Es noticia
España, pese a las crisis, un país de ensueño visto desde fuera
  1. Mundo
  2. La historia no acaba aquí
Ignacio Cembrero

La historia no acaba aquí

Por

España, pese a las crisis, un país de ensueño visto desde fuera

El país de Europa con una muy alta mortandad, a causa de la pandemia, y que padece la más severa recesión sigue resultando atractivo para residir a ojos de muchos extranjeros

Foto: Foto: EFE.
Foto: EFE.

Hay malas noticias sobre España de sobra conocidas porque todos los medios de comunicación las han aireado. El pasado lunes, el país superó oficialmente el umbral de los 50.000 muertos por la pandemia, lo que lo coloca, por número total de fallecidos, en cuarto lugar de Europa. Ahora bien, si en lugar del balance oficial de Sanidad se recurre a las estadísticas del INE o al estudio de la Universidad Politécnica de Madrid —calcula que hasta noviembre hubo 66.795 muertos—, España se sitúa a la cabeza de Europa, junto con Bélgica, en mortandad por 100.000 habitantes.

Foto: Imagen: Laura Martín.

La OCDE prevé que la caída del PIB de España a causa de la pandemia será, este año, del 11,6%, una estimación más o menos coincidente con la de otros organismos internacionales. De los 35 países desarrollados que componen esta organización, solo Argentina sale peor librado. La dependencia de los servicios y, en especial, del turismo explica, en buena medida, este brutal desplome.

Este desmoronamiento del PIB provoca, a su vez, una reducción de la renta per cápita. El Fondo Monetario Internacional calculaba en octubre que España perderá cinco puestos en la clasificación mundial de países por la riqueza de sus habitantes. Será superada por cuatro países europeos —Chipre, Eslovenia, Lituania y Chequia—, todos ellos miembros más recientes de la UE que España.

Foto: Banderas en el Parlamento Europeo. (EFE)

Otro revés, menos conocido, es que al incremento del paro registrado se añade, en España, la caída de los salarios. La Organización Internacional del Trabajo estima que en los seis primeros meses de este año disminuyeron un 12,7%, un porcentaje solo rebasado por Portugal en el mundo.

La crisis ha disparado también las desigualdades. Ahora, España se coloca en el quinto puesto de la UE por porcentaje de población en situación de pobreza —el 20,7% de personas está en riesgo— y solo cuatro países del Este —Rumanía, Letonia, Bulgaria y Estonia— arrojan peores resultados, según Eurostat. En pobreza infantil, hasta los 16 años, España se sitúa incluso en el tercer peor puesto de la clasificación.

Foto: Recogida de alimentos en el barrio madrileño de La Elipa. (EFE)
TE PUEDE INTERESAR
La crisis amplía la desigualdad: los ingresos salariales de rentas bajas caen 5 veces más
Javier G. Jorrín Infografía: Laura Martín

La virulencia con que el covid-19 golpeó España en la primera ola, en primavera, y la prontitud con que estalló la segunda, en verano, quedaron algo encubiertas en los medios de comunicación europeos porque otros países del continente acabaron siendo también duramente afectados. Entre tantas malas noticias, costaba averiguar a quién le iba peor. Ni siquiera los más ricos, como Suiza, han sorteado correctamente la pandemia.

La crisis económica en España sí tuvo, en cambio, en la prensa extranjera un trato diferenciado porque, entre los países desarrollados, es el más tocado. Ni siquiera estaba claro a mediados del otoño si lograría aprobar, por fin, unos nuevos Presupuestos y evitar así unas nuevas elecciones. “España se convierte en el eslabón débil de Europa”, titulaba el 6 de octubre el diario estadounidense 'The Wall Street Journal', y dos semanas después el 'Handelsblatt', el único periódico económico alemán, insistía: “España amenaza con convertirse en el mayor problema de Europa”.

