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Juan Soto Ivars

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Ayuso, en el lado bueno de la historia

Las sucursales de Izquierda Española SA (Agencia de Representación) han trabajado sin descanso para acercar la línea del fascismo a los zapatos de cualquiera que les cayera mal

Foto: La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. (EFE)
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. (EFE)
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Izquierda Española SA (Agencia de Representación) lleva años gestionando una potente campaña de 'marketing' al servicio de la ultraderecha, la ultraultraderecha, la derecha, el centroderecha y la izquierda desnatada del PSOE. Han presentando como fascista a todo aquel que osara, yo qué sé, decir que iba a votar a (pani)Aguado, que criticase a la jefa del 'Monasterio de Igualdad' o se pusiera una banderita de España en el perfil de Twitter. Se trata de una estrategia a largo plazo, 'long tail', destinada a vaciar de contenido la palabra 'fascismo', igual que se hizo exitosamente con 'machismo' o 'racismo'.

Gran éxito tuvieron campañas de relaciones públicas como la operación Trifachito, destinada a 'fachificar' todo lo que quedara a la derecha del PSOE e incluso a los barones antipáticos del PSOE; la operación Fachaleco, destinada a convertir en seña de identidad del fascismo una prenda ligera y barata, un chaleco acolchado, perfecta para cualquier currela, o la operación Alerta Antifascista, en la que al grito de 'que viene el lobo' plantearon el clásico dilema 'nosotros o el caos', que provocó que mucha gente gritara '¡el caos!', con divertidos resultados electorales.

Foto: Pablo Iglesias dejará el Gobierno de coalición para presentarse como candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid. (Reuters)

Desde entonces, las sucursales de Izquierda Española SA (Agencia de Representación) han trabajado sin descanso para acercar la línea del fascismo a los zapatos de cualquiera que les cayera mal, llegando incluso a los miembros de la 'paleoizquierda' y el 'rojipardismo'. La derecha, mientras tanto, ha comprado todos sus productos, encantada de participar en el infantil juego de dilemas (socialismo o libertad, fascismo o paz mundial) que brindan los equipos de relaciones públicas de Izquierda Española SA (Agencia de Representación).

No extraña que sea esta una empresa laureada en el sector de la publicidad. Recibieron el premio Propagandista de Oro por la campaña 'Blanqueamiento del Fascismo', prodigio multimedia que contribuyó, a base de sinergias, a 'fachificar' a personas muy populares del mundo de los medios como Pablo Motos, Vicente Vallés, José María Olmo, Susanna Griso, Carlos Alsina, Ana Rosa Quintana o Iker Jiménez y, por contagio, a toda su audiencia. El éxito de la campaña fue tal que hoy —me apuesto el cuello— tú, que estás leyendo esto, también habrás sufrido que te llamen fascista o blanqueador del fascismo al menos una vez en tu vida.

Bien. En estas circunstancias me queda perfectamente claro que Isabel Díaz Ayuso, que tiene de tonta lo mismo que Esperanza Aguirre, es una clienta habitual de Izquierda Española SA (Agencia de Representación) al igual que los miembros de Vox. ¿La prueba? Dijo Ayuso en lo de Ana Rosa que los fascistas están en el lado bueno de la historia y en menos de 10 segundos este mensaje llegaba hasta el último rincón de España. A mí me alcanzaron las palabras de Ayuso vía Twitter desde cuentas de Más Madrid, Podemos y un sinfín de periodistas agitadores 'freelance' que trabajan para Izquierda Española SA (Agencia de Representación).

Dado que Izquierda Española SA (Agencia de Representación) ni siquiera es consciente de ser una empresa al servicio de la derecha, sus estrategias no son públicas y hay que deducirlas de su comportamiento. Estudiemos, pues, al sinfín de periodistas agitadores 'freelance' que trabajan para ellos. Cualquier declaración polémica proferida por cualquier miembro de la derecha, la ultraderecha o la ultaultraderecha encuentra en ellos su más fogoso aliado. La difunden gratuitamente y no reciben por sus servicios otro pago que miles de retuits y 'likes', puesto que desde su superioridad moral creen que todo el mundo que ve sus publicaciones piensa como ellos.

Esta repercusión viral gratuita es el principal servicio de Izquierda Española SA (Agencia de Representación), pero quizá no sea el más efectivo para los intereses de la derecha. Porque, por encima de todo, Izquierda Española SA (Agencia de Representación) es una fabulosa picadora de votos progresistas. Destinada a dividir hasta la taifa local lo que pudiera ser un frente común, Izquierda Española SA (Agencia de Representación) acaba de anunciar, a bombo y platillo, que el vicepresidente Pablo Iglesias deja el cargo para irse a Madrid a disputarle votos a Iñigo Errejón y el señor ese despistado del PSOE que no recuerdo cómo se llama.

Juntos pero separados y odiándose mucho más intensamente de lo que odian al fascismo, trabajarán sin descanso para que cualquier persona que no les adore sea 'fachificada' de inmediato en redes sociales. Y lo más divertido de todo es que supondrán que están teniendo mucho éxito, porque la cohorte de capillitas que actúan como becarios de Izquierda Española SA (Agencia de Representación) les hará la ola. En fin. Ignoro cuánto les pagan Díaz Ayuso y Vox, pero estoy seguro de que no es suficiente.

Izquierda Española SA (Agencia de Representación) lleva años gestionando una potente campaña de 'marketing' al servicio de la ultraderecha, la ultraultraderecha, la derecha, el centroderecha y la izquierda desnatada del PSOE. Han presentando como fascista a todo aquel que osara, yo qué sé, decir que iba a votar a (pani)Aguado, que criticase a la jefa del 'Monasterio de Igualdad' o se pusiera una banderita de España en el perfil de Twitter. Se trata de una estrategia a largo plazo, 'long tail', destinada a vaciar de contenido la palabra 'fascismo', igual que se hizo exitosamente con 'machismo' o 'racismo'.

Isabel Díaz Ayuso Vox Madrid
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