y, por el contrario, ha perdido casi una cuarentena a favor de Romney.

La lista de políticos, militares, intelectuales es interminable; pero los mencionados son suficientes para una colaboración, lo confieso, más en la línea de Vanitatis que en la de esta sección. Y si alguien quiere más nombres, se los proporcionaré gustoso esta tarde durante el encuentro digital con los lectores.

El proceso electoral norteamericano tiene tanto de competición como de espectáculo y, como en cualquier otra competición, los contendientes tienen sus seguidores y apoyos en todas y cada una de las actividades humanas y sociales. Periódicos, cadenas de televisión, actores, cantantes, astronautas, chefs… incluso estrellas porno manifiestan públicamente sus preferencias y piden el voto para su candidato en lo que se conoce como “endorsement”.