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Sala 2 | De elefante a ratón: el gobernador de NY, acorralado por las acusaciones de acoso

La Fiscalía del Estado ha sustanciado las acusaciones de acoso sexual por parte de 11 mujeres y los principales políticos demócratas del país, incluyendo Joe Biden, han pedido su dimisión

Foto: Andrew Cuomo, gobernador de Nueva York, en un comunicado pregrabado en el que se defiende de las acusaciones.
Andrew Cuomo, gobernador de Nueva York, en un comunicado pregrabado en el que se defiende de las acusaciones.

Una pieza de caza mayor ha sido avistada en los bosques de la política estadounidense. Al gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, que durante los primeros meses de pandemia tuvo una popularidad similar a la de un monarca asiático, parece habérsele terminado la suerte. La Fiscalía del Estado ha sustanciado las acusaciones de acoso sexual por parte de 11 mujeres y Cuomo vuelve a estar en el estrecho agujero que habitó a principios de año. Con la diferencia de que, esta vez, dichas incriminaciones gozan del sello oficial de la fiscalía y de la credibilidad de los grandes próceres del Partido Demócrata. Hasta Joe Biden, presidente de Estados Unidos y amigo personal de Cuomo, ha pedido su dimisión.

Las conclusiones del informe, que incluye 179 entrevistas en 168 páginas, son inequívocas. “El gobernador Cuomo acosó sexualmente a empleadas estatales actuales y antiguas, quebrantando tanto las leyes federales como estatales”, dijo la fiscal general neoyorquina, Letitia James, al presentar el documento. “La investigación independiente ha hallado que el gobernador Cuomo acosó a varias mujeres, muchas de ellas jóvenes, incurriendo en toqueteos indeseados, besos, abrazos, y haciendo comentarios inapropiados”.

Foto: El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo. (EFE) Opinión

También han sido inequívocas las reacciones de los otros mandamases neoyorquinos. El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, habitual diana de los dardos de Cuomo, exigió la dimisión inmediata del gobernador. Si este no accede, pidió un proceso de destitución. De Blasio resaltó que, además, según las pesquisas, Cuomo habría tratado de intimidar también a una de las informantes. Los dos senadores de Nueva York, Chuck Schumer y Kirsten Gillibrand, exigieron igualmente su cese. Igual que Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes, y el propio Joe Biden.

Al comandante en jefe estadounidense no le quedó otra que pronunciarse durante la rueda de prensa sobre el covid que tenía planeada. “Debe de dimitir”, dijo Biden a los reporteros. “Entiendo que el Parlamento estatal puede decidir destituirlo, pero no lo tengo corroborado”, añadió, en referencia a la posibilidad de que Cuomo permanezca en el puesto y se le someta a un proceso de 'impeachment'.

El gobernador de Nueva York, acusado de acosar sexualmente a varias mujeres. (Atlas)

Andrew Cuomo pidió perdón por si había incomodado a alguien, pero negó los cargos de acoso sexual o de generar un ambiente de trabajo hostil y presentó una serie de fotografías en las que aparecía besando, abrazando y pellizcando los carrillos de personas de todos los géneros y edades. Mensaje: así es él. Un italoamericano amigable que se siente cómodo en la corta distancia y para el que dar un achuchón es una sencilla muestra de cariño. “En realidad lo aprendí de mi madre y de mi padre”, dijo Cuomo. “La intención es transmitir calidez, nada más”.

El senador estatal Gustavo Riviera dijo que Cuomo era igual que Donald Trump, pero “con un traje que le queda mejor”. “La manera en que se está defendiendo, retratándose como una víctima, va mucho más allá de lo indignante”, tuiteó. Todos estos ataques mencionados vienen del propio partido de Cuomo: son jabalinas demócratas contra un político que lleva décadas practicando el juego duro y que ha dejado montañas de resquemor entre sus propias filas.

El senador estatal Gustavo Riviera dijo que Cuomo era igual que Donald Trump, pero “con un traje que le queda mejor”. “La manera en que se está defendiendo, retratándose como una víctima, va mucho más allá de lo indignante”, tuiteó. Todos estos ataques mencionados vienen del propio partido de Cuomo: son jabalinas demócratas contra un político que lleva décadas practicando el juego duro y que ha dejado montañas de resquemor entre sus propias filas.

Pero es entre los conservadores donde las botellas de champán llevan tiempo en las cubiteras. Cuomo no solo es demócrata, sino que, durante el covid, se ha erigido como el campeón de los confinamientos y las restricciones percibidas por la derecha como draconianas. Uno ha podido ver cómo los jubilados neoyorquinos se marchaban a Florida para escapar de “Berlín oriental” y hacer una vida corriente: lejos del acaparamiento de poder, con la excusa del virus, del megalómano Cuomo.

El gobernador, además, forma un tándem con su hermano Chris Cuomo, presentador estrella de la CNN. Los dos han estado meses bromeando en directo, tanto en el programa de uno como en las ruedas de prensa del otro, educando y enervando a la ciudadanía a partes iguales. La derecha tiene ahí un hermanamiento literal entre sus dos satanases: el Partido Demócrata y los medios de masas. Una fraternidad que desde hace unas horas vuelven a atacar con una batería de artículos y comentarios.

