Es noticia
Putin y la gran duquesa
  1. Mundo
  2. Las tres voces
José Zorrilla

Las tres voces

Por

Putin y la gran duquesa

El parecer de la Gran Duquesa es que la recuperación de Crimea para Rusia es tan irreversible como la independencia de Kosovo

Foto: Fotografía facilitada por la Casa Imperial de Rusia de la Gran Duquesa María de Rusia (i) hablando con Vladimir Putin (Efe).
Fotografía facilitada por la Casa Imperial de Rusia de la Gran Duquesa María de Rusia (i) hablando con Vladimir Putin (Efe).

En medio de toda esta remodelación de Europa con Rusia en el centro de la diana, faltaba la Casa Imperial de los Romanov para echar leña al fuego. La gran duquesa María Vladimirovna Romanova (Madrid 1953), pretendiente al trono de Rusia, ha concedido una entrevista a Interfax en la que se pronuncia sobre Crimea y otros escenarios. El parecer de la gran duquesa es que la recuperación de Crimea para Rusia es tan irreversible como la independencia de Kosovo.

La gran duquesa, por cierto, celebró el 400º aniversario de la dinastía Romanov con un encuentro en Crimea el mes de septiembre del pasado año. La ceremonia contó con todas las bendiciones del entonces presidente de Ucrania, Yanukóvich, que facilitó a la señora el palacio del banquete, le envió una guardia de honor de marineros y hasta proveyó con verduras de su propio huerto la mesa de la aristócrata.

Estos antecedentes dejan claro que recuperar Crimea no es una ocurrencia de Putin, sino algo profundo y sentido incluso por los monárquicos

Estos antecedentes dejan claro que recuperar Crimea no es una ocurrencia de Putin, sino algo profundo y sentido incluso por los monárquicos. En lo referente al papel de los Romanov en la vida de Rusia, su recuperación viene ya desde Yeltsin, que en 1998 enterró en la fortaleza de Pedro y Pablo en San Petersburgo a la familia imperial asesinada en Ekaterimburgo por los bolcheviques. Desde entonces, paso a paso, procede lo que yo llamaría la Restauración o, si se prefiere, la reubicación de Rusia en su identidad política tradicional, que no es la de Occidente.

No es posible entrar en detalles, pero Rusia no se creó sobre las bases del Segundo Tratado del Gobierno de Locke ni de la Nación revolucionaria, americana, francesa o española. Su historia es otra y los sucesivos jefes de Estado rusos la van recuperando.

Algunas pinceladas sí se pueden dar. Por ejemplo, el duelo por Kosovo, que a tantos comentaristas les parece excesivo. Rusia se considera a sí misma guardiana y defensora de todos los eslavos. De hecho, esa fue la causa primera y principal de la I Guerra Mundial, la defensa de Serbia frente a Austria Hungría, verdadero Anticristo por su condición de católica y romana. Recordemos que para los eslavófilos, al menos para Dostoyevsky, es peor ser católico que ateo porque la Iglesia católica es un poder temporal por su asiento en el Vaticano.

Defensora de los cristianos de Oriente

Siguiendo con la religión, Rusia también se ve como defensora de los cristianos de Oriente, título que ganó contra el Imperio Otomano y que este reconoció en el Tratado de San Estefano (1878), al menos según el relato nacional ruso. De ahí su activismo sirio. La gran duquesa dice también algo muy revelador y que remite a la filosofía política tradicional rusa: que entre todas las tierras que compusieron el antiguo Imperio Romanov hay una afinidad espiritual única.

Para entender esto hay que explicar un concepto ajeno a Occidente, el de "comunidad". Comunidad (sobornost) es, en lenguaje político tradicional ruso, más o menos el equivalente de "sociedad". Sólo que no basada en la pluralidad y el laicismo, sino en la etnia y en la confesionalidad ortodoxa. En ella el zar es el primer monje y soldado y su dominio sobre tierras y almas, absoluto.

Rusia también se ve como defensora de los cristianos de Oriente, título que ganó contra el Imperio Otomano y que este reconoció en el Tratado de San Estefano (1878), al menos según el relato nacional ruso

Cómo puede compaginarse esto con elecciones libres, libertad de prensa y demás, lo ignoro. Pero es evidente que el pueblo ruso se identifica con estos conceptos, o al menos con la versión de Putin sobre los mismos. El apoyo a Putin tras la independencia de Crimea ha llegado al 70%. La entrevista a la gran duquesa termina con una pregunta sobre sanciones. La respuesta es tajante. No es bueno volver a la Guerra Fría, y si alguien aplica sanciones a Rusia el daño no va a ser para ella, sino para el sancionador.

Parece claro que refleja la opinión general rusa sobre el tema. Y nosotros, occidentales, tenemos que ir asumiendo, al menos parcialmente, el discurso de Huntington sobre el choque de civilizaciones. No es que hayamos de estar en permanente conflicto con Rusia. Se puede y se debe regular por la vía de tratados, acuerdos e intercambios una relación mutuamente fructífera. Pero un reset como el que proponía Obama es imposible. Rusia es distinta.

Engañosamente igual porque su interfaz con nosotros son grandísimos genios de la creación que se han expresado en códigos occidentales: Tolstoy, Tchaikovsky, Turgueniev, Glinka, Pasternak, Platonov, Chejov... Pero Rusia es más y es menos. Es la mezcla de esa cultura y también de esa ciencia occidental con un poso político y étnico que no es el de la cristiandad latina –católica o protestante–. Aprendamos a sacar provecho de esa diferencia en lugar de luchar contra ella.

Página de la Casa Imperial de los Romanov.

En medio de toda esta remodelación de Europa con Rusia en el centro de la diana, faltaba la Casa Imperial de los Romanov para echar leña al fuego. La gran duquesa María Vladimirovna Romanova (Madrid 1953), pretendiente al trono de Rusia, ha concedido una entrevista a Interfax en la que se pronuncia sobre Crimea y otros escenarios. El parecer de la gran duquesa es que la recuperación de Crimea para Rusia es tan irreversible como la independencia de Kosovo.

Crimea Vladimir Putin Conflicto de Ucrania Ucrania