El peor artículo fue, quizás, el que firmaba en octubre el catedrático alemán de economía Friedrich Leopold Sell, en el 'Neue Zürcher Zeitung', el más influyente de los diarios germanófonos de Suiza. “¿Es España un Estado fallido y cómo debe tratar la UE a ese miembro?”, era el titular. Sell preconizaba que España no recibiera ayudas del recién creado fondo de recuperación europeo sino del FMI, sometidas a un mayor control por parte del prestamista.

Foto:
TE PUEDE INTERESAR
Las cicatrices de la crisis no se curarán en años
Javier G. Jorrín Laura Martín Pablo López Learte Carlos Muñoz Luis Rodríguez

Los devaneos y las presuntas corrupciones de don Juan Carlos, el rey emérito, han deteriorado más la imagen de España que los aprietos económicos. Sobre ellos se han escrito muchísimos más artículos que sobre la recesión y sus consecuencias. “El rey de las 5.000 amantes” era, por ejemplo, el titular de una crónica demoledora publicada en octubre en decenas de periódicos regionales alemanes. RTL, una televisión privada de gran audiencia en Alemania, dedicó el 7 de noviembre 40 segundos de su telediario a explicar que la reina Sofía está implicada en la corrupción de su esposo a través de las tarjetas de crédito.

Ese aluvión de malas noticias que cayó sobre España ha tapado otras buenas. Todas apuntan en la misma dirección que otros años: indican que España es uno de los mejores lugares del mundo para vivir, criar unos hijos o envejecer.

Foto: El rey Juan Carlos, en una foto de archivo. (Getty)

“Mudarse a Valencia: los expatriados votaron que es la mejor ciudad para vivir”, titulaba, el 13 de diciembre, el diario 'The Times', de Londres. Recogía el resultado de la encuesta anual de Inter Nations entre 15.000 expatriados de 173 nacionalidades que colocaban la tercera ciudad de España por población como la más acogedora del mundo para residir, seguida por Alicante, mientras que en sexto lugar figuraba Málaga y en el noveno, Madrid.

Este mismo mes, la empresa estadounidense Remitly daba a conocer su propia encuesta sobre países donde desearían instalarse los expatriados y España se situaba en el tercer puesto, detrás de Canadá y Japón. El resultado está en concordancia con la clasificación anual de HSBC Expat de 2020, en la que el banco británico también coloca España en uno de los mejores puestos, el quinto.

Foto: Imagen: Pablo López Learte.

Para los jubilados, España pierde, sin embargo, algo de atractivo y retrocede al octavo lugar del 'ranking' mundial, según publicó el agosto la revista 'International Living'. Para los turistas LGTB, es el décimo país más acogedor, por delante de otros con fama de liberales como Dinamarca o los Países Bajos, según Asher & Lyric, una web especializada en viajes.

Pese a las crisis sanitaria y económica, sin precedentes esta última desde la Guerra Civil, y pese a la crispación política que puede trasladar a veces una sensación de inestabilidad, España sigue siendo un país de ensueño para millones de personas que residen en otros lugares desarrollados del mundo. La calidad de vida no suele tener parangón, pero el país no se acaba de izar al primer rango de la clasificación porque falla a la hora de ofrecer a los expatriados buenas perspectivas para su carrera profesional. Antes y después de la pandemia, será siempre la relativa debilidad de su economía y su exigua oferta de empleo lo que impida que España sea un mundo laboralmente feliz para aquellos que quieran trabajar y vivir en ella.

Hay malas noticias sobre España de sobra conocidas porque todos los medios de comunicación las han aireado. El pasado lunes, el país superó oficialmente el umbral de los 50.000 muertos por la pandemia, lo que lo coloca, por número total de fallecidos, en cuarto lugar de Europa. Ahora bien, si en lugar del balance oficial de Sanidad se recurre a las estadísticas del INE o al estudio de la Universidad Politécnica de Madrid —calcula que hasta noviembre hubo 66.795 muertos—, España se sitúa a la cabeza de Europa, junto con Bélgica, en mortandad por 100.000 habitantes.