Foto: Andrew Cuomo, gobernador de Nueva York. (Reuters)

'The New York Post' destaca que, según la investigación de la fiscalía, Chris Cuomo recibió información confidencial de la oficina del gobernador para aconsejar a su hermano durante la tormenta. Pese a que Cuomo y la estratega política operativa Lis Smith no tenían ningún cargo oficial, dice el informe, “se les daba regularmente información confidencial y a menudo privilegiada sobre las operaciones estatales y ayudaban a tomar decisiones que impactaban a los negocios y empleadores del estado: todo sin un rol, deber u obligación formal hacia el estado”.

Las indagaciones completan la exclusiva del 'Washington Post' el pasado mayo. Según el rotativo, Chris Cuomo, durante una reunión de asesores en torno a las acusaciones de acoso sexual, recomendó a su hermano que no dimitiera. Cuando la noticia salió a la luz, el joven Cuomo pidió públicamente disculpas por ello.

El canal Fox News recoge una serie de llamadas a la CNN para que se deshaga de Chris Cuomo por su secreta involucración en el poder político y su aparente interés en que estas acusaciones, todas ellas confirmadas por la investigación, no se lleven por delante al gobernador. “Al permitir a Chris Cuomo mantener su empleo y no enfrentarse a ninguna suspensión por aconsejar a su hermano que no se disculpe y que se mantenga firme, CNN posibilitó las canalladas sexuales”, tuiteó Chuck Houck, director de la web conservadora NewsBusters.

A Cuomo le han dado la espalda hasta sus camaradas de partido

Es el inacabable vals de la política, donde uno puede predecir con los ojos cerrados qué dirán los miembros del 'comentariat' en uno y otro lado del espectro. En este caso, sin embargo, a Cuomo le han dado la espalda hasta sus camaradas de partido. La propia vicegobernadora neoyorquina, Kathy Hochul, ha declarado en un comunicado que el “acoso sexual es inaceptable en cualquier lugar de trabajo, y ciertamente en el servicio público”. Añadió que “nadie está por encima de la ley” y que la Asamblea estatal “determinará los siguientes pasos”.

Pero a Cuomo le acompaña, salvo en esa acaramelada luna de miel mediática que disfrutó en 2020, una fama de duro o incluso de despiadado. De político neoyorquino en su esencia más pura, más silvestre. Poco después de salir el informe de la fiscalía, la gente de Cuomo publicó el suyo: 85 páginas en las que se detallaba la defensa de un político que ya ha pasado, aunque no tan graves, por sus tempestades.

A la cuestión del acoso se unen las investigaciones sobre la presunta reducción del 50% en la contabilidad de las muertes de covid en residencias de ancianos (a las que el estado ordenó colaborar en el cuidado de pacientes) y sobre el hecho de que Cuomo escribiese un lucrativo libro sobre su gestión durante la pandemia. Cuenta 'The New York Times' que, el 17 de julio, Cuomo fue sometido a un interrogatorio de 11 horas en su oficina de Manhattan.

Foto: El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo. (EFE)

Las redes son traicioneras y, como guinda, se ha reflotado un tuit de 2013 en el que Cuomo predicaba la “tolerancia cero” contra el tipo de comportamiento del que hoy se le acusa. “Debería de haber una política de tolerancia cero cuando se trata de acoso sexual y se tiene que mandar un mensaje claro de que este comportamiento no es tolerado”, escribió.

También son traicioneras las tormentas político-mediáticas y hay que esperar a si estas se reflejan en la opinión pública. La pasada primavera, cuando ya se conocían estas incriminaciones, el gobernador todavía gozaba del apoyo de algo más de la mitad de los votantes del estado. Entre los demócratas, la simpatía llegaba al 75%. Unos números que se enfriaron un poco a finales de mayo.

Otros líderes han estado en una situación peliaguda y se les hizo un 'impeachment'. Los ejemplos más nítidos son los de los presidentes Bill Clinton y Donald Trump. La principal diferencia entre ellos y Cuomo, sin embargo, es que el gobernador de Nueva York no tiene el apoyo ni de su propio partido.

Una pieza de caza mayor ha sido avistada en los bosques de la política estadounidense. Al gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, que durante los primeros meses de pandemia tuvo una popularidad similar a la de un monarca asiático, parece habérsele terminado la suerte. La Fiscalía del Estado ha sustanciado las acusaciones de acoso sexual por parte de 11 mujeres y Cuomo vuelve a estar en el estrecho agujero que habitó a principios de año. Con la diferencia de que, esta vez, dichas incriminaciones gozan del sello oficial de la fiscalía y de la credibilidad de los grandes próceres del Partido Demócrata. Hasta Joe Biden, presidente de Estados Unidos y amigo personal de Cuomo, ha pedido su dimisión.

Joe Biden Partido Demócrata